La ejecutiva bogotana, que asumió la presidencia del Banco Popular a finales de 2023, llega en un momento desafiante para la banca. Aún así, el reto no es algo nuevo para ella y está convencida de que puede llevar las utilidades de la entidad a terreno positivo.
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María Fernanda Suárez siempre ha sido una mujer poderosa. No porque hubiera empezado su vida laboral en multinacionales como Bank of America, Citibank o ABN Amro, o porque hubiera ocupado la vicepresidencia de Inversiones, uno de los cargos más importantes, en Porvenir, tampoco por haber sido vicepresidenta de Estrategia y Finanzas de Ecopetrol, ni por haber sido ministra de Minas y Energía, Presidenta de Accenture Colombia y ahora Presidenta del Banco Popular.
María Fernanda es poderosa por algo mucho más simple que todo eso. “El poder viene del conocimiento de sí mismo (…) Uno tiene que tener claro cuáles son sus fortalezas y sus debilidades y saber balancear esas dos cosas. El empoderamiento viene atado a la felicidad y la felicidad a la libertad de hacer lo que a uno le gusta”, dijo cuando atendió la entrevista de Forbes Colombia en su oficina en el centro de Bogotá.

Y es que esta mujer siempre ha tenido claro lo que quiere. Recuerda con gracia a esa niña que cada vez que hacía mercado con su padre en el Carulla le decía que cuando grande quería ser cajera para manejar “toda esa plata”. Seguramente esa María Fernanda no imaginaba que cuando grande administraría un poco más de dinero, como los $36 billones de activos bajos administración que tuvo cuando manejó las inversiones en Porvenir, o los $3,3 billones de presupuesto que se le aprobaron al Ministerio de Minas y Energía en 2018 cuando ella llegó a la cartera, o los $2,5 billones que reportó el Banco Popular como patrimonio en febrero de este año.
Ese empoderamiento es algo que han visto muchas personas en su carrera. El ministro de Hacienda (2010 – 2012) Juan Carlos Echeverry la llamó personalmente para hacer parte del Gobierno desde esa cartera, más adelante Mauricio Cárdenas llegó al ministerio y en el 2014 le confió el plan fiscal del proceso de paz. Cuando el expresidente Iván Duque le encargó el Ministerio de Minas y Energía, María Fernanda asumió el reto de la transición energética y le dio al país la primera subasta de energías renovables. Suárez no solo repetiría la experiencia en el sector público sino que la recomienda, “Colombia es un país que necesita más gente dispuesta a trabajar en el sector público”.
Ese talante también lo vieron en Grupo Aval, hace algunos años cuando le dieron su primer rol directivo en Porvenir y ahora con la presidencia del Banco Popular. “Su visión estratégica y compromiso han sido fundamentales en el contexto actual para sortear los desafíos que presenta el sector, aportando su experiencia y disciplina a Grupo Aval, al Banco Popular y al país”, dijo María Lorena Gutiérrez, CEO del conglomerado financiero más grande del país.

El desafío no es algo nuevo para María Fernanda, en todos sus cargos se ha enfrentado a retos importantes y habla segura cuando dice que su plan estratégico a 2026 llevará a la entidad a una senda de utilidades positivas -el banco reportó en febrero pérdidas por $80.558 millones-. Se enfocará en la economía plateada -mayores de 50- y ahora que ella hace parte de esa población, se lo toma personal.