Es un grupo poblacional que se destaca por su buen desempeño, ya que valora su trabajo y le pone todo el empeño; baja rotación, pues son personas que están acostumbradas a trabajar largos periodos de tiempo en la misma compañía; experiencia, debido a su trayectoria y empatía

Existen muchos mitos alrededor de la contratación de la población de la tercera edad, por eso las empresas prefieren contratar jóvenes, algo que ha traído problemas para el empleo de los mayores de 50 años. Sin embargo, existen varios beneficios de contar con un equipo diverso que cuente con integrantes de todas la edades. 

En el marco del Foro Forbes ‘Inclusión y Diversidad’ 2023, hablamos sobre este tema con María José Rodríguez, directora de Gestión Humana de Konecta, empresa de soluciones tecnológicas que encontró en las personas de la tercera edad su mejor aliado para el servicio al cliente y Juan Pablo Alzate, líder de proyectos de la Fundación Saldarriaga Concha, entidad que promueve la empleabilidad de esta población. 

Para Konecta, emplear personas mayores ha traído beneficios como un buen desempeño, ya que valoran su trabajo y le ponen todo el empeño; baja rotación, pues son personas que están acostumbradas a trabajar largos periodos de tiempo en la misma compañía; experiencia, debido a su trayectoria y empatía, pues muchos de los clientes de Konecta se sienten más identificados con los mayores que con los jóvenes. 

Uno de los mitos más grandes que hay alrededor de este tema es que son personas que no saben de tecnología, a lo que María José respondió que  “en nuestra experiencia nos hemos dado cuenta que no es así, estas personas tienen un compromiso mayor para adquirir el conocimiento que se requiere”. 

De otro lado, el Ministerio de Trabajo otorga el Sello Amigable Adulto Mayor que busca promover la empleabilidad de los mayores que cuentan con la edad de pensión, y que aún, no cumplen con los requisitos adicionales para acceder a la misma. El Gobierno también tiene un programa de beneficios tributarios para quienes tienen iniciativas de este tipo. 

Aún cuando son más los pro que los contra, muchas empresas no han dado el paso. Desde el mapeo nacional que se ha elaborado en la Fundación Saldarriaga Concha afirman que “todavía hay mucho por hacer”. Juan Pablo invitó a los empresarios a estar “más abiertos a esta posibilidad. Con los cambios demográficos va a llegar un punto en el que esta será la mano de obra principal, entre más rápido se preparen las empresas para trabajar con esta población, menos difícil será el choque en unos 15 o 20 años”.