Aunque se han logrado avances en materia de sostenibilidad, hay temas que siguen en la agenda de las organizaciones y otros que, por el contexto, empiezan a ser más determinantes.

Parece pronto para hablar de la revolución 5.0, cuando las organizaciones apenas están sincronizándose con la avanzada tecnológica de los últimos años que ha acelerado cambios sociales y en el entorno, forzándolas a reaccionar con un ritmo veloz. Sin embargo, como lo han planteado expertos, en realidad esta discusión no es tan anticipada. Así se están modificando las agendas ASG.

En un artículo en el que explica en qué consiste la industria 5.0, Marcelo de Arregui, profesor de OBS Business School, asegura que este es un asunto puesto sobre la mesa desde el 2016. Básicamente, indica, se refiere a ese despertar de la consciencia de las organizaciones que, tras la escalada de las máquinas, han comprendido que deben coexistir con el humano -siendo este el eje central- y con el ambiente.

Así pues, al hablar de esta quinta ola de la evolución industrial estamos ante un fenómeno que pone a la persona en el corazón del negocio y por tanto también privilegia esos factores orientados a su bienestar, es decir, aspectos ambientales y sociales.

En paralelo, el mundo enfrenta serios desafíos, como la crisis climática, la pérdida de cohesión social y una resistencia al cambio en las organizaciones, que han sido el caldo de cultivo para que se geste esa revolución 5.0, en la que la sostenibilidad es transversal.

Las empresas están en este cuento, o eso intentan, porque han identificado la importancia que le ha dado el mercado, el talento humano y los clientes a los valores más sostenibles… un asunto de negocios.

Sandro Marzo, managing director & partner de BCG en Bogotá, le dice a Forbes Colombia que se ha evidenciado un cambio en el entendimiento de la actividad empresarial: la visión de los años 70 de Milton Friedman, quien aseguraba que la responsabilidad de una empresa es la de tener buenos resultados a financieros, dio lugar para que naciera el concepto de responsabilidad social corporativa en respuesta, poniendo de manifiesto que hay otros aspectos más allá de lo estrictamente financiero.

Pero entonces, continúa Marzo, se entendió como un costo adicional para cubrir esas acciones; y es ahí precisamente donde se diferencia la sostenibilidad, porque se quita esa carga negativa. “Lo que hace el concepto de sostenibilidad como ventaja competitiva es que quiebra esa dicotomía: no es que impulso acciones sostenibles solo porque están bien para el mundo y tengo una responsabilidad con la sociedad, sino que lo hago porque es buen negocio”, agrega.

Sandro Marzo, responsable del tema ASG para Servicios Financieros en America Latina e Iberia de BCG.

Para Rodrigo Suárez, líder ASG de Marsh para Latinoamérica y el Caribe, hoy existe una necesidad imperiosa de que este asunto se escale al cuerpo directivo de las organizaciones.

Forbes habló con reconocidas firmas consultoras para demarcar esas nuevas agendas en materia de sostenibilidad y los temas que son tendencia en cada uno de los componentes de ASG (Ambientales, Sociales y Gobernanza). Antes de profundizar en ese panorama, los expertos recuerdan que estos puntos pueden variar en su nivel de importancia según el sector.

GOBERNANZA

Los asuntos de gobierno corporativo o gobernanza son cruciales para las empresas, en la medida en que representan una “licencia de operar” para ellos; así lo explica Marzo, de BCG. Para él, en este componente lo prioritario para las organizaciones es revisar cuáles son esos temas mínimos que sí o sí son intrínsecos y sin los cuales perderían esa licencia para operar, como lo son la protección de datos para los bancos.

En ese sentido, la transparencia en la toma de decisiones sigue siendo de los temas fundamentales para las organizaciones. Pero además, plantean los expertos, han surgido otras tendencias tales como la tributación justa, la gestión de riesgos, la divulgación de resultados y la ciberseguridad.

Como subraya, Juan Aristi Baquero, partner de McKinsey & Company, especializado en instituciones financieras, particularmente para este sector hay unos retos interesantes: “se está avanzando en el desarrollo de Códigos Éticos (anticorrupción, de conducta, etc.), en fomentar la diversidad y capacidades de los órganos de gobierno (mayor equilibrio de género, directores independientes), y en incrementar la cantidad y calidad de la información reportada externamente”.

Sobre los riesgos, desde Marsh afirman que las organizaciones están colocando el lente en ciberseguridad, bien se ha visto que las amenazas en el mundo digital han hecho estragos no solo en Colombia sino también internacionalmente. “Se ha vuelto un tema muy relevante y definitivamente cada vez hay más necesidades de entender el tema, lo que está pasando y sin duda es una de las principales consideraciones desde el punto de vista de gobierno”.

Otras coyunturas, como los conflictos que se registran en algunas regiones, imponen amenazas en relación con las armas de destrucción, corrupción, fraude y lavados de activos, que no son menores y deben estar contemplados en las agendas.

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SOCIAL

El manifiesto de la revolución 5.0 es que los humanos son el centro del negocio, y no carece de lógica esa afirmación: son las personas (empleados) quienes ponen en marcha la operación de las empresas, cuyo producto o servicio está dirigido a otras personas (clientes). De ahí que cualquier problemática en lo social impacta directamente en su actividad empresarial.

Respecto a este componente, hay temas propios al interior de las compañías, como lo es la Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), indica Fabio Andrés Acero García, senior manager de Bain & Company. Lo anterior con una mirada amplia, que pasa por género, edad, condiciones socioeconómicas, equidad racial, entre otros. Asimismo, señala Acero, lo relativo a los derechos humanos y laborales en toda la cadena de valor se ha posicionado entre los temas claves de la agenda.

Aterrizado al sector financiero, Mc- Kinsey & Company sostiene que la inclusión de la población en el sistema, la bancarización, la formalización de las pymes y la educación en finanzas ocupan su atención.

Para Suárez, de Marsh, lo social puede verse desde dos frentes, lo interno, ya establecidos por Acero, pero también lo externo, donde hay retos importantes. En su informe Global Risks Report 2023, el Foro Económico Mundial lista un par de riesgos que figuran entre los 10 más urgentes para el mundo; entre ellos resaltan: el deterioro de la cohesión social, la polarización, el costo de vida y las migraciones involuntarias.

“Hay situaciones donde vemos el fracaso del Estado en algunos países de nuestra región; como los eventos desafortunados y dolorosos en Ecuador recientemente, lo que está viviendo Perú y lo que estamos viendo en las noticias con las que amanecemos a veces día a día en Colombia. Eso nos está demostrando que hay una polarización de la población en diferentes sentidos y eso en las organizaciones, trae consigo, desafíos”, dice.

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AMBIENTAL

Está más que claro que sostenibilidad no es solo medio ambiente, pero sí es de los componentes que más acciones urgentes requiere; debido a que los mayores peligros para el mundo en la próxima década responden a este aspecto.

Las empresas se han propuesta estar acorde con las demandas del planeta y tratar que su huella sea más verde; no obstante, aunque las estrategias hasta ahora definidas no han sido en vano, los esfuerzos siguen siendo insuficientes. Delimitar el asunto al cambio climático es un enfoque reduccionista, cuando al hacer un acercamiento a la realidad este fenómeno está desarrollando unos desafíos igual de graves y que requieren una mirada individual.

Como indica Acero de Bain & Company, la descarbonización está a la cabeza de los compromisos de esta era para las organizaciones, y ha habido logros destacables en ese sentido en algunas geografías como Europa, pero en Latinoamérica apenas estamos viendo los primeros planes y resultados.

Las firmas consultoras concuerdan en que la reducción de las emisiones de gases con efecto invernadero, o las estrategias de Net Zero, siguen siendo una tarea pendiente de las organizaciones.

A estos puntos se suma la disponibilidad de recursos, ya que hay una mayor comprensión de la exigencia que tienen las empresas sobre el planeta y de que su riqueza es finita. Esa relación con la naturaleza ha hecho que temas como la economía circular sean más frecuentes en los discursos sobre sostenibilidad, como una tendencia orientada al mejor aprovechamiento de los recursos, a reutilizar y generar otras oportunidades de negocio.

Sobre el tema de recursos, en Latinoamérica se ha priorizado la crisis hídrica y las posibles soluciones para hacer un correcto uso y preservación de las fuentes de agua, un líquido vital no solo para el ecosistema natural, sino también para la operatividad de las empresas en la región. Otros asuntos clave son la protección ambiental, la deforestación y la contaminación.

Lo anterior se irá viendo reflejado además en materia regulatoria, puesto que se han emprendido intentos de establecer normas más estrictas para sancionar los incidentes graves al medio ambiente. Discusión que ya se está dando en Colombia, por ejemplo.

Y por último, los recientes registros de altas temperaturas alrededor del mundo han prendido las alarmas ante las consecuencias del cambio climático; basta con ver que la NASA calificó el mes de julio de este año como el más caluroso en la historia; en China se rompieron récords en temperatura y se han presentado incendios forestales y afectaciones a la salud por las olas de calor. En un plazo más bien cercano podrá impactar a su vez a las organizaciones.

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PASO A PASO

Ni claro ni oscuro, el panorama frente a ASG es más bien gris, puesto que con la misma rapidez que se mueve el mundo, aparecen retos distintos para la sostenibilidad. Pero es de exaltar que este ánimo de ser más sostenibles va tocando más fibras, y poco a poco los diversos actores han ido involucrándose, aportando desde sus roles al cumplimiento de los ODS.

Esto se nota, por ejemplo, en la mitigación lenta -pero segura- de malas prácticas como el greenwashing, que contradecía todo propósito de ser sostenible. Rodrigo Suárez, líder ASG de Marsh para Latinoamérica y el Caribe, afirma que las empresas se están tomando el tema con más seriedad, sobre todo porque ya no implica solo un riesgo reputacional, sino que también ha empezado a ser un riesgo legal, por el fortalecimiento en términos regulatorios.

La ciudadanía también va teniendo un papel más activo en esa vigilancia y desde sus propios cambios de hábito, que son al final dinamizadores del mercado.

Claramente hay desafíos en la transición, sostienen las firmas consultoras, en la medida en que las organizaciones deben modificar sus modelos de negocio, alinearse a unos marcos normativos todavía en desarrollo, elaborar reportes de su gestión y tratar de medirle el pulso a sus estrategias. Precisamente, indica Juan Aristi Baquero, partner de McKinsey & Company, los datos y métricas ganan una importancia significativa en este proceso.

“Sí hay unas diferencias sustanciales en materias de sostenibilidad, en relación con el punto en el que están las empresas por ejemplo en Europa versus lo que vemos en Latinoamérica; en nuestra región creo que los retos principales se van a enfocar en los aspectos ambientales y sociales”, precisa Fabio Andrés Acero García, senior manager de Bain & Company, frente a los desafíos pendientes para las organizaciones.

Sandro Marzo, managing director y partner de BCG, quien además es responsable de ASG para Servicios Financieros en America Latina e Iberia, celebra los avances que ha tenido particularmente el país en estos años. “Lo que está pasando en Colombia es una cosa buena, en el sentido de que ASG es un tema importante aquí, pero que no es y ojalá nunca vaya a ser politizado, vemos otros mercados donde eso está pasando y es contraproducente. Siempre está bien mantener la discusión a nivel técnico”.

Y, agrega, estos resultados son muestra de que en la sociedad colombiana hay un consenso alrededor de la relevancia de la sostenibilidad para la competitividad de Colombia hacia el futuro, acompañado de una conciencia empresarial, que ha apalancado el tema como una gran oportunidad de crecimiento. “Eso es muy positivo”.

#NuestraRevista Este es un artículo publicado en nuestra edición de la revista Forbes Colombia de septiembre.  Si desea recibir esta información de primera mano en nuestra revista física, ingrese aquí para suscribirse.