Valentina Giraldo hoy lidera un equipo de 32 personas de su consultora de marca y estudio de diseño, que ha estado detrás de marcas de startups como Dembow (de Maluma), Muncher, Frubana, Foodology, Elenas, Castia y Hunty.

Valentina Giraldo estaba estudiando dos carreras universitarias, Arte y Diseño, cuando quedó con una deuda que dejó un accidente automovilístico de su carro, en el que ella no iba manejando, que la obligó a repentinamente buscar formas para poder pagar cuotas mensuales.

Fue así como empezó a diseñar con sus propias manos, marcas para pequelas y medianas empresas. “Nadie les ponía atención, entendí que había un segmento desatendido de clientes”, dice.

Hoy, con 32 años, LaValentina, la consultora de marca y estudio de diseño que surgió desde esa época, ha trabajado en proyectos de más de 500 empresas como Rappi, Bavaria, Didi, Grupo Nutresa y Oboticario, compitiendo de lado a lado con los grandes de la industria publicitaria, además de haber hecho el branding de startups como Muncher, Frubana, Foodology, Elenas, Castia y Hunty.

“Con el tiempo he descubierto que tengo una misión de convertir a Colombia en un paraíso creativo desde el que se exporte creativedad”, comenta Valentina Giraldo, fundadora y CEO de LaValentina, que con un equipo de 32 personas, ha desarrollado proyectos para 15 países. “Hacemos consultoría desde el diseño, diseñamos marcas que no son solo bonitas, sino que generan un vínculo con las personas”.

Hace unos meses, una de sus directoras le contó que uno de sus competidores se refería a LaValentina como el D1 del diseño.

“Me han mirado como un mosquito y se han referido a mi como el D1 del diseño, para mi eso es un halago, porque D1 cambió la forma de comprar en Colombia y puso en jaque a muchos gigantes”, expresa Giraldo entre risas. “No es querer comerme el mercado, es cambiar la forma de hacar las cosas”.

El año pasado, solo el 2% de las ventas provenían del exterior, mientras que este año pasaron a ser el 20% de la empresa, algo que Valentina Giraldo ha venido impulsando desde Ciudad de México, donde ahora reside.

“Me sueño con cada vez hacer más proyectos en más países, que el 80% de los ingresos vengan de afuera y que todo nuestro talento creativo siga produciendo desde Colombia, sin importar donde esté el cliente”, anota Giraldo. “Nuestro primer valor es sabemos que no todo lo sabemos, eso nos permite aprender de todos”.

LaValentina opera con un poco de irreverencia. En sus coloridas oficinas, dice su fundadora, poco se trasnocha y evitan participar en licitaciones, para no explotar a los equipos en proyectos que no reciban compensasiones económicas. “Me reinvento y cambio”, recalca.

La consultora buscará en el futuro abrir operaciones en Miami para desde ahí conseguir proyectos en cualquier lugar del mundo.

Siga las historias de emprendedores en nuestra sección especializada