El derrotero de la Inteligencia Financiera es desmantelar las estructuras criminales. En ello, no hay que perder de vista el fortalecimiento de las capacidades instaladas que llevan a la función óptima de producción.

*Por: Javier Gutiérrez

El Sistema antilavado Dinámico y Efectivo (SDE) de Colombia ha fortalecido el capital humano, el capital tecnológico y el capital intangible de la confianza para la coordinación, articulación y cooperación, con el fin de mejorar el flujo y la calidad de la información. Desde 2019 la UIAF difundió 539 productos de inteligencia financiera estimados en cerca de US$20.000 millones. Además, puso en marcha proyectos con impacto positivo para el país: la Evaluación Nacional de Riesgo de lavado de activos y financiamiento del terrorismo (LA/FT), la política pública antilavado (CONPES 4042), la Recalificación para lograr pleno cumplimiento de Recomendaciones del GAFI y el Sistema de Seguimiento Estadístico.

Estos resultados apuntan a un propósito internacional generalizado:  desmantelar las organizaciones criminales que atentan contra la seguridad, la economía, el medioambiente y el bienestar de las naciones. Para alcanzar este objetivo es necesario impactar la base financiera de las redes criminales, evitando así su resiliencia y reconfiguración. A su vez, la condición medular para lograr el éxito en el desmantelamiento de las organizaciones criminales es incrementar las capacidades de las instituciones encargadas de atacar el LA/FT; me refiero al marco jurídico, la tecnología y el capital humano con mayor capacidad de análisis. 

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El marco jurídico es el mecanismo habilitante para el desarrollo de las actividades de inteligencia financiera; que permite actuar con autonomía, fines y límites claros, respetando los Derechos Humanos y buscando la protección de la economía, del empleo y el bienestar general. El marco jurídico no puede ser estático, debe evolucionar, sin sobre regular, en función de la coyuntura y de las modificaciones de los estándares internacionales del GAFI, teniendo presente que el sistema antilavado debe ser facilitador de la inclusión financiera y del crecimiento económico, en economías tradicionales y nuevas economías.

La segunda capacidad son los instrumentos necesarios para llevar la efectividad a niveles superiores. La inteligencia financiera exige tecnología, software y hardware, Big Data, analítica de datos, modelos, construcción de redes, procesos, procedimientos, flujos de trabajo, entre otros. La tecnología es necesaria para ampliar el rango de conocimiento y tener mayor exactitud en la producción de inteligencia. La tecnología hace nítida la información, “despixela” las redes criminales e identifica las personas naturales y jurídicas más importantes en la estructura. El lente de la inteligencia financiera permite ver con claridad la dinámica de las amenazas para impactar sus estructuras financieras. Ese es el poder del análisis financiero y de la tecnología. 

Lo anterior solo se puede utilizar y potenciar si se cuenta con capital humano capacitado. De nada sirve tener todas las capacidades antes descritas si no se cuenta con el personal capaz de implementarlas. 

El derrotero de la Inteligencia Financiera es desmantelar las estructuras criminales. En ello, no hay que perder de vista el fortalecimiento de las capacidades instaladas que llevan a la función óptima de producción.

*El autor es director de la UIAF

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.

#NuestraRevista Este es un artículo publicado en nuestra edición de la revista Forbes Colombia de agosto.  Si desea recibir esta información de primera mano en nuestra revista física, ingrese a https://forbesdigital.publica.la/library para suscribirse.

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