En 2023, Muta reincorporó 4.6 millones de kilogramos de residuos a la economía circular.

Alejandro Caiaffa lleva más de una década insistiendo en la economía circular. En 2014, fundó Reaceico, una compañía de recolección de aceite reciclado, para venderlo como materia prima para que se convirtiera en biodiésel. Así, hasta 2020, llevó a la compañía a ventas anuales de US$1 millón, con un ebidtda del 15%.

“La planta de aceite estaba era como una chatarreria convencional, con pagos en efectivo, una industria con ausencia de innovación y con tasas de reciclaje bajas”, recuerda Caiaffa, en una entrevista con Forbes. “Empecé a entender la industria del reciclaje y analizar el mercado del manejo de basuras o waste management. Una de las cosas que más me impresionó fue la labor esclavizante de los recicladores, recorriendo en condiciones de informalidad kilómetros con carretillas bajo el sol”.

Determinado a llevar innovación a esta industria, Caiaffa dio un giro a su negocio hasta convertirlo en Muta, una plataforma de recolección de residuos y aceite de cocina, para convertirlos en oportunidades.

Siga las historias de emprendedores en nuestra sección especializada

Esta startup acaba de cerrar una ronda de semilla de US$2 millones, en la que participaron las firmas New Ventures, SOSV, el Fondo Impacta, Harris Tobias LTD -una compañía de gestión de residuos de Reino Unido- y VX Ventures -el fondo de la petrolera Vista-. En estos recursos se incluyen US$400.000 en deuda otorgada por CFC.

Muta, con sede en Barranquilla, ha evolucionado a ser una plataforma de sostenibilidad, con una visión más amplia para transformar el manejo de residuos. Su enfoque es conectar a los generadores de residuos con transformadores, gestionando la recolección, la compra y la venta.

Para desarrollar el primer piloto del nuevo modelo, le pagó a una casa de software con unos recursos que obtuvo de la Cámara de Comercio de Barranquilla y la Fundación Socya. También hizo parte de los programas Caribe Exponencial y Endeavor Scale Up.

“La cultura pasó de pensar en el papel a pensar mas en nuestros datos, porque además de ser una plataforma de gestión, también recoléctamos dato spara tomar mejores decisiones”, explica el CEO de Muta. “Fue un reto convencer a todos los involucrados que ya no era Excel, sino que se trata de Business Intelligence y que esto no es cuánto recolectaste, es cuánto es el impacto ambiental estás teniendo”.

Ahora, con un equipo de 120 personas en Barranquilla, Santa Marta, Cartagena, Bogotá, Bucaramanga y Cali, Muta atiende a usuarios B2B, como restaurantes, empresas, hoteles y universidades, así como también edificios y complejos. Más que clientes, son usuarios, porque reciben ingresos por sus residuos aprovechables y por su aceite de cocina usado.

“Quien recicla, genera ingresos”, apunta Caiaffa, quien detalló el proceso operativo. “El usuario se registra en nuestra plataforma, solicita la recolección, ingresa su dirección y esto llega al equipo logístico. Tenemos un ruteo inteligente, que a las 7 de la mañana analiza todos los datos del usuario y asigna una ruta a diferentes recolectores”.

Para hacer esa recolección, Muta ha venido formalizando a recolectores que andaban en carretillas, para que se encarguen en hacer el proceso a bordo de camiones.

“Formalizamos a los recolectores y les pagamos seguridad social. Y les pagamos a los usuarios por separar su basura, para que los recolectores reciban los residuos separados, mejorando las condiciones sanitarias en las que trabajan”, agregó Caiaffa.

El compromiso de Muta con la trazabilidad asegura que los residuos recopilados se separen eficientemente por tipo de material en almacenes y se vendan a transformadores.

“En nuestro modelo, compramos al generador de residuos y vendemos al transformador de residuos, logrando eficiencia con la plataforma y agregando valor al usuario a través de datos en tiempo real, para que cada usuario sepa cuánto recicló y generar ingresos, obteniendo su certificado de recolección. Hay industrias que tienen incentivos tributarios por asegurar la trazabilidad de los residuos”, sostiene aiaffa.

En 2023, Muta vendió US$4 millones y reincorporó 4.6 millones de kilogramos de residuos a la economía circular.

Caiaffa enfatizó el potencial de la transformación de residuos, anotando: “Las botellas de plástico pueden convertirse en ropa o en botellas, el cartón en cartón, el aceite de cocina usado en biodiésel y el vidrio en vidrio, son muchas las oportunidades”.

Con los nuevos recursos, Muta planea expandirse a México y convertirse en una plataforma de sostenibilidad.

“En el futuro, aspiramos a tener un marketplace y servicios financieros en esta plataforma, permitiendo a los usuarios comprar productos y servicios con los ingresos generados por el reciclaje”, agrega Caiaffa.

Quienes descubren este modelo, se han dado cuenta que los residuos terminan siendo una fuente de ingresos.

“Las empresas están muy interesadas en ser parte de nuestra plataforma. No solo desde la perspectiva de la sostenibilidad, sino que los financieros se han dado cuenta de que los residuos tienen valor”, recalca Caiffa.

Poco a poco, Muta ha mostrado el poder transformador de la innovación en el manejo de residuos. Ahora, con recursos frescos, está lista para escalar.