La compañía ha tenido que vivir momentos complejos en los últimos dos años, como el paro nacional, que impidió sacar sus productos desde el Valle del Cauca para el resto del país. Esta fue su estrategia para mantenerse en lo alto de las marcas preferidas por los colombianos.
En nueve de cada 10 hogares colombianos se consume al menos un producto fabricado por Harinera del Valle, según cifras de Kantar Worldpanel. Pero en abril de 2021, cuando el paro nacional estalló y el sur del país permaneció aislado como consecuencia de la situación de orden público, la empresa se enfrentó a uno de los momentos más complejos de sus 75 años de historia. ¿Cómo seguir cumpliendo con su promesa de llevar alimentos a todo el país? La respuesta es sencilla: como dice uno de los eslogan de una de sus marcas más importantes: rindiendo que da gusto… pero sin rendirse.
Juan Carlos Henao, gerente General de la compañía, recuerda que fueron meses de incertidumbre, en los que se puso a prueba su liderazgo y capacidad de resiliencia, incluso más que en la pandemia. “Teníamos clara la responsabilidad de llegarle con nuestros productos a todos los clientes y consumidores”, comenta en conversación con Forbes Colombia. Por esa razón, con su equipo pusieron en marcha una campaña interna para buscar soluciones con proveedores y aliados que les permitieran mover la producción de sus plantas en el Valle del Cauca a pesar de que las vías nacionales permanecían bloqueadas.
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Con camiones propios y usando rutas aéreas lo lograron, asumiendo los altos costos que representaba esta decisión para la compañía.
Se estima que las pérdidas de las empresas ubicadas en la región, solo en el primer mes de bloqueos, llegaron a los $3 billones, de acuerdo con datos de la Cámara de Comercio del Cauca. “Hoy puedo decir que como organización nos fortalecimos, porque en el proceso aprendimos de qué estamos hechos (…) y como empresarios también encontramos fortaleza en los gremios”, detalla el directivo.
Al cerrar ese año el balance fue positivo. Sus ingresos superaron los $1,2 billones, 13% más que en el 2020, y su nómina de 1.464 empleados no sufrió recortes, algo que tampoco ocurrió durante la pandemia. Como política interna, Harinera del Valle se aseguró de que el 90% de sus contrataciones fueran de personas oriundas de las localidades donde se encuentran sus plantas de producción y de garantizar que la mayoría de ellos (93%) contaran con contrato directo con la empresa.
“En estas situaciones tan complejas apostamos por proteger a nuestro activo más importante: la gente. Una de las decisiones más difíciles en pandemia fue mantener la operación de la planta de producción cuando debíamos enfrentarnos a un virus que no conocíamos y que es altamente contagioso. Pero nos supimos proteger, adaptar a las nuevas medidas de bioseguridad y seguir adelante”, recuerda.
En el marco de ese propósito, en 2021 la compañía invirtió $3.600 millones en beneficios para los empleados y sus familias, que se destinaron a programas de educación, compra de útiles escolares y apoyo con derechos de grado para quienes iban terminando su carrera técnica o profesional. La estrategia tuvo un impacto muy positivo.
Una historia de 75 años
Este año Harinera del Valle llegó a su aniversario número 75 y lo celebró recibiendo el reconocimiento a la creatividad de Nova Colombia, por sus mezclas listas para preparar pan en casa; una idea que nació de la necesidad de innovar en medio de la pandemia.
“Entendimos que el consumidor cambió y ahora hay más interés por productos que sean más nutritivos y responsables con el medioambiente”, explica Henao. “Nos enfocamos en generar opciones que sean fuente de fibra y trabajamos en la reducción de azúcares añadidos, sodio y grasas saturadas de algunos productos”, comenta.
En esa misma línea, la empresa logró transformar sus empaques para que sean 100% reciclables y ha apostado por programas de eficiencia energética. Recientemente anunció la ampliación de su flota propia de tractocamiones con seis nuevos vehículos eléctricos para el transporte de sus productos.
En términos de mercado, Harina de trigo Haz de Oros, pastas La Muñeca y harina de maíz Doñarepa, tres de las 28 marcas de su portafolio, siguen estando en lo alto de la lista de preferencias de los consumidores colombianos. De hecho, esta última, llega ya a 12 países de tres continentes, entre ellos Costa Rica, Panamá, Chile, Ecuador y Estados Unidos. El directivo confirma que actualmente el 5% de sus ventas totales provienen de las exportaciones.
Lecciones de la dificultad
Liderar en medio de la crisis, o de la crisis extrema como ocurrió estos últimos dos años, supone retos a nivel personal. Para Henao, más allá de los desafíos como empresario, la pandemia lo desafió a sobreponerse a la dificultad en tiempo récord para cumplir con las necesidades de sus empleados, sus clientes y su familia. “Mi mayor responsabilidad era con los grupos de interés, a los que fuera como fuera, debía cumplirles. Administrar a la gente fue un gran reto, porque ese es el recurso que más hay que cuidar en cualquier organización”.
De la pandemia salió siendo un directivo diferente. Llegó al cargo en mayo de 2020, justo cuando el país vivía la peor parte de su aislamiento total para prevenir la propagación del Covid-19. Y al finalizar el 2021 fue destacado con el premio Empresario Colombiano, que entrega la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario y destaca a “líderes de empresas que le han apostado al crecimiento de Colombia y que creen en la importancia de consolidar cada vez más la relación entre la academia y el sector productivo del país”.

Fuente: Harinera del Valle
“Fueron años difíciles, de luchar con la incertidumbre permanente, pero la constante fue el ánimo de romper paradigmas tanto en el ámbito del hogar como en el empresarial”, comenta. Luego de vivir esto, una de sus prioridades es continuar manteniendo el legado de Arcesio Paz, fundador de la compañía, para quien lo más importante era “el amor y compromiso por el desarrollo y el crecimiento del Valle y de Colombia”.
Superada la crisis, ¿qué decirles a quienes sueñan con construir empresa? “Que las ganas son el principio de todo. Soñarlo y hacerlo realidad dependen de tener un objetivo muy claro, de planear con precisión y de apostar por ello, sin rendirse, apelando siempre a la capacidad de resiliencia. Es un camino difícil, de altas y bajas, pero trabajar con mucha pasión por lo que se quiere y contar siempre con la experiencia y los consejos de otros que ya han recorrido ese camino hacen la diferencia”.