Más participantes de la industria han empezado a explorar alternativas para diversificar y fortalecer su cadena de suministro, y América Latina ha emergido como una región con gran potencial dentro de la estrategia. ¿Por qué?

En la era digital, los semiconductores se han convertido en la piedra angular de la revolución tecnológica, desempeñando un papel crucial en prácticamente todos los aspectos de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, en los años recientes hemos sido testigos de una concentración significativa en la fabricación de semiconductores en Asia, lo cual ha desequilibrado la distribución global que antes incluía a Europa y Estados Unidos.

Esta concentración se hizo evidente durante la pandemia, una coyuntura que se sumó a la creciente demanda de productos electrónicos y que desencadenó la reciente crisis de semiconductores a nivel mundial. Es en este contexto que más participantes de la industria han empezado a explorar alternativas para diversificar y fortalecer su cadena de suministro, y América Latina ha emergido como una región con gran potencial dentro de la estrategia.

Esta diversificación cobra aún más relevancia al considerar el rol esencial de los semiconductores en la tecnología moderna. Estos minúsculos componentes son clave para dispositivos electrónicos que van desde teléfonos inteligentes y computadores, hasta sistemas avanzados en la industria automotriz y la medicina. Se trata de sistemas que, en medio de un escenario de recuperación económica mundial, serán cada vez más demandados.

América Latina, con Costa Rica como uno de los actores destacados, no solo se está convirtiendo en un centro de producción de semiconductores, sino que también juega un papel crucial en la tercerización de servicios a nivel regional y global. La proximidad geográfica, un huso horario similar y un talento humano competente, que además habla inglés, posicionan a la región como un socio estratégico en el entorno empresarial global.

Guadalajara en México, por su parte, se ha convertido en un centro neurálgico para algunas de las empresas de tecnología más importantes del mundo. Esta región, que se destaca por su oferta de talento, es ejemplo en el desarrollo de proyectos de investigación y desarrollo (I+D), así como para la validación de productos.

América Latina tiene la oportunidad de destacar en el escenario mundial de semiconductores, aprovechando el “nearshoring” y “friendshoring” en un momento en que más inversiones se dirigen a Estados Unidos. Estas iniciativas no solo fortalecerán la infraestructura regional, sino que también generarán empleo y fomentarán la innovación.

Además, la necesidad de fortalecer la posición de América Latina en la cadena de suministro de chips no solo viene impulsada por la cercanía con países como Estados Unidos. La creciente demanda de semiconductores dentro de los países de la región, impulsada por una creciente digitalización empresarial y nuevos hábitos de trabajo, conectividad y entretenimiento, hace más evidente la necesidad de una cadena de suministro más diversificada y resiliente geográficamente.

En definitiva, la crisis global de semiconductores ha puesto de manifiesto la necesidad de diversificar y fortalecer las cadenas de suministro. América Latina, con sus ventajas estratégicas y la visión de líderes de la industria, se presenta como un actor clave en la construcción de una cadena de suministro de chips más resistente y diversa en beneficio de la economía global y regional.

Por: Marcelo Bertolami*
*El autor es director de Socios Regionales y del equipo de Tecnología de Latam en Intel.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes.

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