Detrás de los tecnicismos, metodologías y servicios que han surgido en el mundo de la sostenibilidad, se encuentra escondida una gran pregunta; ¿Realmente creemos que eso va a ser suficiente?
Los informes de las entidades multilaterales que divisan cada vez con más frecuencia la necesidad de un “cambio transformacional” no explican a qué se refieren, aunque para muchos es evidente que nuestro sistema económico e ideológico, soportado en el crecimiento de la civilización del crecimiento industrial es el verdadero problema. Quienes manifiestan la necesidad de romper con ese sistema hacia alternativas a las lógicas del lucro y la competencia son radicalizados y de esa manera silenciados. Narrativas disidentes no son aceptadas en los espacios del gran poder.
Y así, las mentes más brillantes y comprometidas, en el afán de transformar el mundo se involucran en los espacios del gran poder y van menguando sus posiciones. Pensamos que estamos dando nuestro granito de arena, muchas veces sin darnos cuenta que hemos sido cooptados por el sistema que tiene a la humanidad al borde del colapso ecológico. Detrás de los tecnicismos, metodologías y servicios que han surgido en el mundo de la sostenibilidad, se encuentra escondida una gran pregunta; ¿Realmente creemos que eso va a ser suficiente? Estamos evitando las conversaciones incómodas que más desesperadamente necesitamos.
¿Cuáles son esas conversaciones?
- Que obligatoriamente tener una humanidad en la que la gran mayoría de la población tenga lo suficiente para tener una buena vida necesita que las élites prescindan de sus privilegios.
- Que un sistema que necesita el crecimiento económico (sin discriminar qué tipo de crecimiento) para no estar en crisis es insostenible a largo plazo.
- Que las élites no van a prescindir de sus privilegios si no hay un movimiento social que lo logre y que actualmente son esas élites las que tienen el control de los sistemas de la gobernanza mundial.
- Que las actividades productivas que son perjudiciales para nuestro medio ambiente deberían ser desescaladas con un plan explícito y con objetivos concretos.
El capitalismo como superestructura ha permeado en nuestras ambiciones e identidades. La individualización de nuestros deseos y metas hacia la vida nos han hecho apáticos a la posibilidad de involucrarnos vívidamente en la transformación social. Pero hoy millones de personas estamos despertando a esa realidad. Invito a quien lea estas palabras a que esté en la absoluta seguridad de que no está solo y a comprender desde su esencia que el propósito más grande de la vida, mucho más que el éxito económico o el cumplir con sus metas individuales, puede ser el sentirse parte de la transformación hacia una nueva humanidad, donde sean el amor, el altruismo y la empatía los verdaderos cimientos de nuestro sistema económico, productivo y cultural.
Si lo escrito en esta columna resuena contigo, te invito a rodearte de personas con las que te sientas libre de manifestar tus inquietudes y a intentar que el impacto en todas las esferas de tu vida (laboral, social, etc.) sea el de regenerar nuestro planeta y los lazos de amor que son necesitados para eso.
Por: Daniel Gutiérrez Patino*
*El autor es fundador de Saving The Amazon
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