En este artículo les comparto mi experiencia con el síndrome del impostor así como diferentes maneras de manejarlo.

¿Alguna vez has tenido miedo de que los demás “descubran” lo mala que eres? ¿Que a pesar de todos tus logros en el fondo eres una persona incompetente o no estas a la altura del reto al que te estás enfrentando? Si es así, probablemente estés siendo víctima del síndrome del impostor.

El síndrome del impostor es una sensación de duda y miedo a ser descubierto como un fraude, a pesar de los logros que hayas alcanzado. Es común entre emprendedores y puede manifestarse de diversas formas. En este artículo les comparto mi experiencia con el síndrome del impostor así como diferentes maneras de manejarlo.

En el 2019 me invitaron a mi primer demo day de Y-Combinator. Estaba emocionado. Durante mucho tiempo había soñado estar en ese espacio y luego de muchos años de trabajo y planeación había invertido en mis primeras 3 startups de YC.

Cuando llegué al evento me sentía como si me hubiera colado a una fiesta. Yo no tenía un fondo de VC de varios millones de dólares en ese momento. Tampoco un hypergrowth startup. Al parecer el resto de las personas en el evento tenían una o ambas.

Busqué aislarme de la gente. Cuando hablaba con inversionistas me daba miedo que “descubrieran” que yo no era un inversionista tan relevante en el evento. Esto me llevaba a hablar nerviosamente de lo que había hecho como si tuviera que justificar mi invitación.

Cuando hablaba con emprendedores me sentía culpable porque pensaba que deberían de estar hablando con “los inversionistas de verdad”. Esto me llevaba a tener interacciones cortas y superficiales con ellos. Eventualmente superé la sensación y me sentí mejor. No obstante, me quedé pensando en que hubiera podido haber hecho distinto para minimizar el impacto que el síndrome del impostor tuvo en mí ese día. 

A continuación mis reflexiones al respecto:

  • Preparación: Me hubiera preparado psicológicamente repasando las razones por las cuales merecía estar en ese sitio. También hubiera pensado en las diferentes interacciones que tendría ese día con inversionistas y emprendedores. Ese tiempo de preparación y autocuidado te da resiliencia ante esa voz interna que nos dice que no somos suficientes.
  • Diálogo interno: Mi diálogo interno en ese momento se basaba en el miedo y la culpa. Al cambiar a un diálogo interno basado en la fuerza y el mérito, mis pensamientos serían distintos. Por ejemplo, en vez de compararme con los inversionistas y la cantidad de capital que manejan, me hubiera enfocado en cómo los podía ayudar a referenciar fundadores, conectar con emprendedores locales, y reclutar talento. Al llevar las conversaciones hacia tus fortalezas, puedes pasar más tiempo aportando valor desde una posición de poder.
  • Diálogo externo: Al intentar justificar mi presencia, mostré inseguridad lo cual refuerza el sentimiento de aislamiento. A veces pensamos que tenemos que justificar nuestras acciones o el por qué estamos en un sitio o posición de poder. Muchas veces las explicaciones sobran y el intentar justificar nos hace ver inseguros.

El síndrome del impostor no define quién eres ni lo que eres capaz de lograr. Todos tenemos momentos en los cuales esa voz interna intenta convencernos de que no pertenecemos. Confía en ti misma y tus habilidades recordándote lo que has logrado y hasta donde has llegado. Esto te permitirá tener más seguridad y aceptar tu proceso. Al final verás que esas sensaciones desaparecen solas y te encontrarás divirtiéndote y fluyendo en esas situaciones que antes te hacían sentir insignificante.

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*El autor es fundador y CEO de Cocora. Antes fue operating partner de Marathon, un fondo de Venture Capital que invierte en startups en América Latina. Ha ejercido cargos ejecutivos en varias startups de Estados Unidos y Latinoamérica, incluyendo OmniLatam, Bunny Studio y Cheetah. También trabajó en Amazon, donde lanzó y manejó nuevas unidades de negocio. Es mentor de Endeavor y Rockstart, y como ángel inversionista ha invertido en Frubana, Ubits y Tributi.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes.