La premisa es simple: si los seres humanos no hemos sido capaces de lograr los ODS, llegó el momento de enfocarnos primero en nosotros mismos, en nuestras habilidades, en nuestra forma de ser, pensar, y actuar.
El mundo está muy atrasado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). No vamos a llegar a los objetivos propuestos para el año 2030. Según una investigación realizada en 2023 por la consultora británica Environment Analyst, el 85% de los indicadores están desviados y ninguno de los ODS está en camino de alcanzarse. Es hora de repensar los objetivos de la humanidad; y viene un nuevo marco para cambiar la conversación: los Objetivos de Desarrollo Interior (ODI).
Liderado por expertos en Suecia, los ODI son el resultado de un proceso consultivo con más de 1.000 personas, y ahora un proceso constante de co-construcción con más de 500 organizaciones en el mundo. La premisa es simple: si los seres humanos no hemos sido capaces de lograr los ODS, llegó el momento de enfocarnos primero en nosotros mismos, en nuestras habilidades, en nuestra forma de ser, pensar, y actuar. Desde los colegios, las familias, pero también en las empresas y los gobiernos, tenemos que ser el cambio que queremos ver en el mundo.
Hablar sobre el desarrollo humano no es algo nuevo. Hace 2.400 años, Aristóteles insistió que “sólo cuando desarrollemos nuestras capacidades verdaderamente humanas… tendremos vidas bendecidas con felicidad”. En las últimas tres décadas hemos visto el desarrollo de life skills como una tendencia creciente en el sector de la educación, y cada vez más en el trabajo. Sin embargo, en medio de nuestro entusiasmo por el tema, hemos creado una confusión comunicativa con la cantidad de nombres que damos a lo que es, esencialmente, lo mismo: las habilidades blandas o habilidades del siglo 21.
En la superficie parece un reto únicamente semántico, quizás, porque estamos hablando de lo mismo con diferentes etiquetas. Para eso, se creó un marco que consiste en cinco dimensiones, con 23 habilidades específicas entre todas: ser, pensar, relacionarse, colaborar, actuar. Es un marco completo que aborda y contiene mucho de lo que tienen los otros marcos de habilidades, incluyendo un enfoque en componentes éticos y espirituales.
Para iniciar el desarrollo de los ODI, el punto de partida ideal son las escuelas, donde podemos enseñar y cultivar estas habilidades desde una edad temprana, además de desarrollar un lenguaje universal sobre su desarrollo. Esta integración también puede extenderse al ámbito laboral, gubernamental y comunitario, asegurando así que el desarrollo humano sea una prioridad global.
Hay un aprendizaje importante que nos dejan los ODS en cuanto a la búsqueda de un sentido común. Como herramienta comunicativa para crear un lenguaje (y sistema de comprensión) universal para el desarrollo, han funcionado muy bien. Hay un estudio del Foro Económico Mundial que demuestra que 74% del mundo entero los reconoce. Ahora, sí los ODI logran un nivel de adopción y entendimiento parecido, el mundo tendrá – por fin – un marco universal para hablar del desarrollo humano.
*El autor es CEO de Coschool.
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