"Los bartenders de Latinoamérica tienen buen nivel, por supuesto hay detalles en los que trabajar... pero tengo esperanza en la región".

El bartending o la coctelería ha tomado fuerza en Colombia y, en general, en la región de Latinoamérica, al punto que entre los mejores del mundo figuran referentes como el mexicano Benjamín Padrón, que ha construido una sólida trayectoria en el universo de los coctéles, los spirits y los bares.

Padrón tiene hoy el título de uno de los bartenders más reconocidos en la industria; su Licoreria Limantour ha sido galardonado como el mejor bar de América Latina y el Caribe y llegó a ocupar la cuarta posición en la lista de los ’50 Best Bars del mundo’. Faltando poco para cumplir dos décadas en el negocio, el mexicano reconoce que en estos años Latinoamérica ha evolucionado en el bartending.

“Desde comienzos de los 2000 he estado en esta industria y antes había un gap entre nosotros, Europa y Estados Unidos, pero esa diferencia se ha reducido a nada prácticamente. Los bartenders de Latinoamérica tienen buen nivel, por supuesto hay detalles en los que trabajar, por ejemplo, el dulzor tan característicos de nuestros países. Pero tengo esperanza en la región”, dijo en entrevista con Forbes Colombia.

Benjamín Padrón estuvo en la capital colombiana como jurado de World Class, la competencia de coctelería internacional, buscando al mejor bartender en el país. En su visita a Colombia, reconoce que la coctelería es una tendencia en crecimiento y que en el mundo gastronómico es cada vez más apreciada.

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“Poco a poco se ha ido desarrollando, antes sobre todo era la comida con vinos; sin embargo, con los coctéles vamos creciendo y se van vinculando a la cocina. También depende de la relación de los chefs con los coctéles, se necesita hacer un match, para que cada uno esté en sus cosas pero haya cohesión”, resaltó.

Padrón, como buen bartender, se abstuvo de recomendar un coctél para los lectores, pero sí contó para este medio cómo escoger el más adecuado. “Para mí los coctéles son como la comida, en el sentido en el que por mucho que te guste un platillo no lo comes todos los días, lo mismo sucede con las bebidas. Depende de la hora en la que los consumas, no es lo mismo un cóctel para la noche de un sábado que para el día. Hay diferentes cócteles que tienen que ir de acuerdo a la ocasión que estés celebrando”.

Sobre todo, enfatizó, la clave de un buen cóctel es ese que tiene balance, pero que está pensado para el paladar del consumidor. Hay tendencias globales que a veces no encajan con el perfil de sabor que buscan los clientes en los países de la región. “A lo mejor de 10 clientes, solo 1 lo va a entender”.

Y a ello hay que sumarle el factor social, la coctelería es una experiencia que se vive en el bar. “Para los bares su razón principal de ser es social”, dijo, y es que la barra se convierte en el punto de encuentro y de socialización de las personas, eso complementa el balance de la bebida.

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