Los procesos para asegurar una vida plena para la humanidad dentro de los límites planetarios están completamente desconectados con los hallazgos de la ciencia.

En 2009 el Stockholm Resilience Center, liderado por el científico Johan Rockstrom, publicó un marco conceptual que prendió las alarmas sobre los límites que hemos cruzado como humanidad en materias ambientales, los que todavía faltan por cruzar, y los riesgos a los que se enfrenta la raza humana, éstos se llamaron los “límites planetarios”. Rockstrom se refirió a nueve límites. Estos límites, que están siendo alterados por los sistemas humanos, necesitan mantenerse en la integridad y estabilidad recomendada para mantener los flujos de nuestra tierra en un estado vivible para la civilización humana.

Fue un marco conceptual revolucionario porque nos permitió poner límites cuantitativos y validados por la ciencia a qué tanto podemos darnos el lujo de alterar nuestra tierra y por lo tanto, se podría pensar, una ruta de acción para que volvamos a mantenernos en esos límites. Al publicar la actualización de 2023 a estos límites, Rockström aseguró que los procesos para asegurar una vida plena para la humanidad dentro de los límites planetarios estaban completamente desconectados con los hallazgos de la ciencia. Pero, ¿Qué significaría alinear nuestros sistemas humanos a los límites del planeta?

Los límites planetarios plantean un importante debate a nuestros sistemas de ordenamientos. En primera instancia, nuestro modelo de desarrollo, y de paso gran parte de los éxitos que nos han permitido un bienestar sin precedentes, se han basado en la degradación de nuestro planeta, por lo que mantenernos dentro de estos límites significaría renunciar a mucho de lo que es nuestro actual modelo de desarrollo. También, estos límites han sido sobrepasados sobre todo por los países industrializados, sería necesario que sean estos países los que transformen más profundamente sus estilos de vida.

El reto que más atrae mi interés se refiere a la validez democrática que tienen estos límites. Los límites planetarios han sido formulados por científicos en centros de investigación y bajo la gobernanza actual, las decisiones de ordenamiento de nuestras sociedades occidentales no están basadas en los planteamientos científicos, sino en el interés de los ciudadanos. Hoy vemos que el interés en la sostenibilidad ha decaído en muchas sociedades. No deja de ser problemático también que unos científicos de Europa estructuren la política pública de una humanidad que vive unas realidades completamente distintas en los territorios.

Haciendo una analogía, la carta de los derechos humanos, validada por la ONU, también dicta unos mecanismos de ordenamiento, de libertades y límites que las sociedades han seguido de manera hegemónica, es tiempo de plantear entonces si estos límites deberían dejar de ser decisiones democráticas o si podemos encontrar mecanismos que respeten estos límites y permitan que las diversidades que conforman la especie humana se alineen, de la manera más democrática posible, a éstos.

Por: Daniel Gutiérrez Patino*

*El autor es fundador de Saving The Amazon

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