Sergey Ishkov es desde hace pocos meses Managing Director & Partner en Panamá de BCG, una de las principales consultoras del mundo. Esta es la historia de cómo terminó, por cuenta de la guerra, en la región que más le gusta.

Todo ha cambiado de manera intempestiva para Sergey Ishkov en los últimos años: se divorció, su país entró en guerra y se radicó en Ciudad de Panamá -luego de abandonar su país por cuenta del conflicto- desde donde dirige la práctica de servicios financieros para Centro América y el Caribe en una de las más importantes compañías consultoras del mundo: BCG (Boston Consulting Group).

Esa suma de factores lo llevó a decidirse por una de las regiones que más le gusta en el mundo: Latinoamérica. Y fue posible, porque luego de que estallara la guerra entre Rusia y Ucrania, BCG suspendió las operaciones en territorio ruso y les ofreció a sus trabajadores la posibilidad de reubicarse en cualquier parte del mundo. Sergey no lo pensó dos veces y tomó la posición para liderar la operación de la consultora en Centroamérica, teniendo como centro de operaciones Panamá. Y sus jefes estuvieron completamente de acuerdo. La razón fue muy sencilla: Sergey habla perfectamente español.

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Empezó a aprender el idioma, según dice, por una broma con algunos de sus compañeros españoles de estudios universitarios durante su posgrado en Francia, por allá en 2005. Hablar español se convirtió en su pasatiempo.

“Pero después empecé a viajar. En 2010 llegué a Colombia para aprender más español y a bailar salsa. Estuve algunas semanas en Cartagena, pasé por toda la costa, me encantó la gente y la cultura. He estado también en Argentina, en Brasil y en varios países del Caribe. Trabajé por dos meses en México. Siempre me atrajo la región por la energía de la gente, el clima, la cultura y la música”, comentó en diálogo con Forbes.

Por eso dice sin vacilar que aprender cualquier idioma es fácil “si tienes un interés genuino por conocer una cultura y de pasar tiempo con la gente local, si puedes imaginarte viviendo en este país sin acceso a tu idioma o a tu cultura totalmente. Para aprender el español me ayudó mucho la inmersión total sin la posibilidad de comunicarme en mi idioma”.

El capítulo de la guerra

La mayor parte de su familia permanece en Rusia y un hermano en Francia. Se lamenta, porque dice que por lo menos para la población de su país, el conflicto ya prácticamente se normalizó; por allá la guerra no se siente. “Es una lástima, porque el país se acostumbró a vivir así. Las sanciones funcionan poco, los precios suben algo, pero la economía se adapta y la gente no siente que la situación sea mala”, explicó.

Estuvo en Rusia en agosto pasado y trató de volver en noviembre, a visitar a su hija, pero la orden de reclutamiento obligatoria por parte del gobierno Putin lo hizo abstenerse.

Cree que si bien, el conflicto ha significado un golpe no solo en vidas, sino también para la economía mundial, es claro que hoy el peligro más importante es que la guerra se vuelva paisaje.

El futuro de la banca

Aunque su formación de pregrado y posgrado es como ingeniero de telecomunicaciones, terminó liderando la práctica de sector financiero porque, dice, hubo un error durante su proceso de reclutamiento en la primera compañía para la que trabajó. Allí tienen una línea de incorporación de talento para consultoría en general, que fue para la que él aplicó. También tienen otra línea de incorporación especializada: no sabe por qué, pero su hoja de vida terminó allí y cuando le propusieron el trabajo dijo que sí y se puso a aprender sobre el funcionamiento del sistema financiero mundial.

Hoy ya habla con mucha autoridad, porque su papel es asesorar a grandes compañías en la adopción de cambios tecnológicos, estructurales y de modelo de negocio.

Dice que el sistema financiero de Latinoamérica es disímil, pues hay economías con una banca poderosa y que se ha venido adaptando a los desafíos que la digitalización impone; allí están Colombia, México y Brasil que lideran el tema en la región.

Pero de otra parte hay sistemas financieros muy pequeños, sin competencia y que puede sobrevivir sin que los amenacen las fintech que están imponiendo el nuevo ritmo. Ese es el caso de la mayor parte de los países centroamericanos.

Obviamente señala que el modelo de negocio de los bancos sufrió una enorme disrupción desde la aparición de internet y los teléfonos inteligentes. Eso luego se ha visto complementado por tendencias como la tecnología cripto y la posibilidad del open banking.

Así va la transformación digital del sistema financiero colombiano

En su consideración, el elemento clave en este desafío para el sistema financiero es la regulación. Para él hay que encontrar un punto medio, pues no se puede liberalizar un sistema de manera tan rápida, como lo hizo El Salvador, por ejemplo.

“Allí fueron muy agresivos al liberalizar y no tuvieron una mirada holística, porque todo este tema tecnológico no se refiere solo a los sistemas de pago. Pero no nos podemos pasar al otro extremo e imponer regulaciones que frenen el progreso. Por ejemplo lo que ha pasado en otros sectores como el de transporte que en algunos casos hasta prohibieron esas aplicaciones tipo Uber. Vale la pena ver una experiencia, para el negocio financiero, como la de Emiratos Árabes, donde han acertado y se pueden hacer muchas cosas en el sistema financiero”, explicó.

Sergey espera ampliar la presencia de BCG en los países de Centroamérica, especialmente, en un primer momento, en Guatemala y Costa Rica. También está a la expectativa de lo que ocurra con Colombia, donde estuvo de visita esta semana.

La vida le ha cambiado radicalmente, pero se le nota tranquilo. Ve con buenas perspectivas a la región en general y sigue aprendiendo español, sobre todo lo relacionado con la jerga de consultoría que, para sorpresa suya, tiene sus propias traducciones. Por ejemplo, le causó curiosidad que no se diga “close the gap” como ocurre en muchos países que no hablan inglés y donde simplemente adoptan esta terminología. Aquí en la región se dice “cerrar la brecha”. Lo mismo le pasó con “lámina”  en el uso del Power Point, que se emplea en vez de “slide” o con “alineamiento”, traducción de “alignment”.

Sabe que ya logró lo que se necesita para aprender mejor español: venirse a vivir de manera permanente a la región.