Citi ha hecho un compromiso de movilizar US$1 billón en finanzas sostenibles para 2030.

Citigroup es un gigante financiero, pero tiene una unidad de negocio en la que sus métricas son particulares, porque el retorno no se mide solo en dólares, sino también en impacto: Citi Social Finance.

Hace poco, Citi Social Finance estructuró un préstamo de US$6 millones para la fintech Sempli para proporcionar capital de trabajo a micro, pequeñas y medianas empresas en Colombia, mercado en el que el año anterior había otorgado un crédito de US$100 millones a Bancolombia, atado a indicadores de sostenibilidad En Perú, otorgaron un préstamo de US$20 millones a Innova Schools para apoyar la construcción y mejora de nuevas escuelas en áreas desatendidas.

Borja García, jefe de Estructuración y Líder para Latinoamérica en Citi Social Finance, afirma que se trata de un compromiso con abordar las necesidades sociales urgentes de la región.

“Social Finance en Citi, nos definimos como la S dentro de ESG”, explicó García en una entrevista con Forbes. “No es algo nuevo para nosotros. Comenzó tiempo atrás como un equipo de Citi Micro Finance para actividades de microfinanzas. En 2021, la tesorería del Banco emitió el bono de Citi Social Finance de US$1.000 millones que apoya el impacto social en los mercados emergentes de todo el mundo”.

Estas iniciativas hacen parte de un compromiso Citi de movilizar US$1 billón en finanzas sostenibles para 2030. En América Latina, Citi Social Finance estructuró el año pasado 23 transacciones movilizando más de US$2.000 millones en diferentes soluciones.

“Entendemos estas áreas como acceso a servicios básicos”, señaló García. “En América Latina, las personas de los estratos más bajos no tienen acceso a la educación, la salud y el agua”.

El trabajo de Citi Social Finance tiene un efecto dominó, generando impactos para las personas, las comunidades y la economía en general.

“El primer beneficio es que llevamos a cabo muchas de estas transacciones con inversores de impacto, muchos de los bancas de capital privado”, explicó García. “Son inversores que buscan no solo retornos financieros sino también impacto social”.

Para este tipo de financiamiento, existen condiciones flexibles.

“Normalmente estas transacciones tienden a tener un plazo más largo”, explicó García. “En algunos países, los bancos locales ofrecen plazos de uno o dos años, estas instituciones otorgan plazos de cinco años”.

El trabajo de Citi Social Finance abarca una amplia gama de proyectos, desde el apoyo a instituciones de microfinanzas hasta la financiación de iniciativas educativas.

Para mitigar el riesgo, Citi Social Finance emplea diversas estrategias, como programas de reparto de riesgos y cofinanciación.

“En las operaciones de deuda, hay formas de hacer programas de reparto de riesgos, y en ese caso tenemos un marco que nos permite acordar los países, los sectores y el ticket máximo y compartimos el riesgo”, comentó García. “La otra forma es la cofinanciación, identificamos una oportunidad y voy al mercado para estas inversiones de impacto que quieren hacer estas cofinanciaciones con nosotros”.

Las metas son exigentes para quienes deciden en dónde poner estos rcursos.

“Con este bono, tenemos un marco que especifica en qué sectores debemos invertir y un compromiso de que vamos a generar al menos US$1.000 millones de dólares en activos en estos actores”, concluyó García.