Si es imposible mantener el mismo consumo energético con energías limpias, habría que analizar cómo consumimos menos energía.

La agencia internacional de Energía estima que el planeta al hacer una transición energética completa podría terminar con un mix de energías en donde sería la solar y eólica quienes dominarían el mercado. Recientemente vi un artículo en el que se proyecta, con las recomendaciones de mix energético previamente mencionado, cuántos minerales requeriríamos para instalar la infraestructura necesitada de una transición energética completa. Los resultados son escalofriantes.

Para Litio, Cobalto y Vanadio, las actuales reservas equivaldrían a el 2.33%, 3.48% y 3.52% de lo requerido, respectivamente. Hacer nuevas minas requieren alrededor de 10 años para estar completamente operacionales. El mensaje, casi profético, es que bajo las condiciones propuestas para mantener constante nuestro consumo energético y con las tecnologías propuestas por EIA, es imposible que tengamos suficientes minerales para lograr una transición completa.

Obviamente el mix energético no tiene que ser el propuesto por la EIA, habrán eficiencias tecnológicas que nos permitirán necesitar menos minerales y existen miles de otras variables que amplían nuestro abanico de posibilidades. Aún así, considero que estos mensajes sobre los límites de nuestro planeta al consumo humano deben abordarse desde una lógica distinta a la economía de mercado, los riesgos son demasiado altos. Imagínense las dinámicas neocoloniales que pueden existir si los países ricos se quedan sin los minerales que necesitan para sus estilos de vida y solo los pueden encontrar en los países del sur. No podemos repetir los mismos errores del pasado.

Tal vez el esfuerzo multilateral más relevante al que se enfrenta actualmente el mundo es el Acuerdo de París, firmado en 2015, poniéndose como meta que las emisiones de gases de efecto invernadero netas a 2050 sean cero. Eso no significa que tengamos que soltar por completo los combustibles fósiles, pero sí que cualquier emisión que salga a la atmósfera debe ser capturada de vuelta. Eso va a requerir que transformemos por completo todo nuestro sistema productivo.

Si es imposible mantener el mismo consumo energético con energías limpias como supone el estudio, habría que analizar cómo consumimos menos energía. Eso parecería un objetivo imposible, dada la necesidad de la población de los países en vía de desarrollo y subdesarrollados por brindarle más bienestar a sus poblaciones; pero también es cierto que debemos ser consecuentes con los límites de nuestro planeta y afrontar los retos a los que se enfrenta nuestro futuro como humanidad con honestidad y practicidad. Las estadísticas globales muestran que la huella en consumo de materiales y de energía de los países de Europa Occidental y Norteamérica son mucho mayores de lo que nuestro planeta puede soportar, por lo que buscar un futuro sostenible debe empezar por reducir drásticamente el consumo de energía de estos países.

Por: Daniel Gutiérrez Patino*

*El autor es fundador de Saving The Amazon

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