"La importancia de apoyar el fútbol femenino radica no solo en la promoción de la igualdad en el deporte, sino también en el impacto positivo que tiene en la sociedad en general".

Cada vez más el fútbol femenino continúa creciendo en popularidad y haciendo vibrar a millones de personas. Muestra de esto, es que por primera vez la Copa Mundial Femenina Sub 20 de la FIFA Colombia 2024™ tendrá 24 equipos en vez de los acostumbrados 16, lo cual no es solo una gran noticia para los fanáticos del fútbol, sino un momento significativo en el camino hacia la equidad de género.

El fútbol, durante mucho tiempo considerado un bastión masculino, ha sido uno de los terrenos donde las mujeres han enfrentado una dura batalla por reconocimiento y respeto. Sin embargo, su creciente visibilidad y éxito en este deporte es reflejo de una transformación social más amplia que debe ser celebrada y, más importante aún, sostenida. Así, este deporte femenino ha recorrido un largo camino desde el primer partido entre mujeres a inicios del siglo XX , más de tres décadas después del primer encuentro masculino.

Hoy en día, figuras como Daniela Montoya (miembro del Team Visa, además), Marta da Silva y Megan Rapinoe son más que íconos del deporte, son también poderosas voces por la equidad de género, quienes han utilizado su plataforma para abogar por salarios equitativos, mejores condiciones de trabajo y, en general, por el reconocimiento del talento y esfuerzo que las mujeres ponen en el deporte. Sin embargo, el camino hacia la igualdad es largo y complicado, y aunque se han logrado avances significativos, queda mucho por hacer.

La importancia de apoyar el fútbol femenino radica no solo en la promoción de la igualdad en el deporte, sino también en el impacto positivo que tiene en la sociedad en general. Al brindar a las jóvenes la oportunidad de competir a nivel mundial, se les otorga un espacio donde pueden destacar, desarrollarse y ser reconocidas por sus habilidades. Más allá del campo de juego, esto envía un poderoso mensaje a las niñas y mujeres en todo el mundo: que ellas también tienen derecho a soñar en grande, a competir al más alto nivel y a ser valoradas por lo que son capaces de lograr.

El empoderamiento de las mujeres en el fútbol tiene un efecto dominó que se extiende a otros sectores, como la economía y la tecnología, áreas que también han estado tradicionalmente dominadas por hombres. La inclusión y el progreso de las mujeres en estos campos no es solo una cuestión de justicia social, sino de progreso económico y humano. Por ejemplo, la participación de mujeres en el deporte se correlaciona con una mayor presencia de mujeres en puestos de liderazgo en otros sectores. Un estudio de EY encontró que el 96% de las mujeres en cargos directivos participaron en deportes durante su juventud .

Adicionalmente, diversos estudios han demostrado que la diversidad de género en los equipos de trabajo y en los roles de liderazgo lleva a mejores resultados, mayor innovación y un crecimiento más sostenible. Según un reciente informe del CESA, la diversidad de género en las juntas directivas lleva a las empresas a ser más transparentes, lo que permite una mejor relación con los grupos de interés .

En la tecnología, como en el deporte, el camino a la inclusión de las mujeres ha sido lento, pero fundamental. A medida que más mujeres ingresan a campos como la ingeniería, la programación y la inteligencia artificial, se está comenzando a cambiar la narrativa sobre quién puede y debe participar en la construcción del futuro. Los esfuerzos por aumentar la visibilidad y el apoyo a las mujeres en tecnología han dado frutos, aunque todavía queda mucho trabajo por hacer.

Desde mi experiencia y rol como líder de una de las mayores empresas de tecnología del mundo, creo que es fundamental continuar impulsando y visibilizando espacios como la Copa Mundial Femenina Sub 20 de la FIFA Colombia 2024™, pues más que un evento deportivo; es un símbolo de los avances que las mujeres han logrado en su lucha por la igualdad, y un recordatorio de la importancia de continuar apoyando su progreso. Es crucial que no solo celebremos estos logros, sino que también actuemos para garantizar que las mujeres continúen ganando terreno en todos los aspectos de la sociedad con el fin de alcanzar sociedades más prósperas e inclusivas.

Debemos seguir invirtiendo en el desarrollo del fútbol femenino, no solo porque es lo correcto, sino porque es una inversión en el futuro. El deporte tiene el poder de inspirar y cambiar vidas, y al apoyar a las mujeres en el fútbol, estamos abriendo puertas para que más niñas sueñen en grande, para que más mujeres ocupen los espacios que merecen, y para que la igualdad deje de ser una aspiración y se convierta en una realidad. Así, el fútbol se convierte en un vehículo para el cambio, no solo dentro del campo, sino en todos los rincones de la sociedad.

*La autora es gerente general de Visa en Colombia.

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