Se estima que la digitalización es responsable de entre el 1 y el 2% de las emisiones globales. Aunque parece una cifra pequeña, lo cierto es que la tecnología juega un papel clave en la sostenibilidad. ¿Por qué?
En la era actual de expansión global, la tecnología juega un papel fundamental en la formación de un futuro sostenible. Se estima que la digitalización es responsable de entre el 1 y el 2% de las emisiones globales. Si bien la cifra puede ser pequeña en comparación con las emisiones netas globales, el panorama a futuro muestra la importancia de que las empresas de la industria sigan liderando el camino para que otras reduzcan su huella de carbono.
De acuerdo con la iniciativa Net Zero de la Universidad de Oxford, la contribución potencial de la tecnología a la transición mundial hacia emisiones netas cero podría ser de hasta un 15% de reducción global para el 2030. Como advierten los investigadores de la institución, el efecto que pueden generar las organizaciones mencionadas es exponencial. No solo se trata de la reducción en la huella de carbono que este segmento del mercado pueda generar a través de sus propias acciones, sino el impacto logrado a través de sus socios, y mediante el desarrollo de avances innovadores y modelos de negocio que faciliten el progreso global hacia emisiones netas cero en empresas de todas las industrias.
En la hoja de ruta hacia la sostenibilidad, cada acción –por pequeña que sea– tiene un efecto transformador. Estos compromisos no solo son éticos. El objetivo también es impulsar la innovación y la eficiencia operativa de los negocios, abarcando aspectos como la operación global, la cadena de suministro, la relación con las comunidades en las áreas de influencia o el uso responsable de los recursos.
Este es un escenario que ya ha sido entendido por las compañías de la industria tecnológica, las cuales han identificado que para hablar de sostenibilidad es necesario entender cómo la tecnología es fundamental para la transformación de procesos que lleven a las organizaciones a ser más sostenibles, al tiempo que son amigables con el medio ambiente.
Llevado a la práctica, este aporte de la industria tecnológica ya tiene diversos ejemplos que han permitido impulsar la reducción en el consumo de energía y las ineficiencias de las organizaciones. Una compañía de transporte que a través del análisis de datos puede identificar rutas más eficientes para sus vehículos –llo que se traduce en un menor consumo de combustible y una mayor productividad– es un simple pero poderoso ejemplo del tipo de cambios que la tecnología está generando en materia de sostenibilidad.
De igual manera, a través de soluciones de Inteligencia Artificial (IA) es cada vez más común encontrar herramientas para la optimización de procesos de negocio como las cadenas de suministro, el análisis predictivo de consumo de materias primas o la automatización de procesos contables.
Al ser sumados, este tipo de desarrollos tienen un impacto exponencial en el mundo. De acuerdo con un reciente análisis de Digital Europe, citado por la compañía energética Equans, “las tecnologías digitales pueden reducir las emisiones mundiales de CO2 en un 20% de aquí a 2030”.
Sostenibilidad como compromiso organizacional
El reciente informe ‘Climate Transition Action Plan’, publicado por Intel, sirve como ejemplo de cómo las corporaciones del sector pueden liderar el camino hacia prácticas comerciales más sostenibles. Dicho enfoque es crucial para el éxito empresarial, así como para abordar el desafío global del cambio climático. En el documento, Pat Gelsinger, CEO de Intel, destaca la importancia de esta potencia informática para forjar oportunidades más amplias y combatir el cambio climático. Y algo aún más importante: este reconocimiento no es exclusivo para esta organización: se trata de un llamado a la acción para toda la industria tecnológica.
Pero, ¿cómo pueden las compañías del mundo digital aportar a un mundo más sostenible y reducir su huella de carbono? La clave radica en la integración de la sostenibilidad en el núcleo del negocio. De esta manera, es necesario que desarrollen planes de acción claros y ambiciosos para reducir su huella de carbono, planes en los que la transparencia y la responsabilidad sean elementos esenciales.
Reducir la huella de carbono y crear un mundo empresarial más sostenible son desafíos colectivos, y la industria tecnológica puede liderar este cambio. La creación de consorcios y programas que fomenten la colaboración en el sector es esencial. Esto incluye compartir mejores prácticas, desarrollar estándares comunes y abogar por políticas ambientales sólidas.
En definitiva, la sostenibilidad va más allá del compromiso ético, para convertirse en una estrategia corporativa inteligente y en constante evolución. Las compañías tienen el poder y la responsabilidad de liderar la transición hacia un futuro más sostenible, contribuyendo de manera significativa a la lucha contra el cambio climático, mientras impulsan la innovación y el progreso. Es hora de que todas las empresas del segmento asuman el desafío y se comprometan a transformar la tecnología para el bien del planeta y las generaciones futuras.
Por: Marcelo Bertolami*
*El autor es director de Socios Regionales y del equipo de Tecnología de Latam en Intel.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes.
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