Aunque la economía colombiana se abre al exterior, esta apertura sigue siendo insuficiente a la luz de los datos.

“La apertura de la economía colombiana”; “Por una apertura real de la economía colombiana”; “Colombia: una economía muy cerrada” … Son algunos de los titulares que han encabezado esta columna a lo largo de estas semanas. Y, junto a otros titulares que –implícitamente– trataban de resaltar lo mismo, hablamos de una problemática que ha sido muy discutida, a la vez que lo ha sido por numerosos economistas en todo el planeta.

Podemos decir que la economía colombiana sigue abriéndose al exterior, pero, como dijimos en una de estas columnas que menciono, esa apertura sigue siendo más que insuficiente a la luz de los datos.

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Analizando estos datos, uno de los indicadores económicos más representativos para medir la apertura comercial de un país es el que relaciona el peso del sector exterior con el producto interior bruto (PIB).  En lo que respecta a este indicador y a la cuarta economía de América Latina, es preciso señalar que este ha ido creciendo con el paso de los años hasta situarse en el 41%. Pero, de la misma manera, hemos de destacar que, pese a que la intención de los gobernantes es que esta ratio siga creciendo hasta situarse en los niveles que muestran muchas economías vecinas –las cuales superan el 50% y, en algunos casos, incluso el 80% y el 90%–, lo cierto es que en 1990 la ratio se situaba en el 35%.

Como puede apreciarse, la tendencia es positiva y el mensaje es claro: la economía colombiana se está abriendo al exterior, y el indicador permite visualizar que esto es así. Pero al igual que decimos que la economía colombiana es una economía cada vez más participe en los mercados internacionales, debemos decir que la apertura que esta muestra sigue siendo muy escasa.

En 1960, este indicador citado mostraba que el PIB colombiano supeditado al comercio era el 30%. Pese a que han pasado más de 60 años, el indicador acaba de superar la barrera del 40%. Y si atendemos a otros indicadores, como la balanza comercial, vemos que el histórico déficit sigue muy presente en esta interesante economía.

Para hacernos una idea de lo que comento, los datos relativos a la balanza comercial de Colombia durante el 2021 muestran que esta siguió siendo deficitaria, registrando esta un saldo negativo por valor de 15.424,8 millones de dólares. Pese a la apertura comercial de la economía colombiana y esos deseos de incrementar el volumen de exportaciones, hablamos de casi 5.300 millones más de déficit que en 2020, de acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). Y como digo, pese a esa apertura y esa intención por parte del país, los datos nos dicen que el país colombiano importó bienes y servicios el pasado año por valor de 56.648,8 millones de dólares, mientras que el valor de lo que exportó, lejos de lo importado, no superó los 41.300 millones de dólares.

En otras palabras, los indicadores económicos, al menos los tradicionales, nos dicen que la economía colombiana debe seguir trabajando en esa apertura comercial que, atendiendo a esos mismos indicadores, parece que no llega. Existe progreso, y la tendencia así lo muestra, pero el peso del comercio en el PIB mexicano en 1960 era equivalente al 20% de su PIB, mientras que hoy se sitúa en el 82%.

Teniendo en cuenta los datos mencionados anteriormente, y la evolución que ha presentado Colombia, lo que vemos es que esa apertura se produce a un ritmo bastante más lento que el que presentan otras economías vecinas. Y pese a los tratados comerciales y otras estrategias adoptadas, el dato sigue sin crecer al ritmo que lo hacen estos países en los que nos basamos.

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Por esta misma razón, informes como el publicado recientemente por el Instituto Fraser sitúan a Colombia entre los países con economías restrictivas. Pese a que se tienen en cuenta numerosas variables (aranceles, políticas, etc.), una de las seleccionadas es la apertura comercial que presenta el país, y esta, sumada a estas otras variables, sitúan a la economía colombiana a la cola en el ranking de economías más libres del mundo, y también en el de economías más libres de América Latina; donde Chile, México, Panamá, así como la gran mayoría de economías que conforman la región superan, y de lejos, a Colombia.

En conclusión, creo que es importante tomar conciencia y ser conscientes de esta problemática. Aquellos países que en su día apostaron por el comercio y optaron por abrir, económicamente hablando, sus fronteras, hoy recogen los beneficios de este comercio y los potencian con fenómenos como el nearshoring.

Colombia, por su parte, sigue emitiendo declaraciones relativas a sus intenciones, pero poco aplica en una práctica que, recogida en los indicadores, sigue siendo insuficiente. Y, como digo, hemos de tomar conciencia sobre esta problemática, pues Colombia sigue renunciando a uno de los motores de crecimiento económico más destacados y, más importante aún, en un escenario en el que carece de estos.

Por: Francisco Coll Morales*
Francisco Coll Morales
*El autor es economista, responsable de educación económica y financiera en Rankia. Analista económico en más de 40 medios, nacionales e internacionales.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.