Los US$7.500 millones sirven para reforzar la posición externa del país, que actualmente tiene unas reservas internacionales de US$60.000 millones, frente a eventuales choques externos.

El pasado 11 de abril el presidente Gustavo Petro habìa anunciado que el Gobierno buscaría una renegociación de la deuda que el país tiene con el FMI por US$5.400 millones para “cambiar esa deuda de corto plazo” y convertirla en una de mayor plazo.

Sin embargo, luego de la visita del ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, a Washington la semana pasada se descartó esa posibilidad y trascendió por declaraciones del director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Rodrigo Valdés, que el país va a “continuar con su plan de larga data para cumplir con sus obligaciones de pago ante el FMI, como fue inicialmente programado al obtener el Línea de Crédito Flexible, LCF, en 2020”.

Según Valdés, el mensaje fue transmitido por Bonilla al FMI en el sentido de que los reembolsos (de Colombia al FMI) ya están contemplados en el presupuesto para este año y el próximo, y no hay ningún otro plan. 

Por otro lado, ayer durante un debate de control pólítico en la Comisión Tercera de la Cámara, el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, confirmó que este viernes se anunciaría la renovación de la LCF con el organismo multilateral por US$7.500 millones, lo que representa una disminución de US$1.500 millones frente a la línea actual. 

Hasta hace poco, México y Colombia eran dos de los países emergentes en la región con acceso a una LCF, lo cual es considerado como un ‘privilegio’ por sus condiciones favorables en materia de tasas de interés y plazos para el pago. Recientemente, Chile y Perú también accedieron a este instrumento del FMI.

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Los US$7.500 millones sirven para reforzar la posición externa del país, que actualmente tiene unas reservas internacionales de US$60.000 millones, frente a eventuales choques externos. 

De hecho, cuando el presidente pidió la renegociación de la deuda con el FMI, el ex ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, señaló en su cuenta de X que la línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional que ha tenido el pais desde 2009 es un privilegio para Colombia. “No tiene condicionalidad y solo se le otorga a paises con muy buenas prácticas macroeconómicas”

Explicó que FMI no renegociará el cronograma de pagos de un programa ya acordado sin exigir nada a cambio. “Además, sería un craso error cambiarla por una linea de largo plazo del Fondo, que tendría condicionalidad (como la de Argentina), sería más costosa y daría la señal de que el historial de fortaleza macroeconómica del país se está perdiendo”.

Por último, dijo que el gobierno debe pagar, por lo tanto, las cuotas que le debe al Fondo y pedir la renovación de la linea de crédito flexible. “Los recursos de crédito que necesita debe conseguirlos con los bancos multilaterales, emisiones de bonos internacionales o en el mercado nacional de TES”.