El cofundador de Finkargo Tomás Shuk anticipó en entrevista con Forbes que en 2025 abrirán una oficina de representación en China.
Por décadas, el comercio exterior ha sido un terreno arduo para pequeñas y medianas empresas (pymes) que buscan no solo exportar y conquistar mercados internacionales, sino también transitar por un paso previo: importar bienes esenciales para sus operaciones.
Con un contexto en el que los flujos de caja pueden paralizarse por hasta 180 días y las cadenas de suministro enfrentan disrupciones globales, Finkargo, una plataforma para importadores fundada en 2021 por los colombianos Andrés Ferrer, Santiago Molina y Tomás Shuk, lleva más de US$630 millones en mercancía financiada y más de 5.000 operaciones realizadas en Colombia y México.
“Queremos que el cliente se concentre en conseguir el proveedor, nosotros nos encargamos en poner su mercancía en zona franca”, explicó el cofundador de Finkargo Tomás Shuk, en una entrevista con Forbes.
La empresa, que desde sus orígenes ha accedido a más de US$170 millones en deuda e inversión, propone un modelo integral que simplifica el proceso de importación, manejando hasta 12 proveedores en una sola operación: desde la mercancía y el seguro hasta las aduanas y el transporte.
El capital que ha soportado las operaciones de Finkargo, ha venido de firmas como QED Investors, Community Investment Management (CIM), Quona, Flybridge, Nazca, Maya y OneVC.
En palabras de Shuk, el flujo de caja de una pyme puede extenderse hasta seis meses cuando importa productos, desde el pago inicial al proveedor hasta que la mercancía llega al inventario. Finkargo ajusta sus productos financieros a esos plazos, ofreciendo líneas de crédito rotativas entre US$50,000 y US$2 millones de dólares. La operación es completamente digital: las pymes suben sus facturas a la plataforma, y Finkargo desembolsa los fondos directamente a los proveedores.
“Nuestro objetivo es darles más poder de negociación y herramientas para diversificar proveedores. Esto se traduce en mayores ingresos y sostenibilidad”, asegura Shuk.
Según datos que proporciona la compañía, las pymes que trabajan con Finkargo han crecido en promedio un 58% en ingresos y un 46% en diversificación de proveedores, logrando operaciones más sólidas y sostenibles. Con un portafolio actual de US$80 millones y 550 clientes activos, Finkargo está atendiendo clientes en sectores como manufactura, textil, ferretería, automotriz y maquinaria.
En México, donde operan bajo la figura de SOFOM (Sociedades Financieras de Objeto Múltiple), la empresa crece su tamaño a un ritmo de 10 veces año tras año, aprovechando el auge del nearshoring y la necesidad de modernizar las cadenas de suministro.
“El mercado mexicano es ocho veces más grande que el colombiano. Aunque estamos explorando nuevos mercados, queremos consolidarnos en estos dos países antes de expandirnos. Para 2025, planeamos establecer representaciones en China, lo que fortalecerá nuestra operación global”, anticipa Shuk.
La startup opera con un equipo 140 personas en México y Colombia. La plataforma digital de la empresa permite aprobar cupos en 48 horas y realizar desembolsos en 24, tiempos que superan ampliamente los estándares de la banca tradicional. Además, la compañía ofrece capital en dólares para proteger a sus clientes del riesgo cambiario, aunque también dispone de líneas en pesos.
“Todo lo que hacemos está enfocado en fortalecer la cadena de valor de nuestros clientes”, enfatiza Shuk.
Próximamente, lanzarán un servicio integral para importadores que cubrirá el 100% de la logística: desde la compra de mercancías hasta el transporte y almacenamiento en zonas francas. Este producto ya ha tenido más de 50 operaciones.
“Estamos ayudando a las pymes a crecer, a negociar mejor, a comprar en mayor volumen y, en última instancia, a vender más”, recalca Shuk. “Es una cadena de valor que genera beneficios en cada eslabón”.
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