Forbes consultó con expertos de Blackrock y Vanguard, las compañías más grandes del mundo en manejo de fondos, sobre el potencial de esta herramienta en tiempos de incertidumbre.

El primer mes de 2023 transcurrió como se esperaba: la inflación alta de diferentes economías llevó a algunas de ellas a entrar a escenarios de recesión, mientras que otras han logrado salir a diferentes velocidades. La visión que arroja este panorama, al menos desde una perspectiva de inversión, es que los portafolios van a ser muy dinámicos y la gente se va a tener que mover rápidamente.

“En las inversiones, los precios de los activos ya están fijados a lo que se espera de ellos. Las oportunidades que hay se basan en la diferencia entre lo que se espera y lo que es, y como hay tantas incertidumbres, habrá muchos movimientos a medida que tú tengas diferentes señales. De ahí que los atributos de la cantidad de opciones, las plataformas amplias y la liquidez sean temas importantes”, explicó el director de iShares y Clientes Institucionales de BlackRock para América Latina, Nicolás Gómez.

Es así que herramientas como los fondos cotizados en bolsa, también conocidos como ETFs, así como las inversiones indexadas, se posicionan como herramientas que permitirían a los usuarios elegir cómo invertir su dinero, diversificando sus portafolios y reduciendo el riesgo al reunir en un mismo lote activos como acciones, bonos y materias primas.

Para entender su potencial, cabe destacar que la industria de gestión de activos crece alrededor de 2% o 3% al año. Dentro de la misma, los ETF crecen hasta 25%, tendencia que se mantiene tanto a nivel global como en Latinoamérica. En cifras, Blackrock ha visto entradas de US$870.000 millones en la industria, y en el caso de iShares, marca de ETFs de la compañía, la cifra alcanza US$230.000 millones.

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Ese panorama mejora en el caso de los ETFs de renta fija, cuyo aumento se ha ubicado entre 35% y 40%. Incluso, de los US$230.000 millones previamente mencionados, alrededor de US$130.000 millones vinieron de ese segmento. Dicho comportamiento coincide con un buen posicionamiento de inversionistas y portafolios de deuda, que están pagando entre 4% o 5% en dólares.

Dicho potencial convierte a los ETF en un vehículo de inversión para la gente, ya sea para un retiro a largo plazo, o para actividades más cortoplacistas, como “el ahorro para pagar la colegiatura de los niños a cinco o diez años, la compra de una casa o unas vacaciones”, según explicó el estratega de Inversiones Senior de Vanguard para Latinoamérica, Ignacio Saralegui.

Lo cierto es que ambos expertos hablan con conocimiento de causa, y es que tanto Blackrock como Vanguard se han posicionado como las empresas de gestión de activos más grandes del mundo según el último ranking de ADV Ratings, con un número de activos bajo su poder de US$9.570 millones y US$8.100 millones respectivamente.

Asimismo, poseen el segundo y tercer ETF más grandes del mercado en la actualidad, con activos bajo gestión de US$315.052 millones en el caso de Blackrock con iShares Core S&P500 y US$288.783 millones para Vanguard Total Stock Market.

ETF como activo refugio y fuente de liquidez

Uno de los mandatos centrales de los bancos centrales es la estabilidad de precios en las economías, así como mantener el motor económico activo. Por eso es que en Estados Unidos se habla de que Latinoamérica mira con atención a la FED de Estados Unidos cuando sube las tasas de interés, pues también afecta que tan atractivo es el papel de las mismas en nuestras economías locales.

No obstante, se están jugando también su credibilidad a la hora de mantener esa inflación en un rango objetivo. Actualmente, hablamos de 6% u 8% en Estados Unidos cuando el Banco Central tiene un objetivo de 2%, pues la FED está enfocándose en un alza de tasas que se ubica alrededor de 4,5% y 5%, que incluso puede llegar a 5,5%, frenando el motor económico y dejando en el aire una eventual recesión.

De ahí que, cuando nos referimos a la liquidez de gobierno, los inversionistas pueden conseguir ETF que compren todos esos vehículos de deuda. De esa forma, tanto en Colombia como en México y en Brasil, el papel se hace atractivo con una tasa alta, según explicó Saralegui a Forbes.

“No sólo esta política monetaria ayuda a balancear la demanda y la oferta y con eso contener la inflación, sino que también es atractivo para para un inversor. Si se compara una tasa de 12% en Colombia con una de 4,5% en Estados Unidos pues ahí se tiene un buffer, conocido como un fondo que busca proporcionar a los inversores la parte alcista de los rendimientos de un activo“, añadió el experto.

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El abanico de posibilidades es amplio si se tiene en cuenta que hay hasta 2.500 tipos de ETF en el mercado. De ahí que, según Gómez, la inflación y los temas de incertidumbre económica puedan posicionarlos como activos refugio dentro de los sectores o tendencias más conservadoras en la renta variable.

Incluso si vamos dentro de la renta fija, que al final del día son deuda con un menor riesgo que el mercado que la bolsa y que la renta variable, las perspectivas son alentadoras. A manera de ejemplo, Saralegui mencionó que activos como los bonos de gobierno serían una inversión con el menor riesgo, pensando que se trata de un actor que no tiene otra salida que repagar sus obligaciones.

Latinoamérica tiene mucha historia de defaults y de gobiernos que luego tienen problemas con repago de deuda, pero dentro del espectro de activos de riesgo, el resguardo es en bonos de tesoro de gobierno. Si vemos luego dentro de esa clase de activo a nivel global entra esta dinámica: me resguardo en bonos de gobierno colombiano como un inversor colombiano, o puedo comprar bonos de tesorería de Estados Unidos”, añadió.

Muchas veces como latinos también nos gusta resguardarnos en el dólar pensando que nuestras monedas no mantengan su fortaleza contra la divisa estadounidense, pero dentro de la incertidumbre, la zona donde los inversores se resguardan es ese bono de gobierno, que sería una clase de activo que “te está dando una tasa alta también”. Más aún si estamos hablando así de recesión en Estados Unidos, que podría pegarle a los países latinoamericanos de forma directa o indirecta.

Impacto de la coyuntura

Con estos niveles de inflación y la incertidumbre alrededor de temas geopolíticos y recesiones, Gómez destacó que los ETFs alcanzan su pico de usabilidad gracias a su liquidez y porque hay acceso a información sobre sus precios en todo momento del día. De ahí que, cuando hay más incertidumbre y coyunturas complicadas, los valores pueden fluctuar entre 2% o 3% durante el día en S&P500.

“Cuando hay más incertidumbre la gente está cambiando constantemente de opinión y viendo distintas oportunidades, entonces lo que tú ves es un mayor uso de los ETF. Por ejemplo, en marzo del 2020, cuando explotó el tema del Covid-19, los ETF en Estados Unidos alcanzaron hasta 40% de todo el volumen de operación en la bolsa, cuando normalmente son alrededor del 20% o 25%“, añadió el experto.

El mensaje aquí es claro: cuando hay que moverse rápido, el hecho de que haya tantas opciones y que haya liquidez tienden a ser razones por las cuales la gente acude a este tipo de instrumentos para actualizar sus portafolios. A esto se le puede agregar la creación de ETFs donde se le da esa capacidad al inversor de configurar una cartera diversificada.

“A la hora de ir y buscar ETFs de banca, vas a ver que son sumamente diversificados y no vas a tener un riesgo de concentración. No van a ser afectadas porque al señor de Tesla se le ocurrió mandar un tweet que ahora puedes pagar con Bitcoin o lo que sea”, explicó Saralegui.

Tener esa variabilidad de ETF, donde cada inversor puede invertir en el mercado que realmente le es apropiado para su nivel de riesgo, puede ser importante para Colombia, Latinoamérica y el mundo. Al final del día son ciclos, pues la economía no son los mercados y viceversa.