¿Si económicamente ya está demostrado todo el beneficio por qué seguimos teniendo una importante brecha de género y qué podemos hacer para cerrarla?
Vivimos una era donde la presencia y participación de las mujeres en todas las industrias se erige como un pilar fundamental para el progreso social y económico. Es imperativo reconocer y valorar el papel que las mujeres desempeñan en el ámbito laboral, no solo como una cuestión de equidad, sino como una estrategia integral para el éxito y la prosperidad de las organizaciones.
Las estadísticas respaldan el hecho de que las empresas con una presencia significativa de mujeres no solo son socialmente responsables, sino también financieramente prósperas. En los últimos años se ha hecho evidente el beneficio que trae a nivel empresarial tener un equipo diverso. Numerosos estudios han demostrado que la diversidad de género en los equipos de trabajo mejora el ambiente laboral, aumenta la innovación, la eficiencia operativa y el gobierno corporativo. Las empresas que valoran la diversidad experimentan menores tasas de rotación de personal y, aun mejor, cosechan mejores niveles de retorno sobre la inversión.
Las mujeres son y deben ser un modelo a seguir en las compañías. No se trata de cuotas de género, se trata de reconocer y promover el talento femenino como una estrategia de atracción del talento de las generaciones futuras. Contar con mujeres en posiciones de liderazgo valida la capacidad de las mujeres para liderar, crea un ambiente inclusivo donde todas las voces son valoradas y lo más importante es que estas mujeres son inspiración, abren camino a otras y rompen paradigmas.
¿Entonces, si económicamente ya está demostrado todo el beneficio por qué seguimos teniendo una importante brecha de género y qué podemos hacer para cerrarla? Necesitamos más ‘role models’. Mujeres que sean un ejemplo para otras por el papel que juegan en las empresas y por sus éxitos empresariales.
Necesitamos culturas corporativas que hagan explícitos los sesgos, pues solo si se reconocen podrán acabarse.
Las mujeres tenemos una capacidad innata para liderar en el sector público, la educación, el ámbito financiero o el emprendimiento. Un liderazgo desde la empatía, constructivo, acorde con lo que el mundo necesita hoy en día. Ojo: no se debe confundir esto con debilidad. Es crucial que se haga más visible este trabajo y se destaquen sus logros. Y esta, señoras, es una tarea que nos corresponde. Nosotras debemos ser conscientes de que por nuestra naturaleza y educación nos ensenaron a ser de bajo perfil. No! Es el momento de alzar la voz y mostrar con orgullo lo que estamos haciendo, contar nuestros logros y los de nuestras compañeras. Al resaltar los éxitos de las mujeres en estas diversas áreas, rompemos los estereotipos de género, se estimula el interés y la confianza en y de otras mujeres que aspiran a liderar.
La visibilidad de mujeres líderes no solo se traduce en un cambio cultural, es un estímulo para que más mujeres se aventuren en roles de liderazgo. Es un ciclo virtuoso: a medida que más mujeres destacan en sus campos respectivos, otras se sienten respaldadas y motivadas para seguir sus pasos. Este impulso hacia la igualdad de oportunidades en todas las industrias nutre la innovación, fomenta la resiliencia y construye una sociedad más equitativa.
Cerrar las brechas de género es un imperativo ético, una estrategia inteligente para el crecimiento y el éxito sostenible de cualquier organización. Al reconocer, celebrar y promover el talento femenino en todos los niveles, estamos construyendo empresas más fuertes y sentando las bases para un futuro donde las mujeres sean vistas y tratadas como iguales en todas las esferas de la vida.
Por: Patricia Sáenz*
*La autora es socia y fundadora de Ewa Capital y miembro de Women in Connection.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Colombia.
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