El entusiasmo que generaban los proyectos de realidad aumentada hace dos años parecen haberse disipado. Desde pérdida de valor, poco entendimiento de la tecnología o incluso abarcar demasiado en una sola iniciativa parecen haber cavado la tumba del metaverso ¿O tal vez no?
A finales de 2021, Meta anunciaba su gran apuesta para esta década, cuya promesa de valor estaba centrada en escribir el “próximo capítulo de Internet” y de la empresa liderada por Mark Zuckerberg, que no escatimó en gastos para publicitar al metaverso como la gran revolución tecnológica de nuestros tiempos. No obstante, esa gran disrupción parece haber quedado en una simple ilusión tan solo dos años después de su gran anuncio.
Pese a un inicio prometedor en el que las plataformas ligadas al metaverso crecieron hasta 520 millones de usuarios activos al mes con corte al primer trimestre de 2023, según reportes de la firma analista Metaversed, los despidos masivos en Meta han superado las 20.000 personas desde noviembre de 2022, afectando principalmente la unidad de realidad virtual de Meta, también conocida como Facebook Agile Silicon Team (Fast), dedicada a mejorar los dispositivos necesarios para acceder y utilizar el metaverso.
Como resultado, esta idea se dirige al cementerio de ideas de la industria tecnológica y, al menos en Meta, ha sido sustituida por la inteligencia artificial. La razón es muy sencilla: pese a ser descrito como el futuro del internet, donde podríamos interactuar a la perfección en mundos virtuales y los usuarios “se sentirían como si estuvieran juntos en la misma habitación”, nunca se logró especificar qué problemas empresariales básicos resolvería el metaverso.
“Nadie sabe exactamente el potencial general del metaverso y su impacto en nuestras vidas. Todo depende de la potencia de la informática y las capacidades de red y de las tasas de adopción de los usuarios, que serán diferentes a las tasas de adopción de Internet del pasado”, dijeron los cofundadores del Work3 Institute, Josh Drean y Deborah Perry Piscione.
EL DILEMA CRIPTO
Uno de los sectores que mejor aprovechó la oportunidad fue el de las criptomonedas, cuyos creadores aprovecharon el escenario para convencer a la gente de que activos como los terrenos digitales en el metaverso serían la próxima frontera de la inversión inmobiliaria. Tanto así, que el precio de los terrenos en los mundos virtuales se ha multiplicado hasta cinco veces desde que Meta anunció su apuesta decidida por estos entornos.
Para el CEO de Blockchain Summit Latam y fundador de la academia web3 Colledge, Cristobal Pereyra, hay dos riesgos ligados a los activos digitales: el primero de ellos es netamente económico si se tiene en cuenta que, desde hace dos años, muchos especuladores apuntaban a que el metaverso sería la próxima gran ola cripto, lo que ha llevado a inflar el precio de los tokens. Lo más grave aún es que el problema puede crecer cuando el valor baje, ya que incentiva a que más personas usen dicho criptoactivo y allana el terreno para crear un panorama que repita ambos escenarios de manera consistente.
“Eso no implica que los usuarios del metaverso no sigan utilizando esos tokens, entonces el riesgo económico es importante porque muchos metaversos utilizan su moneda nativa para hacer compras y otras actividades que se pueden hacer intercambio, y si te fluctúa mucho el precio, desincentivas a las personas que realmente quieren usar ese metaverso independiente”, agregó Pereyra.
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Pese a los riesgos, hay algunos defensores de estos activos. Al funcionar como resguardo de participación en ventas masivas para reunir capital en un proyecto, las criptomonedas ligadas al metaverso son consideradas utility tokens, que dan a los usuarios una posibilidad acceder a productos y servicios de esa empresa en el futuro.
“La tecnología que hay detrás es magnífica porque lo que hay detrás queda muy transparente, pero el problema es que hay muy poca demanda, además de que los utility tokens no tienen como tal un valor tangible por el que se puedan canjear”, dijo a Forbes Bogdan Tapu, CEO de World Challenge Game, compañía desarrolladora de videojuegos y entretenimiento con sede en Valencia, España.
De acuerdo con Tapu, cada vez hay más proyectos que intentan que los utility tokens no solamente tengan utilidad dentro de un videojuego, sino que afuera también se les puedan canjear por premios o recompensas para que se pueda confiar en ellos. Eso nos lleva al segundo riesgo del que hablaba Pereyra, que es 100% tecnológico y está asociado a la poca usabilidad del metaverso en los dispositivos con lo que contamos hoy en día.
Actualmente, no se puede usar un metaverso en el celular, sino que se necesita un computador, una billetera y una conexión estable si se quiere hacer algún tipo de transacción. “Para que esto realmente pueda evolucionar y tener muchos usuarios, es necesario que evolucione la tecnología y que nos permita acceder a estos metaversos y hacer uso de ellos de manera más simple”, añadió Pereyra.
¿HAY FUTURO?
Con esto en mente, algunos actores del ecosistema ya tienen hipótesis sobre cómo puede evolucionar el metaverso. Según el vicepresidente de Gestión de Productos de Mastercard, Eduardo Abreu, es probable que veamos aplicaciones híbridas al principio, entendidas como “elementos digitales integrados en entornos físicos” que den vida a una experiencia inmersiva en el comercio minorista, el entretenimiento y los deportes.
“A medida que avancen las tecnologías, nuestros mundos físicos estarán más interconectados con las experiencias digitales. Aprovecharemos la IA, la tecnología portátil, las soluciones de Internet de las cosas impulsadas por sensores, la computación de vanguardia y la realidad aumentada y mixta para crear experiencias inteligentes hiperpersonalizadas”, recalcó.
No obstante, el directivo aclaró que estos metaversos no serán completamente inmersivos, sino una superposición digital permanentemente disponible en nuestra vida física cotidiana. Por ello, afirmó que “se necesitarán muchos años para aprovechar todo el potencial del metaverso” a medida que las tecnologías maduren, se desarrollen las regulaciones, cambien los comportamientos de los consumidores y las empresas innoven.
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Un ejemplo claro es Decentraland, conocido por ser el producto más financiado, descentralizado y basado en criptomonedas del metaverso, descrito a su vez como “un mundo online por el que se puede pasear”. Si bien tenía unos 38 usuarios activos diarios en su “ecosistema de US$1.300 millones”, la plataforma rebatió esta cifra afirmando que tenía 8.000 usuarios activos diarios. Pese a la aclaración, la cifra sigue siendo baja para la promesa de valor que ofrece.
Meta también tuvo problemas con sus cifras: Horizon Worlds, metaverso gratuito desarrollado por la empresa, tenía menos de 200.000 usuarios activos mensuales en octubre de 2022, muy por debajo del objetivo de 500.000 que se había fijado para finales del año pasado. El problema era peor si se tiene en cuenta que la plataforma tenía tantos fallos que ni siquiera los empleados de Meta eran usuarios de la misma, según fuentes cercanas a la compañía. Esto demostraba aún más la incapacidad de Zuckerberg para convencer a su gente de usar el producto por el que había apostado su futuro.
Eso interfirió directamente en planes de actores como Mastercard, que tenía como propósito convertirse en el procesador de pagos del metaverso. Al respecto, Abreu subrayó que es poco probable que el metaverso sea lo que los analistas imaginaron cuando predijeron que sería un motor económico multimillonario en 2030. Por ello, no sorprende que los primeros impulsores del proyecto estén reduciendo sus esfuerzos para construir este mundo virtual.
Sin embargo, el ejecutivo recalcó que la visión sigue siendo viable y merece un lugar en los planes estratégicos de las empresas. “Aunque el metaverso se desarrolle más despacio de lo previsto, aún es posible quedarse atrás (…) Es probable que el metaverso se desarrolle como lo han hecho las redes sociales: las empresas crearán experiencias inmersivas e incentivos para involucrar a las personas”, añadió.
LAS ESTRATEGIAS
Eso significa que hay muchas empresas que están tratando de encontrar, por un lado, el caso de uso de un metaverso que sea muchas cosas: videojuegos, experiencias personales, medicamentos, construcción u operadores de grandes máquinas. Por otra parte, otros proyectos se están enfocando en desarrollar plataformas “de nicho” para así agarrar esos usuarios, entenderlos a ellos y lo que quieren, y así empezar a crecer.
Para Abreu, esto fomentará comunidades que conecten a las personas en función de sus intereses y actividades. A medida que la gente pase más tiempo en estos mundos, más marcas se unirán a ellos, dando pie a la publicidad, la satisfacción y el comercio. Bajo esa perspectiva, veremos cómo surgen casos de éxito más allá de los sectores en los que se producen actualmente ( juegos, deportes electrónicos, entretenimiento y moda) a medida que el metaverso transforme el trabajo, la educación, la sanidad, la hospitalidad y otros nichos de mercado.
El otro problema del metaverso es que hay muy pocos usuarios que lo entienden en su totalidad, de acuerdo con Tapu. Por ello, los actores del sector ya trabajan en soluciones para aquellas personas que nunca han tocado esta tecnología: las billeteras de custodia. Como se mencionó anteriormente, se necesita una billetera digital para poder interactuar en el metaverso. En este caso, el valor agregado viene de la custodia de las llaves de esta cartera, creada a través de e-mail para que los usuarios puedan comprar esos utility tokens o activos digitales con su tarjeta de crédito o débito. Eso hace que haya más usuarios y que el mercado se pueda recuperar.
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El CEO de World Challenge Game no duda en predecir que los tokens o los proyectos que no tenían un valor detrás se acabarán sin poder avanzar, pero los que han hecho bien las cosas se van a recuperar e impulsarán la salida empresas y activos digitales nuevos.
Asimismo, los expertos consultados por Forbes coinciden en que la gracia de los metaversos es que configuren un mercado atomizado al abarcar muchas ofertas de distintos proyectos. Lo que vaya sucediendo con la evolución del consumidor es donde realmente se va a proyectar o buscar la manera de interconectar estos metaversos. Esa es la verdadera meta.
La historia del metaverso ha ido orgánicamente, y lo que se ha querido hacer en el último año o dos años, después de la pandemia, es que las empresas han intentado acelerarlo demasiado, convirtiendo el concepto en una burbuja a punto de estallar. Al pasar todo eso, no había tantos usuarios para poder abastecer estos productos, lo que ha evitado el ocaso de momento.
Para analizar si viene una caída o no es necesario revisar los datos actuales de los usuarios. Si bien la disminución ha sido de 50% y 60%, con todo y el constante desarrollo de aplicaciones, hay industrias que han sufrido bajones más pronunciados sin perecer, como las criptomonedas entre 2021 y 2022, que vieron reducciones entre 70% y 90% de su valor. Eso quiere decir que es posible que este mercado virtual se comporte de manera similar a los mercados de activos reales que se mueven por ciclos. Por eso esperan un repunte de mercado para el año entrante. Pero eso es tema para otro análisis.
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