La devaluación del peso colombiano ha puesto a varios sectores a sacar calculadora y hacer nuevas cuentas. Hay quienes se han beneficiado con más divisas producto de las exportaciones, pero otros, en su gran mayoría, viven una situación apremiante, que podría empeorar en 2023. Primera parte del reportaje.
En poco menos de seis meses el peso colombiano se ha devaluado un 18%, pasando de los $3.802 el primero de junio, a cerca de $5.000 al cierre de esta edición.
La guerra Rusia–Ucrania, los temores de una eventual recesión y los mensajes contradictorios de la administración Petro han sido factores clave que han hundido la moneda local, incluso por debajo de sus pares en la región. Este escenario ha obligado a muchos a sacar de nuevo la calculadora y hacer nuevas cuentas de cara a un 2023 retador.
Proyectar hacia dónde se dirige la divisa es imposible, pese a que hay elementos -bajistas y alcistas- que marcan lo que podría pasar en las próximas semanas o meses. Andrés Langebaek, director de estudios económicos del Grupo Bolívar, explica que las tensiones están entre las decisiones que se tomen en política monetaria a nivel mundial, así como la desaceleración económica que se prevé para muchas de las economías. En Colombia, por ejemplo, la tributaria ya envió un mensaje contundente al mercado, pero continúan los riesgos asociados al precio del petróleo y al ajuste de tasas.
Si bien es cierto que en este entorno las empresas alistan presupuestos y planes de inversión, lo cierto es que se podría decir que, hasta el momento, la tendencia marca que hay sectores que continúan haciendo su ‘agosto’ en diciembre gracias a la alta cotización del dólar. Sin embargo, a otros les ha tocado vivir en la incertidumbre de una divisa de precio elevado, que se traduce en mayores costos y una eventual reducción en las ventas.
¿Quiénes pierden?
Las opiniones entre las empresas y expertos son divididas: hay quienes advierten que algunos sectores ganan, pero otros argumentan que en general no hay ningún tipo de beneficio. Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de Casa de Bolsa, enfatiza que nadie gana con la fortaleza del dólar aun cuando hay actividades que se ven menos afectadas que otras.
“El alza del dólar encarece las importaciones y como el alza se está dando a nivel global, ningún país está aumentando su ventaja competitiva”, detalla Ballén, quien agrega que una recesión implicaría que la demanda y consumo por bienes que exportamos se podría ver reducida.
Aunque el sector agroindustrial, el floricultor, los cafeteros y la industria manufacturera están viendo más ingresos producto de las exportaciones, el contraste muestra también que esta situación ha puesto en aprietos a la industria automotriz, la de alimentos y bebidas y, en general, a quienes importan materia prima o productos.
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Javier Díaz, presidente de Analdex, comenta que particularmente uno de los sectores más afectados es el de alimentos: “Colombia importa una serie de alimentos que no produce como el maíz amarillo, que se ha visto afectado por el conflicto de Rusia-Ucrania. Eso se traduce en mayores costos de carne de cerdo, del pollo y los huevos. También vemos que hay productores que dependen de materia prima extranjera y han visto cómo su estructura de costos ha aumentado”.
Una de las actividades que se ha visto perjudicada, por ejemplo, es la del sector automotor, a la que se le han sumado tanto la crisis de suministros, como también el efecto dólar en sus ventas. En algunos casos, se reporta que los incrementos en los vehículos llegan incluso al 25%, impulsados por la poca oferta y la devaluación. Díaz señala que esta situación seguirá en los próximos meses, lo que impone un contexto retador para estas compañías.
Los importadores de electrodomésticos también viven horas difíciles. Lucio Bernal, presidente de Home Sentry, afirmó, en conversación con Forbes, que en su caso esperaban crecer 11%, pero con la subida de la divisa con corte a noviembre solo han logrado el 2 o 3%. “Vamos a ver cómo cierra el año, pero lo que implica es que en unidades el negocio se ha reducido”, dijo. El ‘golpe’ no solo lo viven los empresarios, sino también los consumidores que deben pagar más por los mismos productos.
¿Ganar con contraindicaciones?
Para Gregorio Gandini, analista de mercados y fundador de Gandini Análisis, no es posible hablar de sectores 100% victoriosos, sino de algunos que están ganando con contraindicaciones. Las gigantes mineras y petroleras, por ejemplo, cuyas exportaciones se ven beneficiadas con el alza, resultan afectadas por algunos aranceles que se pagan en dólares. En el turismo, por su parte, aunque se propicia la llegada de más visitantes extranjeros, para los locales la inflación hace cada vez más costosos los viajes dentro y fuera del país. “La tasa de cambio alta se traduce en inflación alta y en la disminución del poder adquisitivo, así que a largo plazo todos estamos perdiendo”, dice.
Lo cierto es que mientras algunos hacen cuentas para enfrentar la posible crisis del 2023, el turismo, las empresas exportadoras de industrias como la moda y los textiles, y las remesas viven su mejor momento. El turismo de descanso y el de reuniones han mostrado cifras récord todo el año. Este último alcanzó el 68,02% de ocupación, según el Sistema de Información Hotelero de Cotelco, versus la ocupación que marcó en 2019, cuando tuvo un 59,02%.

Desde el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), también se ha dicho que luego de dos años con cifras bajas, para el cierre del 2022 se prevé un crecimiento del 8 al 14% en el PIB, por alojamiento y gastronomía, aproximadamente 9.390 millones de dólares. La expectativa se fortalece con las proyecciones hechas desde Procolombia, que indican que el país cerraría el año recibiendo a unos 3 millones de turistas extranjeros. De acuerdo con datos de Despegar Colombia, Estados Unidos, España, Argentina, Chile y México serían los países que más le aportarían visitantes al país.
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Óscar Restrepo, director general región Colombia y Ecuador de NH Hotels confirma esta tendencia positiva. Este año, pese a las dificultades en materia económica, la reconocida cadena española decidió invertir en el país y abrir un nuevo hotel en Cali, motivados por la rápida recuperación del turismo luego de la pandemia. “En julio alcanzamos un porcentaje de ocupación del 67% en los 14 hoteles que tenemos en el país, una cifra histórica para la cadena”, comenta. Del total de sus huéspedes en ciudades como Cartagena y Bogotá, detalló el directivo, entre el 70 y el 85% son extranjeros, por lo que desde ya planean nuevas inversiones en ciudades intermedias.
Pero mientras los extranjeros disfrutan de más y mejores experiencias por menos dólares, los colombianos viven el lado contrario enfrentándose a los viajes a Europa y Norteamérica con una moneda que se ha devaluado en promedio 21% este año. La caída ha impactado principalmente los precios de los tiquetes aéreos, que ya venían golpeados por la crisis entre Rusia y Ucrania.
Desde Anato indican que, en promedio, en los últimos 10 meses el costo de los tiquetes aéreos internacionales ha alcanzado incrementos de hasta el 57%. Pero Paula Cortés Calle, presidenta Ejecutiva de esa asociación, dice que las cifras mantienen al sector optimista, pues más de 11 millones de personas se movilizaron en vuelos internacionales entre enero y septiembre y se estima que aún con las alzas unos 4 millones de colombianos saldrán del país en la temporada de fin de año.
Las empresas de manufactura también han aprovechado la ‘trepada’ del dólar. Agua Bendita, la marca colombiana de vestidos de baño, detalló a Forbes que cerrarán el 2022 con un crecimiento del 60% frente a lo que alcanzaron en 2021, favorecidos por el cambio de la divisa estadounidense. Actualmente el 65% de sus ventas son para clientes extranjeros, por lo que en los últimos meses han vivido su mejor momento después de la pandemia.
Ese sector en particular, el de la ropa de playa y vestidos de baño, tuvo un crecimiento del 28% en materia de exportaciones este año. Cifras de Procolombia indican que, mientras entre enero y septiembre del 2021 las empresas de esa industria vendieron 15,2 millones de dólares por concepto de exportaciones, en el mismo periodo de este año superaron los US$19,5 millones.
Lo mismo ocurre con quienes exportan jeans, camisetas, ropa para el hogar, productos de marroquinería, calzado y accesorios. En total, las exportaciones de la industria de la moda han crecido 11,6%, con más de 784 millones de dólares vendidos con corte a septiembre. Es un resultado destacado.Antioquia, Bogotá, Valle del Cauca y Atlántico han sido los departamentos más beneficiados con esta tendencia, mientras que Estados Unidos, Ecuador y México se siguen consolidando como los principales compradores de estos productos.
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Finalmente, según información de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), otros de los sectores con mayores cifras de exportación son el café, el oro, las flores, el aceite de palma, los bananos y los desechos de cobre, con contenido en peso igual o superior a 94% de cobre.
Pero al final, la pregunta vuelve a ser si son realmente ganadores. Para Gandini, los únicos que ganan ‘sin contraindicaciones’ son de nuevo los extranjeros, pues si en medio de la devaluación deciden apostar por proyectos en Colombia “entran ganando por el cambio de divisa y también por la subida de tasas”.