En el último semestre del año 2022, el Índice de Seguimiento a la Economía mostraba un menor dinamismo. Llama la atención que las actividades primarias han tenido el peor rendimiento.
El índice de Seguimiento de la Economía – ISE correspondiente al mes de noviembre fue publicado por el DANE el pasado 19 de enero, y su análisis es uno de los temas recurrentes en mis columnas ya que creo que, sin lugar a dudas, es un dato importante para revisar cómo va comportándose el crecimiento y permite hacerse una idea de cómo podría ser el cierre de este año. Para poder entender un poco la metodología de este índice, el ISE se calcula como una aproximación al comportamiento del Producto Interno Bruto – PIB y se divide en tres índices adicionales, el de actividades primarias relacionadas con la agricultura, secundarias con industria y terciaria con comercio y servicios, lo que no solo permite ver el comportamiento de la economía general, sino también por estos sectores.
En el gráfico se puede ver el comportamiento de las tasas anuales desde mayo de 2021 hasta noviembre 2022 y vale la pena notar cómo esta ha ido perdiendo dinamismo hasta situarse alrededor de 3%. Así, en dos de los tres meses del cálculo del cuarto trimestre del año, se vieron tasas anuales de 4.6% para octubre y de 3.02% para noviembre.
Adicionalmente, las actividades primarias relacionadas con el campo han tenido una tendencia decreciente desde septiembre y en general ha sido el grupo de actividades con peor rendimiento de los tres índices. También vale la pena notar que las actividades terciarias, asociadas a comercio y servicios también vienen mostrando una menor dinámica anual desde mayo de este año, lo que sin lugar a dudas impactó el resultado para este noviembre.

Para poder evaluar el comportamiento del mes en cuestión, tiene sentido compáralo con los resultados del ISE de noviembre de los años anteriores así el 3.02% de 2022 muestra una reducción frente al 10.7% de 2021 que mostró el impulso derivado de la reactivación después de la pandemia que para el mismo mes de 2020 fue de -3.7% mientras que en 2019 fue 2.3%.
Si contrastamos con el dato de crecimiento del PIB del tercer trimestre que fue de 7.0% y, para ese periodo, el ISE mostró en agosto un importante repunte de las actividades secundarias y las terciarias, es decir industria, comercio y servicios financieros entre otros. Sin embargo, ese impulso no se sostiene en lo registrado del cuarto trimestre, por lo que los datos se van alineando con lo esperado por el mercado, que de acuerdo a la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo y a la del Banco de la República esperan entre 4.0% y 4.2% para ese trimestre lo que nos pondría en un cierre de 8.0% para 2022.
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Queda por ver si el dato de diciembre muestra algún reporte impulsado por las actividades terciarias, reflejando las acaciones y compras navideñas que permitan mejorar el registro del cuarto trimestre; sin embargo, la gran conclusión que se puede observar en estos datos, es que el sector agrícola está mostrando unas señales importantes de deterioro en 2022 que debe revisarse para evaluar las medidas a tomar. No hay que olvidar el impacto que pueda tener el dólar y la guerra en Ucrania sobre los insumos importados no solo sobre el crecimiento del sector sino sobre los precios de los alimentos, un elemento clave en el impulso inflacionario que estamos viendo.
Por: Gregorio Gandini*
*El autor es fundador de Gandini Análisis, plataforma donde crea contenido de análisis sobre mercados financieros y economía. También es el creador del podcast Gandini Análisis y se desempeña como profesor en diferentes universidades en temas asociados a finanzas y economía.
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