Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica parecen haber expresado interés en sumar a Colombia a su banco de desarrollo. Pese a que la idea apenas fue esbozada, ya generó preocupación en el Congreso y el sector privado, pues no hay claridad sobre las condiciones de ingreso, y mucho menos de la posibilidad de que dicha alianza resquebraje las relaciones con otras potencias ¿Estamos ante una amenaza o una oportunidad?

El pasado 31 de julio, al finalizar la última reunión de la junta directiva del Banco de la República , hubo un dato que sorprendió a propios y extraños: Colombia había sido invitado a formar parte de las naciones Brics, conformadas por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, como una “alternativa emergente” a las cinco economías más prometedoras del mundo en el inicio del nuevo milenio.

La noticia, divulgada por el propio ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, generó muchas especulaciones porque esta coalición oficializó, casi un mes después, la invitación a seis países (Argentina, Egipto, Irán, Etiopía, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos) para que formaran parte de la colectividad ¿Colombia sería el próximo? 

Días después, al ser consultado por Forbes sobre este tema, Bonilla aseguró que hay dos aspectos a tener en cuenta: una cosa es el grupo de países Brics, y otra muy distinta es que esas naciones construyeron el Banco de Desarrollo del Brics en 2014, ahora conocido como el Nuevo Banco de Desarrollo del Brics (NBD Brics). “A nosotros no nos han invitado al grupo de países Brics, ni nos van a invitar. Lo que están haciendo es invitar a más países a formar parte del banco Brics”, detalló. 

La idea surgió de una conversación que Bonilla tuvo con la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que hoy funge como presidente del NBD Brics. En dicha charla, la directiva le reveló al Ministro que estaban invitando dos países de América, dos de África, dos de Asia y dos de Europa Oriental para empezar a incorporar más naciones al banco. De hecho, parece que hay una extensa lista para largo plazo en esta institución que apenas está por cumplir su primera década.

Si bien la idea es llamativa de entrada, el ministro recalcó que aún debe ser debatida y aprobada por el Congreso de la República. Con esto en mente, Forbes consultó diversas fuentes en la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes, por donde deben iniciarse esas discusiones. Esta comisión se encarga de temas como política internacional, comercio exterior e integración económica. El consenso en este caso es tajante: aún no están claros los términos y condiciones de dicha alianza, lo que impide analizar el caso a profundidad.

En esto coincidió la directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia), María Claudia Lacouture, quien resaltó que primero se deben determinar las implicaciones de ese acuerdo que se quiere hacer desde el punto de vista del NBD Brics, así como cuáles serán las condiciones de ingreso, el contexto de las mismas, qué acciones se van a determinar, cuáles van a ser los compromisos y qué van a incluir. “Dependiendo de eso, tendríamos que mirar si esa alianza o esa participación tiene alguna repercusión en el relacionamiento con Estados Unidos”, agregó.

La influencia de China 

Más allá del tema del NBD Brics, hay algo que no se puede ignorar: China ya está en Colombia. Hoy en día, estamos viendo un incremento en la participación de la inversión de China en Colombia, que creció 218% entre 2021 y 2022 según las cifras más recientes del Banco de la República, alcanzando US$265 millones. Para entonces, el total de empresas chinas en el país pasaba de 100.

Estas cifras dejan a China como el segundo socio comercial de Colombia, hito que se ha logrado gracias a que, en los últimos 20 años, la relación se ha multiplicado en más de 35 veces, con exportaciones que alcanzan hasta US$27.000 millones en esta última década. Si bien aún no ha superado a Estados Unidos en el comercio total, sí lo ha hecho como mercado de mayor crecimiento para Colombia, según un informe de la consultora de riesgos políticos Colombia Risk Analysis.

De hecho, el director de la compañía, Sergio Guzmán, consideró que el Gobierno colombiano aún no está preparado para una profundización de su relación con China desde el punto de vista económico, geopolítico, estratégico y de supervisión. Pese a que las cifras muestran un panorama prometedor, aún faltan, entre los funcionarios públicos colombianos, la comunidad empresarial y el público en general, conocimiento profundo y comprensión sobre China y su forma de hacer negocios.

“Falta comprensión sobre la forma en que China opera en un panorama geopolítico dinámico y en rápida evolución, y sobre cómo esto determina sus actividades internacionales en materia de comercio exterior”, añadió el experto. 

Otro punto negativo es que Colombia aún no es firmante de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI por sus siglas en inglés), financiada por el Gobierno chino para invertir en proyectos de infraestructura alrededor del mundo. Parte de esa financiación ha venido de préstamos por parte de bancos chinos. 

Aquí es clave entender que la construcción en general y la infraestructura son una parte muy grande de lo que China está haciendo a nivel mundial, y esto se debe a que “ya no tienen contratos a nivel nacional, lo que obliga a buscar socios en el extranjero”, según explicó a Forbes la directora del Programa Asia y América Latina de Diálogo Interamericano, Margaret Myers.

“Una parte muy grande de lo que China va a hacer en el futuro es centrarse en esos sectores, que considera absolutamente críticos para sus propios objetivos de crecimiento. En China, discurso tras discurso, el gobierno ha reiterado este punto: la tecnología, la innovación, la transición verde y las energías renovables son una parte muy importante de ello”, dijo la ejecutiva.

Bajo esta perspectiva, resulta que el sur global “es un mercado maravilloso” para que China se comprometa más ampliamente en este sentido, de acuerdo con Myers. Lo más probable es que, en la medida en que China se compromete más con Colombia en cualquiera de estas cuestiones, sus relaciones se estrecharán.

Adicionalmente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) proyecta que las inversiones y los préstamos de la banca china a nivel global superarán US$1 billón entre el 2017 y el 2027. Esto impulsaría la huella económica mundial de China y aumentaría su influencia geopolítica y estratégica en los países en los que invierte. “Varios países de América Latina se han adherido al BRI, y es probable que China intente persuadir a los países restantes, entre ellos Colombia, para que lo hagan como gesto simbólico para atraer más inversiones, ayuda y buena voluntad”, comentó Guzmán.

Impacto en relaciones internacionales

La propuesta de que Colombia haga parte del NBD Brics ha sido calificada de ‘inusitada’, pues el tema no estaba en la mira de los colombianos, a pesar de que el 67% cree que Colombia debería fortalecer sus lazos económicos con China, según una encuesta realizada entre Colombia Risk Analysis y Cifras y Conceptos. Para el exministro de Gobierno, Fernando Cepeda, eso se debe a que “no se sabe qué tan eficaces han sido los países Brics”.

“Fue un grupo que hace unos cinco años o más se hablaba mucho de él (…) No ha habido realmente una conversación tan intensa como la de hace varios años (…) Esto debería mirarse dentro de un esquema de fortalecimiento de las relaciones internacionales de Colombia, y yo me atrevo a decir que siguen siendo muy pobres con África, con Asia, e incluso las que tenemos dentro de América Latina son muy pobres, incluyendo a Brasil”, añadió Cepeda en diálogo con Forbes.

En materia de relaciones internacionales, el exministro Cepeda tiene conocimiento de causa, pues también se desempeñó como embajador de Colombia ante Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Canadá, además de instituciones como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de Naciones Unidas (ONU). Ese bagaje le ha ayudado a dar un argumento clave en este asunto: la eventual entrada de Colombia en el NBD Brics debería enmarcarse en una mirada global de nuestras relaciones internacionales y dirigida a fortalecerlas. 

Esa dificultad a la hora de fortalecer nuestras relaciones internacionales se hizo evidente en la cumbre entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Fue allí donde el presidente Gustavo Petro dejó pasar una nueva oportunidad de condenar enérgicamente la guerra entre Rusia y Ucrania.

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“Indudablemente existe una invasión imperial o imperialista sobre Ucrania, pero ¿cómo se llama a la que hubo en Irak, o en Libia, o en Siria? ¿Por qué esta tiene esta reacción y las anteriores de este siglo no? (…) En realidad yo no sabría decirles si es preferible apoyar a Estados Unidos o a Rusia, me parece que es lo mismo”, afirmó el mandatario en un discurso pronunciado ante el Parlamento Europeo a mediados de julio.

Ante esa gran dificultad en fortalecer nuestras relaciones internacionales, Cepeda recalcó que el país debe tener unos postulados y unos principios muy importantes para llegar a ser un actor relevante en el panorama global. Desafortunadamente, recalcó que “no los hemos construido o los vemos con mucha debilidad”.

Esa falta de claridad también ha generado la sensación de que los miembros del NBD Brics, en particular China y Rusia, ven este panorama como una oportunidad para que el sur global reflexione más ampliamente sobre su papel y cómo aumentar su presencia y su importancia, no solo dentro de la economía global, sino en términos de establecimiento de normas que apoyen sus intereses.

“Tiene sentido que muchos países se alineen con instituciones que se ocupan precisamente de estas plataformas para debatir seriamente estas cuestiones. Lo que no está claro es qué ocurrirá exactamente con el debate sobre la adhesión. No todos los cinco miembros originales de los Brics tienen la misma opinión sobre quién debe ser incluido y quién no, qué tamaño debe tener la institución y qué ocurrirá si se incluye a tantos países”, subrayó Myers.

A su vez, la experta comentó que los países que ya se han unido al NBD Brics tienen intereses, antecedentes económicos y locales muy diferentes a los de los miembros originales. Por ello, su sensación es que “habría una expectativa de que hubiera una contribución y participación activa en el banco Brics, relacionada con las actividades de desarrollo del banco”. Esa es una cuestión que no está del todo clara. 

¿Problemas con Estados Unidos?

Parte del ejercicio de generar un ambiente competitivo en Colombia que permita la inversión de múltiples países requiere reglas claras que generen confianza, transparencia y las mejores opciones para poder competir. Con las dudas previamente planteadas, los expertos consultados por Forbes dudan de que esto pueda garantizarse en una eventual entrada al NBD Brics. 

Colombia no ha considerado el Pacífico como una región de gran interés comercial o diplomático. Esto puede explicarse por el hecho que los gobiernos anteriores han visto a Estados Unidos como su principal socio comercial y político. Dicho esto, Guzmán resaltó que, ante una relación comercial y diplomática cada vez más importante con China, es probable que la estrecha relación de Colombia con EE.UU. y Europa, los principales rivales geopolíticos de China, se complique.

Esto puede ser grave al recordar que hoy tenemos más de 650 empresas estadounidenses instaladas en Colombia que generan más de 1,5% del PIB nacional y que están trabajando en bienestar, generación de empleo y acciones que permitan crecer el aparato productivo, según comentó Lacouture.

La directiva señaló que el trabajo que se desarrolla desde el punto de vista bilateral es una alianza con una agenda estable por varios años que ha contribuido no solo al mejoramiento de la relación entre Colombia y Estados Unidos, sino también de la región. 

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Incluso, Lacouture recalcó que Estados Unidos no solo es el principal socio comercial e inversionista del país, sino que adicionalmente tiene un compromiso conjunto con Colombia en la defensa de la democracia. “Esto va más allá de los temas comerciales, e incluye principios que se vienen desarrollando conjuntamente. Es una relación de 200 años que se ha construido no solamente del punto de vista económico, sino desde todos los puntos de vista, y el resultado obviamente se está viendo”, sostuvo. 

El presidente del Consejo de Empresas Americanas (CEA), Ricardo Triana, recalcó que, si bien China es un jugador global que está en todos los países, la única nación en esta región donde no es tan importante es Colombia. “Estados Unidos tiene dos ventajas grandes con respecto a China: la cercanía con Colombia y la capacidad de compra. Es el país que más compra en el mundo, y es que vender a China es difícil; es un mercado complicado con unos retos inmensos donde el mismo idioma es una barrera grande, en fin. Sin embargo, Colombia también tiene que diversificar sus mercados, y es algo totalmente válido”, destacó.

Si se quiere analizar el interés de ambas potencias, el directivo citó al tema del nearshoring como aporte a las potencialidades de Colombia y su posición geográfica: estamos en la punta de Sudamérica, tenemos dos océanos y puertos con acceso a ambos. No obstante, resaltó que esto también hay que acompañarlo con mensajes de seguridad jurídica y normatividad que nos haga competitivos. “Esto no solo es una cosa nuestra, sino que todos los países están detrás de eso. Debemos tener un gobierno que acompañe eso”, concluyó.

La entrada de Colombia al banco Brics es apenas una idea. Para que algo así pueda materializarse, el país debe definir claramente los parámetros de sus relaciones internacionales, así como lograr un diálogo más estrecho con las grandes potencias para alinear sus prioridades con las de aquellos que ven en la nación un aliado con el que vale la pena contar.

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