Un ataque de ransomware acarrea consecuencias graves para las empresas más allá de las pérdidas financieras, recalca Kaspersky.
El costo promedio de un incidente de fuga de datos asciende a US$1,23 millones de dólares para las grandes empresas y a US$120.000 dólares para los pequeños negocios, según estimaciones de Kaspersky, empresa global de ciberseguridad.
Esto destaca la necesidad de que las organizaciones sigan adoptando una protección proactiva de su información, iniciando por medidas básicas, como la creación de copias de seguridad.
Esta es una regla esencial que debe ser parte del protocolo de ciberseguridad de todas las organizaciones, sin importar su tamaño o sector, para salvaguardar información sensible, como registros financieros, propiedad intelectual, datos de clientes y empleados, entre otros, así como evitar interrupciones operativas, multas y daños a su reputación, explica un comunicado de la empresa.
La importancia de tomar medidas de seguridad proactivas es aún más relevante al considerar que, recientemente, expertos de Kaspersky alertaron que el ransomware persistirá como la principal amenaza para las empresas este año, dirigiendo sus ataques principalmente a entidades financieras, así como a empresas de logística y transporte.
En la mayoría de los casos, explica el comunicado, un ataque de ransomware acarrea consecuencias graves para las empresas. Además de las pérdidas financieras, costos de recuperación, suspensión de procesos y operaciones, el bloqueo y, últimamente, robo de datos que conlleva este tipo de ataques puede causar daños en su reputación y en la relación con sus clientes, proveedores y reguladores locales.
Por eso, aunque no se les considera en la primera línea de defensa y se aplazan constantemente, crear copias de seguridad sigue siendo una medida esencial para resguardar los activos empresariales y recuperarlos con la mayor rapidez posible cuando sea necesario.