La senda evolutiva del sistema antilavado de Colombia ha sido magnífica gracias a la capacidad técnica del equipo humano que ha impulsado un sin número de iniciativas tecnológicas, regulatorias y de fortalecimiento del conocimiento.
Los cambios naturales de gobierno no deben alterar la senda de fortalecimiento y efectividad de los sistemas antilavado de activos y contra el financiamiento del terrorismo, se debe mantener su tendencia positiva para cuidar su reputación en los mercados internacionales e incrementar la inversión determinante del crecimiento y la generación de empleo. Los grupos políticos que llegan a tomar las riendas de los diferentes países, independientemente de su inclinación ideológica, tienen la responsabilidad de respaldar con la mayor capacidad técnica las estrategias implementadas para mejorar los esquemas de prevención y detección del lavado de activos, sus delitos fuente y el financiamiento del terrorismo (LA/FT).
Las entidades que conforman los sistemas antilavado en el mundo, especialmente las Unidades de Inteligencia Financiera -UIF (articuladoras de dichos sistemas), se caracterizan por su carácter eminentemente técnico. Su valor agregado está justamente en la naturaleza especializada, en la experticia que por años les ha permitido trabajar de manera independiente, buscando ante todo proteger a los sectores económicos de la contaminación y los efectos corrosivos que generan los flujos financieros ilícitos. Fortalecer el sistema antilavado, cumpliendo los estándares internacionales y la normatividad nacional, es defender la economía y velar por el bienestar de la sociedad.
Durante muchos años Colombia ha trabajado arduamente en fortalecer de manera constante y significativa su sistema antilavado, recientemente aumentando a la máxima calificación 5 estándares internacionales claves y presentando solicitud ante el Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica – Gafilat para recalificar tres más, esto sin contar los resultados históricos en efectividad. Para alcanzar este objetivo se pusieron en marcha mecanismos e instrumentos poderosos, normatividad, políticas, tecnología, conocimiento e innovación a un nivel superior, orientados a aumentar la efectividad en la detección del gran lavado o lavado sofisticado, identificando importantes redes criminales nacionales y transnacionales y, en ellas, a los nodos (personas naturales y jurídicas) que las hacían resilientes y sostenibles.
El sistema antilavado ha trabajado de forma juiciosa para dar cumplimiento eficaz (no solo en el papel) a los estándares o recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional – GAFI. Para ello, muchas entidades públicas y privadas, oficiales de cumplimiento, gremios, superintendencias, entre otras, han dado la milla extra apoyando las iniciativas de la UIF para perfeccionar la normatividad antilavado, las estrategias nacionales y las políticas públicas en la materia, a partir de las necesidades detectadas en las tres Evaluaciones Nacionales de Riesgo de LA/FT (2013, 2016 y 2019), desde el entendimiento de la evolución de las amenazas y de los riesgos identificados por el GAFI.
La senda evolutiva del sistema antilavado de Colombia ha sido magnífica gracias a la capacidad técnica del equipo humano que ha impulsado un sin número de iniciativas tecnológicas, regulatorias y de fortalecimiento del conocimiento. Gracias a ello, Colombia es hoy un referente internacional en la lucha contra estos fenómenos. Mi llamado es para que, independientemente del curso político nacional, sigamos trabajando con apasionamiento para proteger la economía de los riesgos legales, reputacionales y operativos que genera el LA/FT.
Aunque hemos avanzado significativamente en cuestiones como la inclusión financiera, la normatividad antilavado y la calidad de la información, aún hay mucho por hacer para apoyar al sector público y especialmente al sector privado en esta importante misión, por ejemplo, implementando herramientas tecnológicas que fortalezcan la inteligencia empresarial antilavado, el monitoreo de riesgos y la detección oportuna de operaciones sospechosas que generen reportes de calidad y efectivos que a su vez se conviertan en un aporte fundamental a la cadena de prevención, detección, investigación y juzgamiento y a los resultados del sistema contra las redes criminales, sus finanzas ilícitas y el lavado de activos.
Nuestro compromiso con Colombia, con el sector público y con las empresas en todos los sectores continúa.
Por: Javier Gutiérrez
*El autor es exdirector de la UIAF y experto consultor en temas antilavado de activos, contra el financiamiento del terrorismo y contra la corrupción
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