Ya entró en vigor la reducción de la jornada laboral en Colombia; un proceso que se dará gradualmente y que para este año disminuye de 48 a 47 las horas de trabajo semanales. ¿Qué pasara con esa hora? ¿Cómo la ocuparán los empleados?

A mediados de julio entró en vigor la Ley 2101 de 2021, que estipula la reducción de la jornada laboral en Colombia. Este proceso, según los términos contemplados en la norma, pretende que el número de horas de trabajo a la semana se vaya disminuyendo gradualmente hasta que el país se adapte a las condiciones internacionales. En principio, el cambio será de una hora.

Las compañías ya están organizando sus horarios para cumplir con el nuevo estándar y en múltiples ocasiones el empresariado ha manifestado su preocupación por las posibles consecuencias que la medida tenga en el largo plazo. El debate sigue abierto: sobre la balanza están los beneficios que obtendrían los empleados versus los costos laborales que implicará la reducción. ¿Cuál será el punto de equilibrio?

A nivel internacional se han encontrado casos de éxito, en países en los que bajar la carga horaria en la semana ha tenido un impacto positivo en la calidad de vida de los trabajadores, como sucedió en Islandia.

Son procesos que hay que revisar con lupa para aprender de sus lecciones, puesto que hacer este ajuste sin considerar el contexto local o las condiciones económicas propias del país puede acarrear efectos no deseados para empresas y trabajadores. Por ejemplo, esta clase de medidas implicó aumentos en los indicadores de desempleo en España, Francia y Japón.

EL CAMBIO

Para Karen Piñeros, cofundadora de la agencia Black, por lo pronto el ajuste ha sido imperceptible en algunos sectores, donde por la naturaleza de su actividad económica la jornada semanal ya es menor a las 48 horas. Sin embargo, con el paso de los días, el cambio empezará a notarse en las empresas de sectores más dinámicos, en específico aquellas industriales o de consumo masivo.

El nerviosismo que han mostrado las empresas hasta ahora deja entrever lo que pasará más adelante cuando sea obligatoria la semana de 42 horas y sea más perceptible la reducción. La ejecutiva reconoce que este es un cambio que Colombia no está preparada para asumir.

Getty Images.

Los expertos consultados por Forbes concuerdan en que este es el periodo preciso para adecuar todas las áreas de la organización a los requerimientos de la ley, así como capacitar al personal para que conserven sus niveles de productividad pese al corte en la jornada.

Para Piñeros es fundamental que se encamine este proceso a partir de una mirada de responsabilidad compartida, en la que el empleador debe brindar las herramientas y recursos de toda índole que le permitan al trabajador hacer lo mismo –o inclusive más– en un menor tiempo, sin que eso impacte la productividad. Pero además el empleado debe responder a dichos estímulos adoptando las estrategias correspondientes para mantener su ritmo de trabajo y a su vez ser responsable de tomar y aprovechar adecuadamente el tiempo libre.

María Alejandra Osorio, directora ejecutiva de Acopi Bogotá, señala que no será una misión sencilla para las empresas cuya operación y máquinas no se detienen. “Va a llegar un punto en donde se tiene que hacer adaptación, por ejemplo, de horas extras y horas nocturnas para poder cubrir esos huecos que van quedando en la producción”, dice.

Lo anterior en contraste con otros sectores como servicios. En este punto lo que se ha observado es que es difícil estandarizar un horario dentro de las condiciones de la ley que le funcione como regla única a todas las empresas.

Vea también: Colombia trabajará una hora menos este año: ¿cómo será la reducción de jornada laboral?

Desde la Federación Colombiana de Gestión Humana (Acrip) afirman que se trata también de una cuestión de desconocimiento de la norma y cómo aplicarla. En su más reciente estudio, acota Mónica García, directora ejecutiva del gremio, se encontró que 15,5% de las empresas encuestadas sabe ciertos aspectos de la ley y un 6,8% dijo no tener idea de su implementación. “Este porcentaje de desinformación puede incidir en que aun existan empresas que no hayan implementado esta Ley que, cabe recordar, es de obligatorio cumplimiento”, añade.

No obstante, coinciden los consultados, es muy pronto para hablar de las implicaciones que ha tenido la medida sobre la productividad de las empresas. “Quizás el impacto inicial sea muy bajo porque la reducción particularmente de este año es de una hora, pero cuando ya hablemos de la reducción total (que va a ser de 4 horas) pues va a verse reflejada en términos de la productividad laboral y posteriormente de la competitividad que tenemos como país en el mundo”, agrega Osorio.

Lo que no se puede pasar por alto es que Colombia es un país con altos registros de informilidad, como pone de manifiesto Acopi, lo que hace que la norma no sea extensiva a toda la población activa y eso exige pensar en alternativas o proyectos que abarquen a este grupo.

¿LIBRES?

Con el arranque de la norma, el discurso se ha centrado en lo estrictamente financiero y operativo, mientras que poco se ha ahondado en cómo la ley impacta la cotidianidad de las personas, los beneficios que tendrá en el largo plazo o, finalmente, qué pasará con esa hora libre y cómo la usarán los empleados.

“Esta medida estuvo contemplada para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y permitirles disponer de más tiempo con las familias, por lo que se espera que este espacio sea aprovechado de esa forma”, comentan desde la Unidad de PayRoll en Adecco Colombia.

Conforme con ese propósito, los expertos consideran que la forma en que se emplee este tiempo debe ser acorde a ese objetivo inicial, así pues se espera que sean espacios destinados al crecimiento personal y profesional o al ocio.

Getty Images.

“A nivel de salud mental es muy importante tener más tiempo para la vida personal, ya que puede incidir en reducción del estrés o la ansiedad. Aunque por ahora es difícil establecer un impacto significativo”, afirma García de Acrip.

En ese orden de ideas, lo que no debería pasar es que los trabajadores tomen este tiempo que será parte de su descanso para atender a pendientes de la oficina, sino en actividades que propicien su bienestar tanto físico como mental, debido a que en últimas es este factor del ‘estar bien’ lo que puede ser una ventaja para las organizaciones, en la medida en que tengan equipos más felices y con disposición para impulsar los proyectos. Es un gana gana.

En este primer momento, cuando la reducción solo es de una hora, no parece haber mayor impacto; pero no hay que olvidar que la ley establece una disminución total de seis horas a la semana, lo que equivale a 24 horas –igual a un día– libres al mes. Por ende, anticipándose en la conversación, será importante que los trabajadores se cuestionen cómo ocuparán este tiempo.

Karen Piñeros, de Black, asegura que lo que se ha visto en estudios es que las personas tienden a destinar estas horas libres al consumo, ya sea en interiores o en la calle; igualmente, se espera que se use para fortalecer la parte educativa y cultural.

Ahora bien, es parte de la pedagogía que tienen que hacer las empresas sobre la norma capacitarlos en cómo mantener los resultados en términos de productividad, para que así pueda tomarse esas horas libres con tranquilidad y disfrutarlas, transformándola en una decisión estratégica.

Lea también: Estudio revela que trabajar menos horas favorece la productividad y bienestar en las organizaciones

“Más allá de lo legal se trata de, como compañías, empezar a pensar desde la parte cultural cómo esto es una oportunidad para planteárselo también a los empleados no solo como un tema de ‘estoy cumpliendo con la norma porque me exigen’, sino desde un punto de cómo a mí como empleador me interesa que usted se sienta bien y cómodo; que tenga el tiempo suficiente para compartir con su familia, dedicarse a hacer ejercicio y aprovecharlo en su crecimiento personal o profesional, y eso va conectado con una cultura corporativa, es ahí donde también las empresas ven el beneficio”, señalan desde Black. Lo anterior implica que los empleados con mayor bienestar son iguales a más productivos. De que la ecuación sea correcta, depende convencer a los incrédulos de que puede hacerse y bien.

De acuerdo con Ricardo Triana, director ejecutivo del Consejo de Empresas Americanas (CEA), “la productividad se puede mejorar de varias maneras: haciendo más eficiente a las personas con tecnología, porque, de hecho, la cantidad de horas podría ser igual a la de otros países, pero ellos son más eficientes en sus labores”.

#NuestraRevista Este es un artículo publicado en nuestra edición de la revista Forbes Colombia de septiembre.  Si desea recibir esta información de primera mano en nuestra revista física, ingrese a https://forbesdigital.publica.la/library para suscribirse.

Siga a Forbes Colombia desde Google News.