Muchos de los pitillos, bolsas, botellas y empaques de plástico que usamos a diario terminan en algún lugar del mundo durante siglos, si la producción de plástico no disminuye le podría costar al planeta alcanzar un calentamiento global de 1,5 °C. Gobiernos, privados y ONGs ya están manos a la obra para evitar que el planeta se siga calentando
En medio de una tarea de limpieza costera de la Fundación Malpelo en la comunidad de Guachalito en el Pacífico colombiano, niños entre 7 y 8 años llenan sus bolsas con basura, ramas y flores; cuando Felipe Ladino, ecólogo de la entidad, indagó entre el grupo descubrió que a aquellos jóvenes les costaba diferenciar entre el plástico y la naturaleza. Guachalito es un paraíso terrenal en el que terminan algunos de los desechos del país y para sus habitantes ya es normal.
Una bolsa plástica se usa en promedio 12 minutos antes de ser desechada, y si su tratamiento no es correcto, puede terminar en cualquier ecosistema del planeta hasta por 1.000 años en proceso de degradación. “Los plásticos de un solo uso representan la categoría de plásticos más problemáticos si hablamos de contaminación”,explicó María Alejandra González, coordinadora de Políticas de Plásticos de WWF en Latinoamérica y el Caribe.
Más del 70% de la basura que se encuentra en limpiezas costeras pertenece a este segmento, el mismo que representa un poco más de la mitad de todo el plástico que se produce a nivel global. Según GreenPeace, solo en Colombia se consumen 1,2 millones de toneladas de plástico por año y cada persona desecha 24 kilos del material anualmente, el 74% de los envases desechados terminan en rellenos sanitarios que llegan a contaminar mares, ríos y manglares.

Foto Diana Rey Melo/Greenpeace
No es un problema menor si se tiene en cuenta que la producción mundial de plástico se duplicó entre 2000 y 2019, alcanzando las 460 millones de toneladas anuales, y si no se toman medidas se prevé que esté cerca de triplicarse para 2050 y consuma 13% de la cuota de carbono que le queda a la Tierra para mantener el calentamiento por debajo de 1,5 °C.
Ante la gravedad del problema, Colombia está empezando a tomar medidas. La Ley 2232 de 2022 regula la prohibición y sustitución gradual de 14 categorías de productos de plásticos de un solo uso donde se incluyen bolsas, pitillos, empaques para comida, copitos de algodón, adhesivos, etiquetas, entre otros.
En abril de este año, el Ministerio de Ambiente, en cabeza de la ministra Susana Muhamad, expidió una resolución en la que “se reglamenta casi el 80% de la Ley de Plásticos que emitió el Congreso en 2022. Es una norma que define aspectos sobre las prohibiciones que entran a ejercerse este junio -7 de junio-; de esos 14 productos hay 8 que entran a prohibición”, declaró la jefe de cartera en una rueda de prensa.


El Gobierno no es el único que debe poner de su parte. El sector privado ya tiene la operación en marcha, especialmente aquellos que ponen en circulación plásticos de un solo uso. “En 2023 logramos garantizar el abastecimiento por 10 años de resina PET reciclada con lo que evitamos el uso de materias primas vírgenes”, declaró Martha Ruby Falla, directora de Sostenibilidad de Postobón.
Para lograr darle una segunda vida al plástico es importante su recolección, empresas como Femsa Colombia trabajan directamente con el gremio reciclador. Johana Cerpa, vicepresidenta Legal y de Asuntos Corporativos de la empresa destacó que buscan “incrementar la tasa de recolección y reciclaje de materiales aprovechables, especialmente botellas PET, para que puedan regresar al ciclo de transformación y convertirse en materia prima; y fomentar cambios culturales que aporten a la generación de conciencia sobre el oficio del reciclaje”.
Femsa global tiene la meta a 2030 de recolectar y reciclar el equivalente al 100% de los envases que pone en el mercado, fabricar botellas con al menos 50% de material reciclado e impulsar el uso de envases retornables a nivel mundial para que al menos el 25 % de todas las bebidas del portafolio sean botellas de vidrio o retornables.

Aunque quienes realmente lideran esta discusión a nivel mundial son las entidades sin ánimo de lucro. Este año, Greenpeace trajo por primera vez a Colombia su barco insignia Arctic Sunrise con el fin de visibilizar la fauna y flora de la zona pero también la problemática que viven las comunidades a causa de los desperdicios -principalmente el plástico- que no tuvieron un adecuado proceso de reciclaje, y cómo esto llega a afectar profundamente los ecosistemas marinos.
“Esta expedición tenía como objetivo apoyar la campaña internacional de GreenPeace para que se firme el Tratado Global de Plásticos y lograr disminuir su producción en un 75% para el 2040”, expresó Tatiana Cespedes, coordinadora de Campañas para Colombia de la organización.

Entidades como GreenPeace y WWF trabajan recolectando firmas y donaciones, visibilizando problemáticas y soluciones y generando conciencia entre la población, ese es tal vez su mayor aporte. “Nuestro mayor incentivo es trabajar con los consumidores para que se pregunten siempre si los artículos -plásticos de un solo uso- que están adquiriendo realmente los necesitan, si son prescindibles o si hay una alternativa de un material reutilizable”, dijo González de WWF.
Lo cierto es que en el mercado ya existen varias alternativas para reemplazar los plásticos de un solo uso. Desde soluciones simples como bolsas de tela para mercar, cubiertos de acero o bambú y mezcladores de madera, hasta algunas un poco más elaboradas como materiales de fibras vegetales como la madera de palmera reciclada, o como el lino, el cáñamo y el coco, que ya se usan para revestir el interior de carros y aviones, en tablas de surf de nieve, entre otros.
Reducir el impacto y darle un respiro a la Tierra es posible, pero el trabajo debe ser conjunto, las acciones del Gobierno, los privados y las ONGs no serán suficientes si la población no se ‘sube al bus’ de la sostenibilidad. Los niños del Pacífico ya hacen su parte cuidando sus playas, pero si el consumidor de las grandes ciudades no tiene conciencia de que aquel pitillo que usaron durantes algunos minutos puede terminar en el mar afectando la vida de un animal marino -que probablemente ya esté en vía de extinción– la tarea nunca va a estar completa. El planeta ya está mostrando signos del cambio climático, el momento de escucharlo y tomar acción es ahora.
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