La pensión es un reto para la mayoría de los colombianos. Sigue estos consejos para mejorar tus hábitos y acumular más saldo en la vejez.
La pensión es un derecho que tienen los trabajadores para garantizar su bienestar económico cuando llegan a la vejez. Sin embargo, no todos los colombianos logran acceder a una pensión digna y suficiente. Según el DANE, en 2020, el 28,4% de la población adulta mayor se encontraba en situación de pobreza monetaria y solo el 25,5% de la población en edad de jubilación recibió pensión. En cuestión de promedios de pensión, las mujeres recibieron $1.565.922 y los hombres $1.891.004.
Por eso, en este artículo te daremos algunos consejos prácticos para que puedas pensionarte con una buena mesada y disfrutar de tu vejez con tranquilidad.
Conoce el sistema pensional colombiano
Lo primero, antes de cualquier decisión, es saber cómo funciona el sistema pensional, cuáles son los regímenes, qué requisitos debes cumplir y qué beneficios puedes obtener.
En principio, existen dos regímenes: el de prima media (gestionado por Colpensiones) y el de ahorro individual (gestionado por las Administradoras de Fondos de Pensiones y de Cesantía de Colombia).
Cada régimen tiene ventajas y desventajas, dependiendo del perfil laboral, tus ingresos, tus expectativas y tus preferencias.
Elige el régimen que más te convenga
Una vez tengas claro cómo funciona el sistema pensional, es el momento de elegir el régimen según tus necesidades y metas de ahorro.
El régimen de prima media te paga una pensión basada en lo que ganaste en promedio en los últimos 10 años, garantizado por el Estado. Este sistema tiene requisitos más exigentes para acceder a la pensión, no permite hacer aportes voluntarios ni pensiones anticipadas, y no genera rentabilidad individual para los afiliados.
En cambio, el régimen de ahorro individual te permite tener una cuenta personal donde se guardan tus aportes y lo que ganas en rendimientos. En este, el valor del saldo depende del capital acumulado y la expectativa de vida. Permite los aportes voluntarios y acceder a pensiones anticipadas, junto a garantías mínimas si cumples ciertos requisitos. Sin embargo, implica asumir el riesgo financiero y de longevidad, y puede generar una pensión menor si no se ahorra lo suficiente
Te recomendamos usar los simuladores de cada uno para que tengas una idea precisa, tomando en cuenta tus necesidades e intereses.
Ahorra desde joven, con disciplina y paciencia
Al comenzar a ahorrar desde joven podrás acumular un mayor capital y generar más rendimientos. Si es posible, puedes aprovechar los beneficios del ahorro voluntario, que consiste en realizar aportes adicionales a tu fondo de pensión obligatoria, con el fin de incrementar tu ahorro y tu mesada pensional. Este aporte está exento de renta y de retención en la fuente (cobro anticipado de un determinado impuesto para asegurar el recaudo).
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Diversifica tus inversiones según tu perfil de riesgo
Cuando eliges el régimen de ahorro individual, puedes elegir diferentes fondos según tu perfil de riesgo y la rentabilidad que prefieras: conservador, moderado o alto riesgo. Cada uno tendrá distintas composiciones. Sin embargo, lo más recomendable es que cuando más joven seas, más riesgo consideres, ya que tendrás más tiempo para recuperarte de las posibles pérdidas y aprovechar las oportunidades del mercado. De esta manera, cuando más te acerques a la edad de pensión, reduzcas el riesgo hasta uno conservador y asegurar tu buena mesada.
Planea un retiro anticipado
Si lograste un suficiente acumulado de saldo, puedes considerar pensionarte antes, siempre y cuando pueda brindarte una mesada equivalente al 110% del salario mínimo, para que puedas aprovechar más tiempo y con mayor calidad de vida los beneficios del ahorro.
Por otro lado, si no tienes el capital suficiente, puedes optar por diferir tu pensión, que consiste en dividir el capital ahorrado en dos montos, no necesariamente iguales: el primer monto servirá para el Retiro Programado, que consiste en que el fondo de pensiones te pague mensualmente, con recálculos anuales de tu pensión según variables personales y de tu núcleo familiar, en un tope acordado; mientras que el segundo monto garantiza una renta vitalicia, en la que el fondo de pensión transfiere tus recursos individuales a una aseguradora encargada de administrarlos, la cual te pagará una mesada estable que, cada año, subirá de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor. Esta última, a diferencia de la primera, es definitiva.
En ambos casos, puedes continuar trabajando si así lo prefieres, para seguir generando más ingresos.
Considera otras opciones de protección para la vejez
Si no cumples con los requisitos para recibir una pensión, o la mesada es muy baja, compleméntala con alternativas que complementen el ingreso. Una opción es el programa de Beneficios Económicos Periódicos (BEPS), para ahorrar lo que puedas cuando puedas, para acceder a un pago bimensual, mientras el Gobierno te entrega un 20% por tu esfuerzo, que también puede complementarse con familiares y amigos que quieran ayudarte a incrementar el ahorro.
También puedes contratar un seguro de rentas vitalicias o un retiro programado con alguna aseguradora o fondo privado, que garantice un pago mensual de por vida o por un plazo determinado.
Cuida tu salud física
Finalmente, la pensión no es solo un asunto financiero. El bienestar físico y emocional es el pilar fundamental para disfrutar del ahorro que te espera. Cuida tu salud con hábitos saludables para prolongar tu esperanza de vida, con actividades, pasatiempos, voluntariados, cursos o viajes, que te ayuden a mantenerte activo, feliz y tranquilo.
Recuerda que cada caso es particular y puedes requerir otras estrategias o asesorías, según tus intereses, condiciones y necesidades.
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