El estudio 'Look to the Future: Volumen 2023', de Kantar Division Insights, indica que ese ha sido uno de los principales motivadores de cambio de la economía y el consumo, y se prevé que lo continúe siendo.
La presión de fuerzas macroeconómicas que se vivieron a finales de 2022 fueron solo la antesala a los desafíos que vendrían en 2023 para superarla. Sin duda, una de las tendencias que más impactaron tanto a las empresas como a las personas en su día a día fue el alza de la inflación, que a su vez implicó un aumento en las tasas de interés.
Lo anterior se ha traducido en una contracción de la capacidad adquisitiva. El estudio ‘Look to the Future: Volumen 2023’, de Kantar Division Insights, indica que ese ha sido uno de los principales motivadores de cambio de la economía y el consumo, y se prevé que lo continúe siendo.
La encuesta, que tomó en consideración las respuestas de 3.500 participantes de países de Latinoamérica -entre ellos Colombia- determinó las 50 tendencias que están moviendo al mundo en materia económica.
Sus hallazgos señalan, precisa Camila Muñoz, Innovation manager de Kantar División Insights Colombia, en Colombia el principal factor de cambio es la capacidad aquisitiva desde tres aristas: la inflación y los precios de la canasta familiar; el aumento de las tasas de interés y los niveles de endeudamiento; y la ampliación de la brecha entre niveles socioeconómicos por la pobreza y el desempleo.
Respecto a los precios de la canasta familiar, el estudio indica que Latinoamérica se presenta como la región con la inflación más alta, cerca del 43,9%. Lo que no ha impedido que las familias de menores ingresos sean las que más alimentos compren.
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Ante el comportamiento de la inflación, los gobiernos optaron por el ajuste de las tasas de interés, para desincentivar el consumo, lo que también ha golpeado el bolsillo, por el encarecimiento de los productos crediticios.
“A pesar que la región mostro resiliencia frente a los shocks de la guerra y las altas tasas de interés, preocupa la alta inflación que llega con un aumento en el costo de vida. La creación de empleo, el consumo y la confianza de consumidores y empresas se debilita, en algunos casos potenciada con políticas gubernamentales”, añade el informe.
Finalmente, entre las preocupaciones que manifiestan los encuestados se encuentra el incremento de la pobreza, tras la pandemia y con el efecto de la inflación al alza. Problemática que va de la mano con el desempleo, cuyos niveles se proyecta aumenten para este año, debido a la desaceleración de las economías.
“Los motivadores de cambio desatan macrofuerzas globales que entran a definir el mundo futuro, y por ende la forma en que decidimos, priorizamos, vivimos, consumimos y nos relacionamos”, acota Muñoz.
De ahí, además, que los consumidores prioricen el ahorro al momento de hacer sus gastos, por lo que se inclinan por alternativas con las que estén ‘economizando’ en sus compras. El estudio además sugiere que no siempre ahorrar implica menor calidad, por lo que los hábitos de los consumidores se orientan hacia productos que ofrezcan una experiencia superior sin tener que pagar de más.
Asimismo, consideran el factor tiempo como parte de su proceso de compra, pensando en qué gastos son críticos o urgentes y cuáles pueden esperar.
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