El panorama exportador para el primer semestre del año se ve similar al cierre de 2023 y esperamos que la segunda parte del 2024 tenga un repunte lo suficientemente fuerte, para catapultarnos por encima de los US$50.000 millones.
Las cifras de cierre de exportaciones de 2023 dejan un sabor amargo para las cuentas nacionales, ya que no avanzamos, sino que retrocedimos en nuestras ventas hacia el exterior, teniendo un gran potencial para insertarnos en distintas cadenas mundiales de valor.
Me sueño, imagino y proyecto una Colombia más global, que pueda ser proveedora de distintos productos de talla mundial. Es bien sabido que al preguntar de dónde son los aviones Airbus, uno responde que son franceses, sin embargo, Francia es el lugar de ensamble, pero las piezas llegan de múltiples países. Algo similar ocurre con la Nutella, ya que sus materias primas provienen de una gran variedad de naciones, siendo un producto que es fruto de la globalización y no de una sola nación.
No haber superado los US$50.000 millones y haber tenido una disminución de 13% en 2023, tiene como primera explicación nuestra dependencia de los bienes minero energéticos, en medio de una ruta hacia la transición energética planteada por el Gobierno Nacional.
De acuerdo con las cifras del Dane, las ventas de combustibles y productos de industrias extractivas alcanzaron los US$25.913 millones, con una caída de 18,6% y una participación de 52,3% en el total de las exportaciones colombianas durante 2023.
A esto se suma que los bienes agropecuarios, alimentos y bebidas cerraron 2023 con cifras muy por debajo de sus expectativas, incluso siendo menor que las manufacturas, las cuales alcanzaron los US$10.125 millones.
Si tomamos la población de Colombia y el promedio de exportaciones per cápita de la región, nuestro país debería estar por el orden de los US$120.000 millones al año, es decir, más del doble de lo que tenemos actualmente.
Está claro que nuestro terreno de competencia, en gran parte de productos, no es en volumen sino en calidad. Aparte de café, flores o banano, nuestros bienes no minero energéticos deben ir dirigidos a nichos de consumo en el exterior.
El panorama exportador para el primer semestre del año se ve similar al cierre de 2023 y esperamos que la segunda parte del 2024 tenga un repunte lo suficientemente fuerte, para catapultarnos por encima de los US$50.000 millones, aun teniendo unos escenarios internacionales desafiantes en el intercambio mundial de bienes, como la situación en el Mar Rojo, el conflicto de Israel con Hamás y el enfrentamiento de Rusia y Ucrania.
Para esta tarea de superar lo registrado en 2022, tanto sector privado como público debemos unir esfuerzos para que la canasta exportadora del país se posicione con más fuerza, y de esta manera, traer mayores beneficios y desarrollo a las regiones del país, que son y deben ser el corazón de la estrategia exportadora de Colombia. Cuenten con Analdex en estos propósitos que van a redundar en bienestar y prosperidad para las compañías y sus empleados.
Por: Javier Díaz
Presidente ejecutivo de Analdex
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