Según la Superfinanciera, el saldo bruto de la cartera ascendió a $683.9 billones y completó nueve meses consecutivos con variaciones reales anuales negativas, en un contexto de contracción del crédito y menor crecimiento económico.
La subida de las tasas de interés y la fuerte desaceleración de la economía le pasaron factura a los resultados del sistema financiero en 2023. En un entorno retador, los establecimientos de crédito vieron caer sus utilidades en 48,7% hasta $8,3 billones.
De acuerdo con la Superintendencia Financiera, desagregadas por tipo de entidad, los bancos acumularon utilidades de $8.1 billones, las corporaciones financieras $520.600 millones, las compañías de financiamiento pérdidas por $346.500 millones y las cooperativas de carácter financiero $18.900 millones.
Al cierre de diciembre, los activos del sistema financiero (propios y de terceros) alcanzaron $2,915.4 billones, con una variación anual real de 0.5% y nominal de 9.8%. De ese monto, $1,421.8 billones (48.8% del total) corresponden a recursos propios de las entidades vigiladas, mientras que el restante son recursos de terceros, incluyendo activos en custodia.
Según el reporte, los bancos que registraron las mayores ganancias fueron Bancolombia ($5,9 billones); Banco de Bogotá ($1,02 billones); Citibank ($755.701 millones); Banco de Occidente ($430.603 millones); Bbva Colombia ($194.688 millones); J.P. Morgan Colombia S.A. ($114.233 millones).
En contraste, las mayores pérdidas las registraron Bancamía S.A. (-$41.584 millones), Mibanco (-$90.388 millones), Lulo Bank (-$99.795 millones), AV Villas (-117.126 millones), Banco Pichincha (-133.118 millones), Banco Falabella (-221.419 millones), Scotiabank Colpatria (-$300.303 millones) y Banco Popular (-347.409 millones).
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En una llamada con los inversionistas ayer martes, Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, presidente del Grupo Aval, dijo que 2023 fue el año más difícil de la historia reciente para la economía colombiana, excluyendo la recesión de 2020 durante la pandemia, con un crecimiento de 0,6% y el deterioro de algunos de los principales indicadores del sistema financiero.
Según la Superfinanciera, el saldo bruto de la cartera ascendió a $683.9 billones y completó nueve meses consecutivos con variaciones reales anuales negativas, en un contexto de contracción del crédito y menor crecimiento económico.
De hecho, la cartera de consumo continuó en la fase de decrecimiento del ciclo de crédito con una variación de -10.7% real anual (-2.4% nominal) en diciembre. De esta tasa el 63.9% se explica por el producto de libre inversión, que acumula un decrecimiento real anual de -19.2%, le precede consumo bajo monto (-64.2%) y le sigue libranza (-7.8%).
Entre tanto, la cartera comercial registró en diciembre su séptimo mes consecutivo con crecimiento real anual negativo, acorde con el entorno macroeconómico. En términos intermensuales, el saldo disminuyó $2.4 billones ante el aporte negativo de segmentos como corporativo ($3.3 billones) y moneda extranjera ($1.9 billones).
Por su parte, la financiación para adquisición de vivienda disminuyó con un registro de 0.33% real anual, siendo diciembre el undécimo mes consecutivo con crecimiento negativo en términos reales.
El saldo que reporta mora mayor a 30 días alcanzó $34.3 billones. Frente a diciembre de 2022, el saldo se incrementó a una tasa de 26.9% real anual jalonado por la mora de las modalidades: i) microcrédito que registra datos positivos y tendencia creciente por noveno mes consecutivo con 56.8% anual, ii) consumo que creció 33.5% real anual y iii) comercial que completa siete meses con crecimientos con 17.3%.