El presidente Gustavo Petro anunció un diálogo con el gobierno de Nicaragua para definir los derechos de pesca en el mar Caribe.
“Hoy es un día especial por el significado de una victoria relativa que ha obtenido Colombia en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), seguida de algunas derrotas relativas“. Así abrió el presidente Gustavo Petro su discurso del 20 de julio, enfocándose alrededor del concepto de territorialidad y de mar que hace parte de la nación colombiana y que es absolutanente neurálgico para el país.
Este aprendizaje que ha tenido Colombia desde 2001, año en que arrancó el proceso entre ambas naciones, tiene que permitirle a la sociedad colombiana unas reflexiones sobre la nación, nuestro futuro y del pasado que hemos vivido, de acuerdo con el mandatario.
Por ello, el presidente anunció su intención de dialogar con su homólogo nicaraguense, Daniel Ortega, para definir cómo, a través de estos fallos, “podemos hacer prevalecer que los pueblos del Caribe puedan tener derecho a la pesca sin ser molestados”.
“El pueblo es la base de la soberanía, por eso a principios de este siglo fue Colombia demandada”. Al respecto, Petro reprochó que el expresidente Andrés Pastrana haya aceptado en su momento la competencia de la CIJ.
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“Creyeron que simplemente con los apellidos y los pergaminos se podía defender el mar territorial, y fracasaron por que se les olvidó la existencia del pueblo y que el poder de una nación no es más que el poder popular”, aseveró.
¿Cuál fue la falla? Que la sentencia de la CIJ alimentó el fracaso de los gobiernos de esa época, pues Colombia nunca pudo demostrar que los habitantes del archipielago, en particular los raizales, gozaban del derecho de pesca artesanal, ahora ubicado en la costa de Nicaragua.
“Allí hablaban los abogados de los conceptos del derecho y el mar, y empezamos a perder. De hecho Colombia, en su vida republicana, lo que ha visto es perder su propio territorio una y otra vez, como si los que gobernaran desde Bogotá fueran indolentes ante el concepto de la nacionalidad y la dignidad”, agregó Petro.
Para el mandatario, lo que hemos visto en nuestra historia hasta ahora es como se pierde el territorio, las fronteras y como otros terminan soberanos. A su juicio, así ocurrió en el caso de Panamá: la indolencia con la que se trabajó en el mundo gubernamental mientras los colombianos se mataban entre liberales y conservadores provocó que el país perdiera el canal, Panamá y su presencia en Centroamérica, además del territorio que lo comunicaba desde el centro del mundo con los dos óceanos y los dos centros políticos del mundo a día de hoy.

Desde entonces, Colombia se ha visto debilitada al no poder construir un acuerdo en medio de la diversidad, según el mandatario. Por eso se pierden los espacios de la tierra, del mar, del aire, de la selva y de la cultura. Eso frenó a partir del 2012. Y es que, para Petro, es clave reconocer que la pérdida de 75.000 kilómetros cuadrados de mar en ese año trajo consigo una reflexión.
Fue en este punto del discurso cuando Petro destacó que el expresidente Juan Manuel Santos tuvo una buena idea al formar el equipo raizal que integró la defensa de Colombia en la CIJ. “Santos convocó a sus profesionales e intelectuales, a las autoridades raizales con su diversidad de pensamiento y les preguntó que hacer ante la derrota, y empezaron a salir esos conceptos. Por lo menos consultaron la base de nueatra nación en estas islas“, subrayó.
Con esto en mente, Petro no dudó en afirmar que, cuando empezó la demanda en 2013 desde Nicaragua, Colombia ya tenía pruebas de una plataforma continental, momento en el que empezó a penetrar el concepto raizal. Para el presidente, ese cambio de estrategia “nos dio el triunfo”.
Unido a ello, el presidente de la comunidad raizal, Alberto Gordon-May, recalcó que “hemos insistido en la importancia de vínculos familiares y de hermandad entre pueblos raizales y del Caribe occidental. Vemos el mar como algo que nos une y que nos divide, entonces estas fronteras deben ser repensadas con el concepto de las comunidades raizales de esta parte del Caribe”.
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Bajo esta perspectiva, Petro insistió en la necesidad de actuar según la Convención 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para tomar medidas apropiadas a la hora de facilitar contactos de cooperación entre pueblos indígenas y tribales.
“Historicamente, la vida del pueblo raizal ha estado enmarcada por una política de Estado que ha llevado a varios gobiernos a mantenerlos invisibilizados. Urgen nuevas políticas que detengan este genocidio en curso y que reparen los daños ocasionados por ese trato”, subrayó.
Gordon-May también fue enfático al afirmar que haber reducido a la poblacion raizal a un departamento del país “es un error que debe corregirse” y agregó que deben ser una region autónoma libremente asociada. “Llevamos tiempo pidiendo autonomía del pueblo raizal sobre su territorio ancestral y la conformación del archipiélago como región autonoma”, concluyó.
Ante dicha petición, Petro cerró su discurso con el compromiso de crear una dependencia para este tema, ya sea desde el Ministerio del Interior o el Ministerio de la Igualdad. Asimismo, resaltó la necesidad de agilizar la entrega de tierras y bienes del archipiélago al pueblo raizal, argumentando que “las islas requieren abordarse con declaratoria ambiental”.