No todo es crisis para el sector aéreo colombiano. El revolcón dejó un par de aerolíneas fortalecidas y algunos inversionistas y fondos de capital dispuestos a entrar a Colombia. El mercado local seduce a los extranjeros y todo indica que hay oportunidades para llenar el vacío que dejan las extintas Ultra y Viva. Así se prevé reconfigurar el negocio.
Turbulencia en el sector aéreo: lea aquí la primera entrega de este reportaje
En medio de la crisis aérea que vive Colombia, no es un error decir que hay actores que están ganando. Lo que para Ultra y Viva Air ha sido uno de los capítulos más difíciles de su historia –que incluso terminó dándole la estocada final a la operación de Viva– para aerolíneas como Avianca, Latam, Copa, Jet Smart e incluso la dominicana Arajet se ha convertido en una oportunidad para conquistar a un mercado con un potencial millonario: el colombiano.
El balance es agridulce. Por un lado, no es un secreto que la debacle de dos de las principales aerolíneas de bajo costo provocó millonarias pérdidas para las agencias de viaje, los hoteles, la cadena productiva del sector y los pasajeros. Juntas se quedaban con el 25% de los viajes aéreos del país, por lo que cifras de la Asociación Colombiana de Viajes y Turismo (Anato), con corte del 15 de mayo, muestran que quedaron en vilo más de 6,7 millones de dólares, fruto de los depósitos que se hicieron a estas empresas en los últimos meses.
A esto se suma un decrecimiento en las ocupaciones de ciudades turísticas como Cartagena, Santa Marta y la isla de San Andrés, donde se redujo en hasta un 68% la llegada de visitantes al pasar de 34 vuelos diarios a poco menos de 10. Desde Cotelco confirmaron que San Andrés particularmente fue el destino en donde la ocupación hotelera cayó con más fuerza en los primeros cuatro meses de este año, con un retroceso de 19,60%.
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Sin embargo, Colombia sigue siendo uno de los destinos más atractivos en materia de turismo para inversionistas, fondos de capital y empresas, que aprovecharon la crisis para acentuar su posición en el país, sumar más sillas a su oferta e incrementar rutas y destinos.
Claudia Velázquez, experta en el sector aeronáutico, explica que hay jugadores que “lograron reaccionar de una manera rápida, aumentando su capacidad de oferta. Esas fueron Copa, Wingo y Latam. Será interesante ver cómo se van ajustando las participaciones del mercado, particularmente en la mitad de año luego de que se acomoden algunas rutas y se aproveche la temporada alta”.
Pese a esto, desde Latam, por ejemplo, se ha dicho que el aumento de su operación era una tendencia que venía fortaleciéndose desde el 2022, gracias al impulso que dio la reactivación del turismo luego de la pandemia del Covid-19, cuando Colombia fue uno de los primeros países en recuperarse.
Los ganadores
En medio de la crisis, Avianca ha sido protagonista. A mediados de mayo la aerolínea informó que no se jugaría la carta de la integración con Viva Air, lo que concluyó el movimiento con el que la low cost esperaba salvarse. En un comunicado oficial, explicó que las condiciones impuestas por las autoridades no eran posibles de cumplir. Horas después Viva se despidió oficialmente del mercado colombiano.
Con ese panorama Avianca quedó en una posición desde la que espera jugarse una participación de mercado cada vez más importante. Luego del episodio del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EE. UU., su reorganización y el ajuste en sus operaciones, la aerolínea ha ratificado su liderazgo en el mercado local, con más de 130 rutas, 4.100 vuelos semanales y una flota de más 120 aviones Airbus A320 y Boeing 787 Dreamliner, que conectan con alrededor de 70 destinos en América y Europa.
La aerolínea está apostando por simplificar su modelo de negocio, impulsando mayores eficiencias en su operación y manejado la turbulencia de la devaluación y los altos costos del jet, una estrategia que le ha salido bien al empresario Roberto Kriete y a sus dueños: Kingsland Holding, United Airlines y Elliot Management. Este último es un fondo de inversión estadounidense, propiedad del multimillonario Paul Singer, que en los últimos años ha apostado por empresas en crisis para recuperarlas.
Si bien están en vilo los 240 millones de dólares que desembolsaron los dueños de Avianca por Viva, todo indica que la aerolínea buscará esta plata con la consolidación del Grupo Abra en América Latina. Muestra de ello es que en el primer trimestre de este año lograron ingresos por US$1.087 millones, un 34,1% de lo que registraron en el mismo periodo del 2022. Si bien registraron pérdidas, éstas disminuyeron de US$76,1 millones a US$11,7 millones.
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Con la optimización de sus aviones, el costo por silla disponible por kilómetro volado, excluyendo combustible, descendió 29,1% hasta US$3,9 centavos. De hecho, en su último informe financiero, la propia aerolínea confirmó: “Los ingresos por pasajeros del primer trimestre de 2023 alcanzaron los US$828,9 millones, 51,2% superior al primer trimestre de 2022”. El incremento es el resultado de la fuerte demanda del mercado y del aumento de la capacidad.
“Entendimos que teníamos que volver a concentrarnos en lo que es importante, y eso significa, por ejemplo, priorizar la rentabilidad, la competitividad y la eficiencia sobre la cuota de mercado; los márgenes sobre el crecimiento; la confiabilidad operativa sobre el lujo; y las tarifas accesibles y sostenibles de manera consistente. A todo eso responde nuestra nueva visión de negocio”, destaca Manuel Ambriz, Chief Commercial Officer de Avianca.
La chilena Latam, de propiedad del Banco de Chile, Delta Airlines y Qatar Airways, entre otros, también ha logrado capitalizar el hueco de las extintas low cost en Colombia, incorporando cinco aviones nuevos a su flota y sumando por lo menos 210.000 nuevas sillas mensuales.
Santiago Álvarez, CEO de Latam Airlines Colombia, asegura que Colombia es un mercado clave para el Grupo, “ya que estamos convencidos de que esta industria tiene muchas oportunidades de crecimiento”. De hecho, una de sus jugadas en medio de la tormenta que se vive fue apostar por contratar personas de las aerolíneas que salieron del mercado. Hasta ahora han incorporado 220 funcionarios de Viva entre los que se encuentran tripulantes de cabina, personal de mantenimiento y pilotos que hoy en día ya están volando.
En un momento en el que la tendencia ha girado hacia el low cost, todo indica que la aerolínea chilena está buscando imprimir otro sello en el país. Álvarez puntualiza que han consolidado una oferta de servicio con valores agregados como cabinas premium y comida a bordo gratuita en vuelos domésticos, convencidos de que lograran la rentabilidad de esta manera. Parte de lo que se espera también se da fruto del Joint-Venture con Delta, que busca fortalecer la conectividad entre Norteamérica y Suramérica.
Si bien Avianca y Latam han cubierto los vacíos de Ultra y Viva, hay un jugador estrella que se volcó sus ojos al mercado colombiano y de a poco se ha quedado con una tajada cada vez más grande. Se trata de Copa Airlines, a través de su subsidiaria Wingo, que ha sumado nuevos destinos, rutas y sillas a su operación de Colombia en los últimos cinco meses.
Copa, de propiedad del empresario Stanley Motta, uno de los hombres más ricos de Panamá y cuya fortuna asciende a los 1.000 millones de dólares, ha impulsado una estrategia para abrir nuevas conexiones entre Sudamérica y Centroamérica, así como incorporar nuevos aviones en el país.
Wingo detalla a Forbes que, tras el cese de operaciones de Viva y Ultra, han logrado incrementar su operación doméstica en un 79% con el objetivo de brindar una mayor estabilidad al sector. De hecho, en los dos últimos meses, han anunciado vuelos hacia Barranquilla, Bucaramanga y Pereira desde Bogotá, con cuatro frecuencias semanales para cada ruta.
Con este paso, la aerolínea panameña ha sumado 19.000 sillas adicionales al mes en estos trayectos, ubicándose como la única empresa de bajo costo que opera en el país.
Los nuevos jugadores
La aerolínea chilena Jetsmart, de propiedad de Indigo Partners, un fondo de inversión que tiene participaciones en Volaris, Wizz Air y Frontier Airlines, también adelanta el proceso para aterrizar en Colombia en el segundo semestre. Estuardo Ortiz, CEO JetSmart, explica que el mercado local es el segundo en número de pasajeros movilizados en la región, lo que lo convierte en uno de los más estratégicos y atractivos de Sudamérica.
“Como lo hemos venido haciendo desde hace varios años al interior de Chile, Argentina y Perú, desde Jetsmart estamos trabajando fuertemente para ofrecer a los viajeros colombianos un servicio de calidad en rutas clave para su conectividad”, explica Ortiz. “No se trata de una promesa. Se trata de un servicio sólido ya probado en países de la región, con un modelo sencillo y fácil de usar, una operación de calidad en una flota de aviones Airbus todos nuevos de fábrica”.
De acuerdo con la aerolínea, planean empezar a volar en el país en el último trimestre de este año. De esta manera, dice el CEO, “estaremos determinando aquellas rutas que requieren conectividad aérea de manera prioritaria como Pasto, en Nariño, o de alta demanda de tráfico como San Andrés Islas, así como aquellas rutas con las que conectaremos capitales regionales sin pasar por Bogotá”.
Una resolución de Aerocivil establece que en este momento Jetsmart ya cuenta con el aval para ofrecer rutas en Bogotá, Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Medellín, Pereira, San Andrés y Santa Marta, entre otros. En los primeros documentos que entregaron a dicha autoridad, proyectan ir incorporando aeronaves hasta llegar a una flota de 125 aviones y movilizar hasta 100 millones de pasajeros para el año 2028.
En la misma línea está EasyFly, que busca fortalecerse como aerolínea líder de las regiones en Colombia y en ese camino ha hecho una solicitud al gobierno para que los vuelos a ciudades intermedias tengan mejores cupos (slots) en el aeropuerto El Dorado de Bogotá. “Actualmente los cupos para estos vuelos no son competitivos, las regiones deben poder tener un vuelo a primera hora del día y otro al final de la noche, como ocurre con las capitales”, explicó a Forbes Felipe Gutiérrez, gerente general de EasyFly.
Actualmente operan 54 rutas a nivel nacional en la que, explica el directivo, es la “segunda operación más grande del país en número de vuelos después de Avianca”. La empresa cuenta con cuatro hubs en los aeropuertos de Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga y vuela a destinos como Bahía Solano, a Tolú, a Montería, a Pasto, a Cúcuta, Yopal, Neiva, Barrancabermeja, Florencia, Puerto Asís, Tumaco, Guapi y Quibdó, entre otros.
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En el primer trimestre del año la compañía se enfocó en pagar más de 55.000 millones de pesos de su reestructuración y para el segundo semestre tienen proyectadas nuevas aperturas. Gutiérrez explica que su prioridad ha estado en hacer que la operación sea sólida antes de buscar nuevas rutas.
“En el primer trimestre de 2023 logramos una utilidad acumulada de cerca de $5.000 millones que representa la dificultad de alcanzar márgenes positivos en la industria, pero en todo caso nos posiciona, tal vez, como la única aerolínea rentable del país en este momento”, puntualizó el directivo.
Con estos planes sobre la mesa quedan temas por resolver, como los precios de los tiquetes aéreos en el mercado local. Un estudio del portal Viájala determinó que los costos de los boletos han aumentado 18% entre enero y mayo de 2023. Bogotá, Medellín, Santa Marta, Cartagena y San Andrés son los destinos que han tenido mayor incremento.
esde el Gobierno ya hay algunas propuestas sobre lo que podría traer un control de precios en el país, pero la propuesta no ha mostrado mayor avance. Las aerolíneas explican que con el panorama actual los precios se irán ajustando al nuevo contexto del mercado.
Mientras tanto, dejan claro que pese a la alta inflación, devaluación y combustible caro, ven a Colombia como un mercado estratégico con potencial e inversionistas y fondos de capital están dispuestos a seguir inyectando capital en estas ambiciosas apuestas.