Una realidad cada vez más reconocida en el mundo laboral es que las personas felices son significativamente más productivas. Asimismo, las empresas que se preocupan por el bienestar de sus colaboradores hacen que estos sientan que su trabajo tiene un valor real, y que ahora los mismos trabajadores le dan más relevancia a la salud y al bienestar.
Un reciente informe de la OCDE reveló que Colombia es la nación más improductiva de la Organización, un preocupante hallazgo que va en línea con el dato oficial de la productividad en Colombia para 2022 del Dane, que dice que el indicador aportó 0,8 % al crecimiento del valor agregado. Esto ha prendido las alarmas sobre las prioridades que deben tener las empresas con sus colaboradores para que realmente el tiempo dedicado a trabajar sea productivo.
Cada vez es más claro que atrás quedó la idea de que las jornadas extensas en la oficina es sinónimo de productividad. Allí aparecen el bienestar y la felicidad como el verdadero motor para lograrlo.
Uno de los factores que más se están analizando a nivel global para hacerle frente a los retos de productividad postpandemia tiene que ver con el conocido ‘salario emocional’. No en vano, según el Índice de Tendencias Laborales 2022, publicado por Microsoft y Edelman Data x Intelligence, el 70 % de los trabajadores de América Latina han cambiado sus prioridades y darle mayor atención al balance entre el mundo laboral y la vida privada.
“Entramos a la casa de las personas, conocimos sus mascotas, sus hijos, parejas, padres, dejamos la ‘máscara’ de la oficina y eso nos ha permitido entender que el bienestar integral y la felicidad son igual de importantes que los resultados o las obligaciones, que nadie puede ser productivo si no tiene bienestar en todos los aspectos de su vida. Trabajar en eso es una prioridad para las empresas que quieran ser exitosas tras la pandemia, es el único camino, y no tienen que hacerlo solas, para eso cuentan con aliados, como las cajas de compensación, que ya tienen una oferta importante para el bienestar integral”, comenta Alexandra Castellanos, gerente de Talento Humano de Compensar, una de las cajas más importantes del país.
Los desafíos actuales

La gerente Castellanos dice que no hay nada más permanente que el cambio, que, aunque parece una frase teórica, es una realidad. Por eso parte de la felicidad y la productividad es la resiliencia, y un desafío actual es tener equipos que se adapten a los cambios, que no vean problemas sino grandes oportunidades, y suma que otro de los desafíos que han encontrado es que cada vez las personas piden más a las empresas que las conozcan, que les den su real dimensión como individuos, que no haya programas masivos, sino más singulares, y allí tecnología es clave.
Específicamente se refiere a la Inteligencia Artificial como una opción para conocer a las personas a profundidad y, por lo tanto, ofrecerle los beneficios que más se acerquen a las necesidades de cada una. Por ejemplo, Compensar tiene más de 2.500 beneficios al ser una plataforma de bienestar integral que consolida salud, deporte, turismo, vivienda, educación, cultura y centros de bienestar físico, emocional, mental y financiero, entre otros.
En ese panorama Compensar sabe que no todos los beneficios aplican para todas los colaboradores, que para algunos es clave el tema de bebés o infancia, mientras que para otros será el tema de turismo, o de subsidios de vivienda, etc., cada persona y cada familia es un mundo diferente, por eso cada vez es más clave conocer a los equipos, las personas, los afiliados, tener su data de forma consolidada para, a través de Inteligencia Artificial, saber específicamente qué es eso que lo hará más feliz, qué o acercará a ese bienestar integral y a ser más productivo.
“Otro reto es el liderazgo, donde el jefe más que pedir datos y resultados es un mentor, un acompañante para el colaborador y su familia en el poquito o mucho tiempo que vaya a estar en la empresa. Las nuevas generaciones tienen una concepción del mundo muy distinta. Por eso debemos hacernos atractivos, flexibilizar la forma de trabajar en horarios y espacios, no solo las empresas seleccionan un colaborador, ellos también nos eligen, así que debemos ser atractivos para que eso se traduzca en bienestar y felicidad”.
En línea con esto cada vez es más latente que los trabajadores quieren tener participación en las decisiones, que se les involucre, se les escuche, sientan que su esfuerzo no es en vano y que las experiencias en pro de su bienestar integral en las compañías sí los tienen en cuenta, lo que en últimas terminaría siendo un impulso para la productividad común, cada vez los logros individuales son menos posibles, los logros colectivos son los que más peso tienen.
La importancia de salario emocional

“Yo soy una convencida de que las personas felices son mucho más productivas que las que no lo son. Si te la gozas haciendo el trabajo, si vez el error como parte de tu desarrollo, si aprendes de tus compañeros y la empresa, esa tranquilidad genera productividad. Nuestra idea es que el trabajo sea el camino para alcanzar los sueños, que levantarse no sea porque toca, sino para ser feliz, aprender, retarse, y que además que te paguen, ese es el punto ideal y eso se traduce en productividad”.
En palabras de la gerente Castellanos todo lo que genera posibilidades de hacer las cosas mejor ya es ganancia, ver diferentes puntos de vista, tener diversidad en los equipos, acercarse a cada mundo de esas personas, entenderlos, darles solución a sus necesidades más allá de las funciones del cargo. El salario emocional es clave como forma de demostrarle a los colaboradores que son importantes.
Los consejos para ser feliz en el trabajo
El primer consejo de la gerente es hacer un examen de conciencia para saber si lo que hace la persona realmente le gusta, si es fiel a su esencia o se ha dejado moldear por lo que socialmente otros esperan o quieren, como la familia, los estudios o los trabajos previos.
“Busca tu esencia para saber dónde puedes brillar, porque lo que sí te aseguro es que si logras concatenar en donde tú eres bueno es como si se prendiera una luciérnaga, te llega la luz, pero la luz viene no de afuera hacia adentro, sino de adentro hacia afuera, te sientes feliz”.
Por último, Castellanos subraya que si no está claro ese lugar para brillar el consejo es pedir ayuda, dar los primeros pasos en ese camino, no tenerle miedo a la retroalimentación, pues cuando las cosas salen bien, la persona se siente bien, brilla más, es más feliz, hay más motivación para aportar y ser productivo por gusto, no por obligación.
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