Los fundadores de Mono contaron a Forbes que han abandonado su concepto de ser neobanco para empresas, al convertirse en un proveedor de infraestructura fintech.
La intención inicial de Mono de convertirse en un neobanco para empresas ha quedado atrás. La compañía, fundada en 2020 por Salomón Zarruk, Juan Camilo Poveda, Sebastián Ortiz y José Tomás Lobo —quien ya no forma parte del proyecto—, ha dado un giro en su modelo de negocio con un nuevo foco: ofrecer a otros su infraestructura fintech.
Con apuesta inicial de una cuenta bancaria empresarial, Mono enfrentó varios obstáculos que frenaban su crecimiento.
Entre ellos, la imposibilidad de procesar transferencias internacionales a través de la red SWIFT —servicio no ofrecido por su banco aliado Coopcentral—, así como las restricciones de la Dian que impedían a sus clientes pagar impuestos mediante instituciones financieras sin categoría de banco Triple A. Además, la competencia con bancos tradicionales que ofrecían transferencias gratuitas y en tiempo real evidenció las limitaciones del modelo inicial.
“Nos preguntábamos si estábamos avanzando demasiado lento o si simplemente no habíamos encontrado el camino correcto”, reflexiona Salomón Zarruk, cofundador y CEO de Mono, en una entrevista con Forbes.
Desde sus orígenes, la compañía ha recaudado US$7 millones de inversionistas, entre ellos la reconocida aceleradora Y Combinator. A mediados de 2023 y motivados por las necesidades de sus propios clientes, Mono decidió cambiar su modelo de negocio, que los llevó a hacia una transformación completa de la compañía hacia la infraestructura fintech.
Este cambio, según Zarruk, surgió de manera orgánica, impulsado por la necesidad de adaptarse al mercado y encontrar tracción donde había verdaderas oportunidades.
Con esta transición, Mono comenzó a abandonar la apertura de nuevas cuentas bancarias para concentrarse en ofrecer infraestructura financiera especializada. La fintech ahora atiende a empresas de sectores como transporte, comercio electrónico y dropshipping, que buscan ofrecer productos financieros a sus clientes.
En lugar de operar como un banco tradicional, Mono facilita que estas empresas lancen productos financieros como billeteras digitales, tarjetas Visa y transferencias mediante APIs diseñadas para simplificar la integración.
“Permitir que empresas de industrias tradicionales conecten sus saldos virtuales con el mundo real, habilitándoles realizar gastos con tarjetas sin desarrollar infraestructura tecnológica interna, es parte de nuestra propuesta de valor”, comenta Sebastián Ortiz, CTO y cofundador de Mono.
Usando la infraetructura de Mono, una compañía que quiera lanzar una tarjeta débito propia en la que restrinja el tipo de comercios en los que se puede usar -como una tarjeta que solo pueda ser usada ensupermercados- lo puede hacer.
Los resultados de esta nueva estrategia no se han hecho esperar.”A los tres meses del cambio, ya habíamos triplicado nuestros ingresos”, indica Ortiz.
El giro es irreversible. Mono ha reportado un crecimiento del 1.600 % en sus operaciones desde el cambio y dice estar cerca punto de equilibrio financiero.
“Los inversionistas creen en nuestra apuesta de donde esté la tracción y el negocio, es a donde tenemos que ir, ellos invirtieron en nuestras capacidades de oler el mercado”, concreta Zarruk. “Estamos en camino hacia el punto de equilibrio”.
Con el nuevo enfoque, Mono aspira expandirse pronto a México y Perú.
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