Mabe tiene en Manizales su planta de producción más importante del sur del continente, de donde salen 3.800 neveras al día: 55% de ellas para el mercado internacional. Con 76 años en el país han logrado constituirse como una de las más importantes de su segmento. Así lo hicieron.
La pandemia fue la mejor oportunidad para Mabe, porque las ventas de electrodomésticos se dispararon. De acuerdo con la firma consultora GFK, lavadoras, lavavajillas, aspiradoras y batidoras fueron los electrodomésticos más vendidos. Hasta octubre de 2020 el crecimiento en el segmento de aspiradoras fue de 85,1% y el de las ventas para Colombia de elementos de hogar fue de 0,4% ese año.
A julio de 2022, según datos del Dane, las exportaciones de ese renglón llegaron a US$112,7 millones, 11% más que en el mismo periodo de 2021. Caldas, Antioquia, Cundinamarca, Bogotá, Atlántico, Valle del Cauca, Santander y Bolívar son departamentos exportadores de electrodomésticos.
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En Manizales, capital de Caldas, se encuentra la planta más importante de fabricación de neveras a nivel regional de Mabe, la multinacional mexicana que desde 1993 tiene presencia en Colombia. Allí 1.500 personas trabajan para fabricar 3.800 neveras diarias, 158 por hora en promedio, y seis de cada 10 se envían a Chile, Perú, Ecuador y algunos países de Centroamérica.
La compañía tiene 11 plantas en el mundo y la de Manizales es el principal punto de abastecimiento para el sur del continente: 55% de la producción se exporta. En ese proceso participan otras 4.500 personas que emplea Mabe de manera indirecta en una cadena de 49 empresas proveedoras satelitales.
Con casi 30 años en el país y 75 de fundación, las directivas confían en que Manizales sea un hub de tecnología e innovación. Este año, por ejemplo, Mabe fue la segunda firma con mayores ingresos de la zona cafetera, con $1 billón. Por eso, indica Iván Zepeda, vicepresidente Andino de Mabe en Colombia, “la organización destinó esfuerzos importantes para robustecer su contribución en el mercado local, siendo la región Andina un foco estratégico pues es la tercera zona con mayor número de ventas a nivel global”.
Para Zepeda, la pandemia fue un desafío con resultados positivos: “con el cierre, tuvimos que enviar a muchas personas a trabajar desde sus casas y parar nuestras operaciones mientras encontrábamos cómo funcionar en entornos 100% seguros. Esa pausa nos ayudó a tener una visión más amplia del mercado, de los nuevos hábitos de consumo y del potencial que tenía el producto hecho en Colombia”.
Por eso, desde 2021 la compañía ha invertido para robustecer y diversificar su oferta a través de marcas como Mabe, GE appliances, Café appliances y Monogram, estas dos últimas enfocadas en segmentos de lujo. Para la empresa, el deseo de los consumidores por el lujo creció entre 8% y 10% durante el último año, especialmente en Bogotá, Medellín y Cali.
Para aprovechar esa tendencia, abrieron su primera Prime Blend Store en Bogotá, un centro de experiencia que quiere consolidar el paso de Mabe hacia productos con mayor eficiencia tecnológica y menos impacto medioambiental. “Vemos un enorme potencial en este segmento gracias a la demanda que percibimos de los consumidores por esta línea de productos. Nuestros consumidores pueden escoger los acabados, colores y diseño de sus electrodomésticos y que, a su vez cuenten con una tecnología de vanguardia que fusionen la funcionalidad y el lujo”, indica Zepeda.
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A nivel de innovación, apuestan por tecnologías que permitan reducir hasta 76% en el consumo de agua y 56% en energía, en el caso de las lavadoras. En dispositivos de climatización, se desarrollan novedades que permiten ahorrar 70% de energía y optimizar el aire.
“Colombia seguirá siendo importante y a largo plazo estamos enfocados en seguir invirtiendo en el desarrollo económico del país, sin perder de vista el desarrollo social, que también ha sido una de nuestras banderas”. Causas como el Covid-19, el impacto del huracán Iota en San Andrés y Providencia y el medioambiente hacen parte de su lista de trabajo en ese frente.
Objetivos claros
Ante la llegada de la pandemia, la confianza fue la palabra que dominó las discusiones internas. “En el 2020 reforzamos la idea de que en Mabe toda su gente es muy resiliente y que estamos blindados para enfrentar las adversidades sin importar su origen”, recuerda el directivo.
Esta premisa los mantuvo en pie cuando el paro nacional estalló en abril del 2021 y supuso retos incluso superiores a los del Covid-19. “El cierre del puerto de Buenaventura fue un golpe durísimo. Tuvimos represada una buena cantidad de contenedores y eso no solo afectaba la fabricación en Colombia, porque no llegaban insumos, sino también la exportación de producto terminado. Tuvimos que recurrir al uso de otros puertos, todo en medio de un cuello de botella con una demanda que no dejaba de crecer”, detalla.
Luego de haber pasado la crisis, Zepeda confirma que sus objetivos están puestos en seguir ganando terreno en un mercado que es bastante competido y en ser una empresa cada vez más ‘verde’. “Creo que el secreto de nuestro éxito es que desde el día uno hemos sido generadores de empleo y lo hemos respetado incluso en la dificultad”, en pandemia, detalla Zepeda, su plantilla no se redujo a nivel local ni global.