Esta vez el grito mediático más efectivo de los activistas fue hacia desarrollar una sociedad que no dependa de los combustibles fósiles.

La semana del clima en NY, del 17 al 24 de Septiembre, conglomera el salpicón del mundo climático. Miles de empresas comunicando sus esfuerzos de sostenibilidad, fondos anunciando inversiones millonarias en proyectos y empresas verdes, ultraricos y famosos viajando en sus jets privados a discutir sobre cómo están salvando el mundo y decenas de miles de activistas que creen exigir de los gobiernos y de las corporaciones la posibilidad de un mundo mejor. Una generación jugándose el futuro de la humanidad y de la vida en el planeta.

Esta vez el grito mediático más efectivo de los activistas fue hacia desarrollar una sociedad que no dependa de los combustibles fósiles. Las evidencias son claras al respecto de la necesidad de hacer una transición, lo que todavía no está claro es cómo podríamos lograr una sociedad viable que no dependa de éstos combustibles. Además de ser la fuente de energía y de transporte del planeta, casi absolutamente todos los productos que consumimos dependen de éstos combustibles para su fabricación. Los activistas solemos entender la lucha contra los combustibles fósiles como una confrontación con empresas malvadas que buscan crecimiento económico a costas de la población, pero una economía post fósil también significa que debemos renunciar a todo aquello que nos da confort y bienestar que proviene de estos combustibles. Llantas, plástico, electrodomésticos, cámaras, cosméticos, la lista es interminable. Siguiendo esa línea argumentativa considero que hay una conclusión inequívoca: debemos transformar nuestros modelos de sociedades para que no dependan de tanto consumo. ¿Quién empleará a las millones de personas que actualmente trabajan fabricando la ropa del planeta a precios irrisorios en Bangladesh cuando ésto no sea necesitado?

Me deja un tufo neocolonial el aullido de los activistas del norte global que buscan un mundo libre de combustibles fósiles, sin antes proponer mecanismos explícitos para resarcir a los países del sur por la historia del colonialismo y por ser los principales causantes de la crisis ecológica. También me siento intranquilo con soluciones demasiado complejas en donde no se pueda hacer nada hasta que todo esté solucionado.

Una economía post fósil necesariamente significa que debemos encaminarnos cada vez más hacia la suficiencia y no hacia el consumismo. ¿Saben eso los activistas climáticos que vociferan con pasión el fin de la economía fósil? ¿Tiene sentido pedirles a éstos activistas un conocimiento profundo de las condiciones técnicas y prácticas de esa transición?

El camino hacia la suficiencia, a pesar de ser complejo e indeterminado, apunta hacia una dirección y ésta, necesariamente, problematiza con los axiomas de nuestras sociedades crecimientistas y capitalistas.

Por: Daniel Gutiérrez Patino*

*El autor es fundador de Saving The Amazon

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