Aquellas empresas que sobrevivieron a la pandemia y el paro nacional se alinearon en estructuras de personal, costos y gastos, pero aún les falta organizar la deuda financiera. Es ahí donde esta nueva herramienta busca jugar su rol en el sistema.
Los fondos de deuda privada existen desde la década de los 80 en Estados Unidos y buscan suplir espacios a donde no llega el sistema financiero tradicional con el mercado de capitales, o especializarse en sectores de la economía donde quieran generar impacto.
Cuando llego la pandemia, las empresas empezaron a hacer ajustes por obligacion, mientras llegaron otros actores que recogieron lo que venia pasando en el mercado: incremento tecnolgico y mayor eficiencia. Luego vino el paro nacional, y aquellas empresas que sobrevivieron se alinearon en estructuras de personal, costos y gastos, pero aún les falta organizaba la deuda financiera.
Para lograrlo, los periodos de gracia y pagos altos al final son herramientas clave para que esa carga del costo de capital no los apriete tanto. Ante dicha necesidad, Credicorp Capital trabajó en esta estrategia durante los últimos tres años hablando con inversionistas para comprender cuáles eran sus objetivos y donde querían generar impacto.
Si bien no es el primer fondo de deuda en moneda local de la compañía, teniendo en cuenta el primer experimento cerrado en Perú en diciembre, los ejecutivos entendieron que se necesitaban dos cosas para tener éxito en Colombia: arrancar por deuda estructurada a medida que se vaya madurando en fondos de deuda, y atacar espacios en el mercado donde generaran valor.
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Este último factor lo encontraron en medianas empresas, especificamente aquellas que reportan más de $50.000 millones en ventas que necesitaban atención desde deuda estructurada a largo plazo para montar estructuras a su medida.
Si bien el sistema financiero lo hace bien en negocios corrientes y en grandes compañías, no suele bajar algunos escalones, por lo que es dificil para compañias medianas. “El mercado de capitales exige fondos arriba de $100.000 millones para generar profundidad, que haya interés por el monto y que se quiera desasrrollar un jugador. Los bancos no estan llegando a plazos largos”, explicó a Forbes el director ejecutivo de Deuda Privada en Credicorp Capital, Daniel Uribe.
El beneficio apunta a que, dependiendo de las necesidades, los inversionistas tienen la posibilidad de adquirir una empresa vía ‘leverage by out’, que apalanca la compañia que están comprando con las acciones, pide deuda imperativa, da acciones como garantia y estructura deuda a largo plazo. Ese es un camino para desarrollar negocios horizontalmente.
Cabe destacar que, en cuanto al panorama global de deuda privada, los préstamos directos (43%) y la coinversión (33%) encabezan la lista de ofertas según un reporte de Natixis Investments Managers. Y es que, a pesar de mejores noticias sobre los bonos, los selectores parecen seguir preocupados por su capacidad para generar rentabilidad. De hecho, son más propensos a decir que añadirán a las inversiones en deuda privada a nivel mundial (31% añadir / 17% recortar) y en América del Norte (39% añadir / 15% recortar).
Además, se debe tener en cuenta que la popularidad de los activos privados no se limita a la deuda. A escala mundial, los selectores son más propensos a realizar inversiones en capital inversión / capital riesgo, tanto a escala mundial (43% más / 13% menos) como en Norteamérica (46% más / 9% menos). El mismo número (46%) en el Reino Unido tiene previsto aumentar las asignaciones a estos activos, de acuerdo con el reporte.
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Para el country head de Natixis Investment Managers para Colombia y Perú, José Luís León, los activos privados son una clase que está ganando popularidad, y la mitad de los selectores encuestados tiene previsto ampliar su oferta de inversiones privadas. “En resumen, este año será de cambios tácticos para generar ingresos”, agregó.
“Con la coyuntura actual, estos fondos generan mucho impacto en momento anticíclicos. Los bancos empiezan a ver empresas que se aprietan más y buscamos con esto dar la posibilidad de tener periodos de gracia al inicio del crédito que les quite carga de pago a capital cuando haya tasas de interes altas y fuierte desaceleracion de la economía”, complementó Uribe.
Los compromisos y el respaldo muestran que los principales actores que respaldan este vehículo multisectorial, donde destacan tanto fondos de pensiones como compañías multilaterales, tienen dos intenciones: apostar al desarrollo de confianza en los activos, así como sostener el impacto que deben generar en las compañias.
Con respecto al primero, necesitan que se desarrollen en el mercado esas alternativas de inversión que generan valor. En cuanto al segundo, tiene la capacidad de originar más ahorradores que terminan llevando el pulso a sus fondos de pensiones, generando economía circular y desarrollo del nicho empresarial que necesita apoyo.
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En cuanto a las operaciones como tal, Credicorp estimó un monto mínimo de $15.000 millones: Y es que al ser el primer fondo de deuda privada en pesos del país, la prioridad era configurar un modelo seguro donde la operacion y administracion no generara problemas en seguimiento de operaciones.
“En total, se espera movilizar alrededor de $1,2 billones en préstamos, y si se baja el piso de $15.000 millones a $5.000 millones, nos iba a obligar a tener mayor capacidad inicial para colocar los montos“, sostuvo Uribe. Con eso en mente, Credicorp definió interamente las compañías máximas que podían tener y administrar, generando impacto en ese nicho y dando tranquilidad a inversionistas de que los clientes eran mas de cinco años de experiencia y capacidad de tener deuda estructurada.
Al tener los parámetros claros, la primera etapa para llevarlo a cabo fue el fundraising para la inversión. Con su primer comité, Credicorp espera llevar cinco operaciones que sumen unos $200.000 millones, y a su vez contará con cuatro años para hacer las inversiones y prestar la plata, pero Uribe se mostró confiado en poder lograrlo “en año y medio o dos”.
“Los compromisos para el primer cierre son de $913.533 millones. A partir del 2 de febrero están listos y si se aprueba, se empiezan a invertir los primeros $200.000 millones de ese total“, agregó el ejecutivo.
El objetivo es claro: los países con un fondo de deuda privada en moneda local deben ser los que generan valor a este nicho. En un mercado como el colombiano, la mayoria de compañías tienen estructuras montadas en pesos y es riesgoso endeudarse a largo plazo. Meter al mercado producto que genera valor e impacto es una alternativa diferente a los bancos y al mercado de capitales, por lo que una herramienta de este estilo llegaría a complementar el mercado. Solo el tiempo dirá si funciona.