Breakfast Club es un holding de inversiones de Medellín que captura oportunidades en el sector entretenimiento, hospitalidad y gastronómico. Su cofundador, Manolo Arango, contó a Forbes cómo han llegado a ser relevantes en distintas industrias.
Cuando cinco amigos se unieron hace diez años para hacer un concierto de día en Medellín, fueron 500 personas las que llegaron a la primera edición del festival de música La Solar, que este año atrajo más de 25.000 personas. Para el próximo, en febrero de 2024, tiene confirmados a Bizarrap, Disclosure, The Chainsmokers, Tiësto y Yandel.
Así de exponencial es el crecimiento de los eventos y los negocios de Breakfast Club, una compañía que organiza conciertos y a su vez tiene inversiones en el sector hotelero, el gastronómico y una vertical de BTL, que generan oportunidades de empleo para cerca de 6.000 personas a lo largo del año.
Carlos Franco (conocido como ‘Frankie’), Mauricio Díaz, Alejandro Bermeo, Manolo Arango y Felipe Hoyos, fundadores de Breakfast Club, se conocieron cuando empresas de licores los juntaron para armar fiestas alrededor del icónico concierto de Madonna a finales de 2012 en la capital de Antioquia.
“Todos veníamos con perfiles distintos y de mundos distintos”, cuenta Manolo Arango, cofundador de Breakfast Club, en una entrevista con Forbes. “Todos somos paisas”.
Y en efecto, la huella de Breakfast Club es imponente en el territorio paisa. Un público fiel de miles, que en gran parte viaja desde otras ciudades, tiene en su calendario los festivales de música La Solar, Ritvales, Baum Park, Paralelo y La Verbena, que abarcan desde la música electrónica y urbana hasta música decembrina, como es el caso del último de los eventos que hacen en diciembre.
Tienen a su lado a grandes nombres. El famoso festival de música electrónica Afterlife los ratificó como socios para la versión colombiana del 2024, luego de una exitosa primera edición al lado del Metro de Medellín. Con el renombrado chef Juan Manuel Barrientos, son socios del restaurante de comida asiática Cuon –que abrirá una segunda sede– y con Maluma, son socios del Hotel 23, mientras que Karol G los convocó como productores en el exitoso ‘Mañana Será Bonito Fest’ en el complejo deportivo que rodea el estadio Atanasio Girardot.
También hacen parte del portafolio de inversiones de Breakfast la discoteca Salón Amador y los restaurantes y bares del último piso del hotel Click Clack de Medellín, Náufrago y La Deriva, que con una vista de 360 grados, se han vuelto paradas obligadas para quienes visitan la ciudad.
“Para el próximo año, vamos a expandirnos a otras ciudades del país con varios de estos negocios”, reveló Arango, tras explicar que se vienen nuevos proyectos como Dim Sum, una marca de comida asiática callejera rápida y un 23 living, un edificio de aparta suites al lado del hotel 23.
Para Manolo, emprender en cada una de estas industrias tiene sus propios desafíos. Para que los conciertos crezcan ha habido un proceso de educar a la audiencia con distintos sonidos y de conseguir visibilidad para atraer la atención no solo del público, también de los artistas.
“Ha sido un proceso de generar confianza”, explica Arango. “Hoy los agentes y managers de artistas del exterior tienen una visión distinta de Colombia y de Medellín. Nos ven capaces de producir eventos de talla internacional que cumplan con los estándares de calidad, de seguridad y de nivel técnico para suplir las necesidades de los artistas. También hemos tenido que lograr la confianza de las autoridades para que vean que podemos hacer espacios con todas las condiciones de seguridad y sanitarias”.
Breakfast Club buscará internacionalizarse: ya hicieron una versión de La Solar en Miami (EE.UU.) y una muestra de Ritvuales en Ámsterdam (Holanda). Para 2024, están explorando una versión de La Solar en Perú.
Manolo es biólogo de profesión, pero lleva 18 años como DJ y considera que su conocimiento de ecosistemas, lo ayudó a entender la necesidad de vincular distintas partes necesarias en la industria del entretenimiento para que un ecosistema de negocio viva.
“Para mí ha sido clave entender cómo se nutren la hotelería, con los restaurantes, las discotecas y los bares, pero también los proveedores, los usuarios y las entidades que dictaminan los permisos”, concreta Arango. “Entender cómo funciona un ecosistema y qué es necesario para que esté vivo y saludable, ha sido clave para trabajar esto”.