Santiago Varenkow tocó el éxito con la marca de colchones que llegó a facturar US$6 millones. Por una estafa de la que se declara víctima, tuvo que vender sus acciones en la empresa, que terminó quebrada. Ahora, recuperó la marca y sale al ruedo con un negocio nuevo.

Santiago Varenkow aterrizó en 2014 en Colombia procedente de Venezuela con la intención de explorar oportunidades y se terminó quedando. Venía de manejar las finanzas de una empresa de colchones de su familia que lleva operando por ocho décadas.

Como parte de la nueva generación, llevaba consigo ideas innovadoras que no tenían cabida allá, así que empezó a ponerlas en marcha en Bogotá.

“No tenía muchos conocidos pero me enamoré del país, constituí la empresa y nace una plataforma que vende colchones por internet cuando ninguna marca lo hacía”, recuerda Varenkow en una entrevista con Forbes.

Iterando, ese negocio terminó siendo Boxisleep, una marca de colchones que crecía por encima del 100% año a año, con dos plantas de producción -la segunda de 5.000 metros cuadrados-, que llegó a tener cinco tiendas físicas y ventas anuales de US$6 millones, con el 2% del mercado nacional de colchones y una planta laboral de 200 personas.

Sus colchones llegaban doblados en una caja, dando practicidad de moverlo de un lugar a otro. En 2020, en plena pandemia, el comercio electrónico se disparó, pudieron mantener todos los puestos de trabajo e incluso donar miles de colchonetas.

Pero paralelamente, miles de millones de pesos desaparecían de las cuentas de Boxisleep, en una estafa de manipulación de estados financieros en la que Santiago se considera víctima, que aún está sujeta a investigación de las autoridades.

En medio de esa situación, Santiago veía que la únca forma de salvar la operación era con una inyección de capital, por lo que vendió sus acciones, en la compañía que llegó a valer US$15 milllones en su última ronda de inversión, en una escueta transacción de 15 dólares, porque se había diluido significativamente desde que fundó Boxisleep.

“Para mi siempre estuvieron primero la marca y los empleados”, sostiene Varenkow. “Uno de los fondos que creía en la empresa y en la idea, decide hacer inyección de capital a cambio de mis acciones. Ellos inyectaron US$800.000 dólares”.

Fue así como este emprendedor venezolano salió de la compañía que había fundado. Ya no tenía acciones y había una nueva directora ejecutiva. Lo que vino en los meses siguientes fue deprimente: las ventas empezaron a desplomarse mes tras mes bajo la nueeva estrategia hasta que en febrero de 2022, la empresa entró en liquidación voluntaria.

“Boxi no se maneja como empresa tradicional, la persona que llegó a liderar venía de empresa tradicional”, explica Varenkow. “No dieron más”.

Santiago estaba en la calle, sin trabajo y sin empresa. En ese momento, vio una oportunidad de recuperar la marca que había creado, ofertando por ella. En una negociación de cuatro meses, el pasado mes de junio logró hacerse dueño de la marca Boxisleep.

Santiago Varenkow (centro) junto a sus cofundadores de la nueva Boxisleep Felipe Giraldo y Daniel Machado. Foto: Boxisleep.

“Para mi fue un golpe muy duro, tuve momentos muy negros muy oscuros pensé que no lo iba a lograr”, dice Varenkow. “Estuve sin un peso, con deudas y mucho peor de hace siete años cuando funde la empresa”.

Ahora, con su esposa, Daniela Machado y su nuevo socio Felipe Giraldo, han fundado una nueva empresa desde cero con la marca Boxisleep, en la que tienen la totalidad de las acciones y con la que no piensan acudir a inversionistas en la etapa inicial.

“Estamos relanzando la marca con tres referencias de colchones y más adelante agregaremos una innovación de un colchón con un material que no tiene nadie en Colombia”, comenta Varenkow. “Pasamos de ser una empresa de comercio electrónico a una de manufactura con plataforma y estoy intentando quedarme con una de las cinco tiendas”.

Asegura que el nuevo Boxisleep se concentrará en ser rentable desde el principio y que pretende recuperar la cuota de mercado que tenía. Inicialmente, la producción será tercerizada, proyectando ventas de entre US$1,5 millones y US$2 millones para el primer año, buscando rentabilizar entre el 15% y el 20% del Ebidtda.

En los primeros meses, no tendrán entregas en cajas porque otra empresa compró las maquinas que enrrollaba los colchones en medio de la liquidación, pero Varenkow asegura que es una funcionalidad que podrían agregar en los próximos meses, aunque no define ni la marca ni el producto.

“Quiero gritarle al mundo que se puede ir más lento sin que se nos olviden los detalles más pequeños”, conreta el fundador de Boxisleep, que en 2024 buscará llevar su renovada marca a nuevos mercados como México, Chile y su natal Venezuela.

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