Pilar Manchón, directora senior de Ingeniería, Estrategia e Investigación de Inteligencia Artificial de Google, explicó en entrevista con Forbes que hay cursos disponibles en línea para aprender los fundamentos de esta tecnología.
En el batallón de investigadores, científicos e ingenieros que Google tiene en su sede principal en Mountain View (California), una mujer hispana es directora senior de Ingeniería, Estrategia e Investigación de Inteligencia Artificial. La española Pilar Manchón, trabaja en el centro de innovaciones que buscan redefinir la comunicación entre humanos y máquinas.
Tiene un doctorado en Lingüística Computacional y experiencia en empresas como Intel y Amazon, además de Google, liderando proyectos en IA conversacional y procesamiento del lenguaje natural
“Cuando no estoy viajando, estoy leyendo muchísimos papers, participando en reuniones y estableciendo prioridades para nuestras líneas de investigación”, comenta Manchón, en una entrevista con Forbes.
Su rol también incluye interactuar con grandes clientes interesados no solo en las capacidades actuales de Google, sino también en lo que viene después. Esta interacción permite a su equipo ajustar las prioridades investigativas según las necesidades del mercado. Manchón lidera un equipo enfocado en temas cruciales como la factualidad y el alineamiento con valores humanos.
“Estamos trabajando para que la IA sea más confiable y coherente, eliminando los sesgos humanos reflejados en los datos”, explica.
Estas labores de investigación, no las hacen completamente a puerta cerrada. Entre empresas competidoras, gobiernos y universidades, existen canales de colaboración que permiten la participación de investigadores externos y fomentan la co-creación de conocimiento.
“Aunque con las empresas competidoras colaboramos en foros como el Frontier Model Forum, donde compartimos principios de responsabilidad, nuestra investigación se nutre principalmente de alianzas con universidades y centros de investigación”, dice Manchón.
Dentro de Google, los foros internos y las miniconferencias también juegan un papel esencial.
“Esto facilita el intercambio de ideas y mantiene a los equipos al día en un entorno donde el conocimiento se expande exponencialmente”, resalta.
Así mismo, la colaboración con entidades como la Nasa y otras organizaciones sin ánimo de lucro permite explorar áreas que no necesariamente tienen fines comerciales, pero que son vitales para el desarrollo global.
Aunque los hispanos tienen una participación creciente en el desarrollo de la IA, Manchón considera que es crucial darles más visibilidad.
“Necesitamos referentes que inspiren a las nuevas generaciones y que también tengan un voto fuerte en la dirección de estas tecnologías”, enfatiza, mencionando que los sesgos en la IA no son generados por la tecnología, sino por los datos que reflejan prejuicios humanos. “La IA nos da la oportunidad de identificarlos y corregirlos”.
Sobre los temores de que una superinteligencia artificial pueda superar a los humanos, Manchón plantea que en el escenario actual, los alcances de la tecnología son limitados.
“No estamos ni siquiera cerca de una IA con voluntad propia que pueda tomar el control. El verdadero peligro radica en los malos actores humanos, no en la tecnología en sí”, expresa.
Para ella, la clave está en las decisiones que tomemos como sociedad sobre el uso de estas herramientas.
Latinoamérica: del consumo al desarrollo
Manchón ve en Latinoamérica un gran potencial para liderar en IA, asegurando que la educación es fundamental.
“Desde Google, apostamos por la educación de manera global en todo el mundo, pero se están haciendo esfuerzos muy específicos en toda Hispanoamérica. De hecho, tenemos programas como Fundamentos de la IA. Me río porque, en cuanto descubrí el programa, le dije a mi hijo, que tiene 18 años: “Ya estás haciendo estos cursos”. Me parece interesante para cualquiera, no solo para quienes están a punto de entrar a la universidad, sino también para cualquier persona con interés en aprender sobre los fundamentos de la inteligencia artificial. Además, ofrecemos certificados oficiales que cualifican a las personas para trabajar en áreas que necesitamos tanto en Google como en otras empresas. Quería destacar esto porque, en general, hay una cantidad increíble de cursos disponibles, muchos de ellos gratuitos, que ofrecen una formación muy similar a la que se encuentra en las universidades más prestigiosas del mundo. Puedes acceder a cursos de Stanford, Harvard y otras universidades líderes desde la comodidad de tu hogar”, expone.
Desde su perspectiva, no existen limitaciones de estar en un lugar u otro, sino que observa barreras culturales.
“Creo que en todos los países hispanos, tenemos una cuestión cultural: a menudo no creemos que somos lo suficientemente buenos para dar un salto, para contribuir, liderar o ser pioneros en algo”, sostiene.
Colombia, con su riqueza cultural y recursos naturales, tiene un terreno fértil para la adopción y desarrollo de la IA. No obstante, Manchón recalca la necesidad de infraestructura adecuada, conectividad y talento humano capacitado para aprovechar esta oportunidad.
Respecto a las críticas sobre el impacto ambiental y la posible pérdida de empleos debido a la IA, Manchón se muestra optimista.
“La IA es la única disrupción que se optimiza a sí misma. En apenas 18 meses hemos reducido el coste por token en un 96%”, anota, reconociendo que cualquier revolución industrial genera incertidumbre, pero inclinándose por el potencial de la tecnología para abrir nuevas oportunidades y optimizar recursos.
Uno de los grandes desafíos de la investigación en IA generativa es la factualidad.
“La IA no solo debe proporcionar datos precisos, sino también evitar introducir sesgos en su interpretación”, puntualiza Manchón.
En su opinión, la factualidad no puede verse como una dimensión aislada, ya que está profundamente entrelazada con valores humanos, objetivos y subjetivos.
“Necesitamos métricas y enfoques nuevos para abordar los errores creativos de la IA, que antes no existían”, señala.
Manchón también se refirió a la necesidad de regulaciones equilibradas que no frenen la innovación.
“Es cuestión de despertar esa curiosidad en toda una generación, ayudarlos a encontrar vías formativas que se ajusten a sus intereses —ya sea a través de Google o de otras plataformas— y animarlos a involucrarse plenamente en el mundo de la inteligencia artificial. Por supuesto, esto debe ir acompañado de políticas que permitan la innovación. Es fundamental evitar que una regulación demasiado rígida estrangule el avance tecnológico. También es necesario que haya una voluntad de adopción de estas tecnologías y que se cuente con la infraestructura adecuada para implementarlas de manera eficiente”, concreta. “Esto incluye una infraestructura cloud-first, acceso a datos, conectividad, formación y, sobre todo, talento humano con las capacidades necesarias”.
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