Los cofundadores de Kaffe Bueno contaron a Forbes en qué consiste este proyecto que busca “desbloquear el potencial latente del café” y que ha accedido a 4 millones de euros de inversionistas y de subvenciones de la Unión Europea.
– ¿Qué hacen ustedes acá? – les preguntaban no hace mucho a los colombianos Alejandro Franco, Juan Pablo Medina y Camilo Fernández. Los tres estudiaron en Londres y llegaron a Copenhague tras fundar Kaffe Bueno, una compañía que convierte subproductos del café en recursos viables y sostenibles, con el objetivo de reducir las emisiones de CO2 de la preparación de las tazas de café.
“Nos dimos cuenta de que Dinamarca es uno de los países en los que más se consume café en el mundo. Al comienzo nos tocó enfrentarnos a esa falta de confianza por no ser de aquí, construir esa confianza se demora”, dice el cofundador y director comercial de Kaffe Bueno Alejandro Franco, en una entrevista con Forbes. “Aquí hay mucha biotecnología, el país subvenciona iniciativas verdes y el reciclaje es fuerte”.
En la ciudad de Rødovre, a 8.823 kilómetros de Barranquilla, de donde son los tres, la semana pasada inauguraron una biorrefinería que ha despertado interés de clientes globales como Nivea, The Body Shop y Belcorp, por su capacidad de reciclar 500 toneladas de posos de café al año, que se usan para sustituir componentes petroquímicos y sintéticos.
“Los residuos del café los convertimos en ingredientes para cuidado personal, alimentos, nutrición animal y agricultura en un portafolio bastante amplio”, explica el cofundador y CEO de Kaffe Bueno Juan Pablo Medina. “En esta misma refinería podremos ampliar la capacidad de reciclar 1.500 toneladas de residuos de café y multiplicar nuestra facturación, que ahora está en medio millón de euros en ventas anuales”.
Esta intención de producir ingredientes que se derivan de los compuestos presentes en los subproductos del café con innovaciones tecnológicas la vienen trabajando desde 2016. Desde entonces, han podido acceder a 4 millones de euros de inversionistas privados, en los que se incluyen 2,5 millones de euros de una subvención del Consejo Europeo de Innovación.
Cada ingrediente que producen busca reemplazar uno o más ingredientes en un producto, lo que hace que los productos sean más limpios con reducciones medibles en las emisiones de los fabricantes.
“Queremos cambiar la definición de lo que es café. La gente piensa que solo es tinto, pero cuando haces una tasa de café solo extraes un pequeño porcentaje del café. Para nosotros es una de las tantas cosas que se puede hacer con esa planta. Con los ingredientes que desarrollamos podemos reemplazar un montón de petroquímicos que no son sostenibles”, recalca Franco. “En la refinería rompemos cada molécula que compone el café y las utilizamos como ingredientes. Por ejemplo, producimos un aceite de café y otros compuestos que son muy buenos para la piel y fibra para la industria alimentaria”.
Con un equipo de 16 personas, los ingredientes de Kaffe Bueno ya se están vendiendo en Dinamarca, Suecia, Noruega, Holanda, Bélgica, Francia, Inglaterra, Polonia, Estados Unidos, Francia, Suiza, Alemania, el sudeste asiático, Corea del Sur y próximamente llegarán a China, Japón y Australia.
“Queremos montar una biorrefinería más grande, quisiéramos tener una de entre 15.000 y 30.000 toneladas, que probablemente va a ser en Europa”, puntualizó Medina.
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