Hasta la fecha se han vendido más de 25 mil toneladas en bonos de carbono en los mercados internacionales. Estas ventas han representado ingresos adicionales y una oportunidad de negocio para pequeños productores.
La sostenibilidad es en sí misma un buen negocio: garantiza que las compañías se mantengan en el largo plazo, atraigan inversiones y generen un triple impacto en su entorno. Esto es así en los distintos sectores de la economía, entre ellos el agro, en donde las iniciativas sostenibles han representado beneficios económicos para quienes trabajan el campo.
Colombia fue el primer país de esta red construida por Acorn, que nuevamente este año otorgó un reconocimiento monetario a las buenas prácticas ambientales de miles de familias caficultoras que compensaron sus emisiones de carbono. Desde hace una década Solidaridad Network ha apoyado a los pequeños productores para tener fincas más resilientes ante el cambio climático, incorporando la captura de carbono como parte de sus iniciativas.
Este octubre se hizo la entrega oficial del 80% de las ventas de estos bonos de carbono en los mercados internacionales para las miles de familias involucradas en el proyecto, como un ingreso adicional directo para estas comunidades.
Como explicó en conversación con Forbes, Joel Brounen, Country Manager de Solidaridad Network en Colombia, ACORN es un proyecto impulsado por la entidad financiera holandesa Rabobank en alianza con Microsoft, y ha procurado brindar herramientas para el progreso de los pequeños productores, con un foco especial en la sostenibilidad, de ahí que sean el primer programa en reconocer un porcentaje mayoritario a los caficultores por sus ventas de bonos de carbono.
“El cambio climático es real para muchos productores en el país, muchos de ellos están viviendo el impacto de los fenómenos meteorológicos como el niño y la niña. Esta iniciativa surge de la pregunta de cómo asegurar la producción futura de estos productores de café y cacao. Pero además se trata de garantizar esa sostenibilidad y poder tener impacto real en emisiones de carbono“, señaló Brounen.
A través de esta red se facilita el acceso de los pequeños productores a esos mercados internacionales que parecen lejanos, ahorrándoles costos de transacción, pero facilitando un arranque para los productores en esta oportunidad de negocio. Mediante la tecnología habilitada por Microsoft, este sistema de captura de polígonos de cultivos permite leer los datos que genera el terreno y la cantidad de emisiones que se están capturando gracias a la siembra de árboles frutales. Dichas capturas se autentican en el sistema por Rabobank y con esa validación entran a venderse en el mercado de carbono.
“El 80% del valor de la venta en el mercado lo transferimos al productor, antes el mercado de carbono es muy confuso sobre el valor nominal y el porcentaje que reciben. Por eso consideramos que los productores tienen mayor derecho a mayor porcentaje del valor en el mercado, podemos transferirlos, y con la tecnología evitamos costos que se comerían otros sistemas”, agregó.
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Brounen resaltó que el éxito de la estrategia también se basa en que hay una confianza en el mercado, puesto que los bonos de carbono no se comercian sobre expectativas, sino que son previamente verificadas esas toneladas capturadas.
La red tiene la capacidad de ingresar a por lo menos 15 mil productores de café y cacao, y esperan que al término de este 2023 sean 20 mil productores los que se vinculen. La expectativa en el largo plazo es que sean 50 mil.
Hasta la fecha, precisó, se han vendido 25 mil toneladas representadas en bonos de carbono, en un rango de precio entre los 26 y 31 euros por tonelada. Lo que a cambio de hoy representa unos ingresos adicionales importantes para los caficultores.
Según afirmó Brounen, Colombia fue el pionero en este proyecto y ha dado línea para su implementación en otras regiones como Honduras, Perú, Kenia, Uganda, Nicaragua y su arranque en Brasil.