El manual de buenas prácticas para un marketing sofisticado se lo sabe Álvaro De Luna, vicepresidente de mercadeo de Bavaria. A su cargo están algunas de las marcas más valiosas de Latinoamérica, como Aguila, Póker y Pony Malta.
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Después de un tiempo viviendo en Perú, donde era vicepresidente de mercadeo de Backus, una compañía hermana de Bavaria, Álvaro De Luna regresó hace dos años a Colombia para cumplir un sueño.
“Siempre soñé con ser vicepresidente de mercadeo de Bavaria, por el talento y la energía que siempre ha caracterizado a la compañía”, dice en una entrevista con Forbes. “Me puse a pensar ‘¿qué viene ahora?’ Seguir con un legado de profesionales excepcionales que han pasado por Bavaria, llegar a liderar un equipo increíble y transmitir que lo mejor estaba por venir”.
En sus manos quedaron marcas como Aguila, Póker y Pony Malta, que figuran entre las más valiosas de Latinoamérica -algunas las había liderado previamente-.
“Seguir construyendo ese legado debe ser un trabajo constante de equipos interdisciplinarios de toda la compañía. No es marketing el que construye, sino todas las áreas y aliados creativos”, menciona De Luna.

“Siempre estamos preguntando cómo podemos hacer mejor lo que nos ha traído hasta aquí. Copiar buenas prácticas del pasado y de otras regiones del mundo es clave, no pensar en el ego sino en el negocio, pensar como dueños, que es lo mejor para el consumidor”.
Es un líder que pone a su equipo a soñar y que exige creyendo en el valor de probar y fallar midiendo lo que se hace. “Cada vez podemos basarnos más en datos para que las decisiones sean lo más cercanas a lo que el consumidor realmente necesita”, afirma. “Salir a la calle siempre es fundamental. En una diapositiva no está la realidad. Fomentar el trabajo en equipo y disfrutar el camino sin bajar la guardia nunca y con humildad”.
De las herramientas que permiten hacer un marketing sofisticado, piensa que la esencia de aprender a estar donde los consumidores estén no cambia. “Lo que pasa es que ahora es más complejo, más de nicho, pero también hay más herramientas como la inteligencia artificial, que en Bavaria la usamos de diferentes maneras y en todas las áreas”, recalca De Luna.
“Hoy tenemos la posibilidad de probar más, equivocarnos en beta, corregir y escalar. Esa es la magia. Podemos medir más las acciones y tomar correcciones. Siempre estoy dispuesto a cometer errores, probar y aprender, pero lo clave es hacerlo en pequeño para que lo que hagamos en grande realmente funcione. Este es un negocio de escala”.
