Alternativas como la energía solar y eólica tienen un gran potencial que puede ser aprovechado, de acuerdo con expertos de organismos multilaterales.
Mientras que la energía hidroeléctrica representa 68% de la matriz colombiana, alternativas como la eólica, solar y biomasa se encuentran en una etapa temprana de ingreso a la red. Solo en la capacidad instalada, la energía solar es pequeña, pues representa menos del 2,5% de la matriz energética de generación.
No obstante, con las subastas más recientes de largo plazo para energías renovables no convencionales, que asignaron un poco más de 2.500 megavatios en proyectos eólicos y solares y que se encuentran en diferentes etapas de construcción, los expertos tienen fe en el potencial energético que puede tener el país en un plazo no tan largo.
“Desde el BID hemos venido impulsando el desarrollo de todo este tipo de potencial en Colombia, promoviendo la transición energética justa a través de varios instrumentos que tenemos, como diferentes operaciones técnicas o diferentes créditos y proyectos de financiación”, dijo la especialista sénior de energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Alexandra Planas.
Aquí también es importante resaltar el gran potencial solar eólico del país. Si se observan las capacidades en el campo eólico de la Guajira, donde se estima que la velocidad media del viento es superior a 10,17 metros por segundo en un 20% de las áreas con más viento del departamento, el recurso es comparable a la intensidad de las condiciones obtenidas en la energía eólica costa afuera, gracias a factores de planta superiores al 60%.
El recurso solar también es abundante en estas regiones donde las instalaciones de tecnología solar y fotovoltaica alcanza, factores de plantas superiores al 20%.
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Al respecto, Planas destacó que el BID apoyó la estructuración de las subastas previamente mencionadas a través de cooperación técnica, destacando además la reciente asignación de puntos de conexión que hizo la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME), que también apoyaron con el desarrollo del algoritmo que se utilizó para hacer estas asignaciones más eficientes.
También hicieron una identificación del recurso eólico en La Guajira, además de apoyar esa penetración de renovables no convencionales en la matriz de generación del país. No obstante, Planas reconoció que “hay algunos atrasos” en medio de dichos avances.
“Esperaba que algunos de estos grandes proyectos eólicos y solares ya estuvieran en funcionamiento. Sin embargo, hay unos retrasos en la construcción de la línea de transmisión que es la que va a evacuar la mayoría de estos proyectos”, detalló.
Pese a este contratiempo, celebró que el gobierno de Gustavo Petro está poniendo especial énfasis en todas las conversaciones y negociaciones con las comunidades locales. “Esperamos que la construcción de la línea arranque lo antes posible para lograr que estos grandes proyectos renovables sean una realidad en el país”, destacó.
Por su parte, el coordinador de Energía del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Fernando Branger, comentó que el más reciente índice de transición energética que publica el World Economic Forum ubica a Colombia como el segundo país de América Latina con mejor trabajo en el tema de la transición energética.
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Por otro lado, también elogió los programas de incorporación de nuevas vías renovables no convencionales como la solar y la eólica, que si bien han tenido estos retrasos ya mencionados por Planas, no son exclusivos de Colombia.
“Los temas de derechos de vías en lo que son las líneas de transmisión son complejos en todas partes, y requieren trabajar muy bien con las comunidades porque definitivamente el paso de estas vías por las comunidades tiene sus impactos”, aclaró.
Si se ponen en términos referencia, cabe resaltar el caso de Europa, que está apuntando hacia n 70% de energía renovable para 2030. al respecto, sostuvo que “Colombia está allí, entonces hay que ponerse un poco en perspectiva este y cuando decimos cómo le va a Colombia en términos de renovable”.
El experto también señaló que, en toda América Latina, la generación eléctrica tiende a ser bastante renovables y verde si se quiere. El problema de la región, a diferencia del resto del mundo, va ligado en cuanto a lo que son inducciones. Allí destacó que no es precisamente el sector eléctrico, sino más bien el sector transporte el que se erige como el principal emisor.
“Desde ese punto de vista, hay que ver si a lo que estamos apuntando es a disminuir las emisiones de CO2 equivalente, que tal vez, no es solamente el sector eléctrico, sino también otros como el de transporte. Desde el punto de vista de lo que supone el tránsito de Colombia, probablemente el sector eléctrico sea el primero que se va a descarbonizar”, concluyó.