El ruido de la sostenibilidad se ha ido desvaneciendo en la dirección de las organizaciones, desplazada por otras prioridades que presionan la economía y estabilidad política en el mundo. ¿Es señal de olvido o una oportunidad para redefinir las estrategias en sostenibilidad?

La sostenibilidad dejó de ser el asunto que prima en las agendas de las organizaciones, desplazada en la conversación, según específica el estudio Visionary CEO’s Guide to Sustainability 2024 de Bain & Company, por la Inteligencia Artificial, el crecimiento económico y la estabilidad política.

¿Es esto una señal negativa en estricto sentido? Para algunas organizaciones, el silencio no implica que tenga menos relevancia la estrategia en sostenibilidad, sino que se ha logrado que sea integral al modelo de negocio y ya no es necesario enfatizar en sus resultados como un factor ajeno. Para otras, el meollo del asunto es que falta pedagogía para determinar su materialidad y diseñar estrategias de sostenibilidad con impacto real. 

Más allá del debate, la sostenibilidad continúa siendo prioritaria para la agenda del mundo y más personas buscan alinear su estilo de vida con este propósito, a medida que desarrollan una mayor conciencia ambiental y social. 

Forbes consultó a fuentes académicas, firmas consultoras y empresas acerca de las tendencias que marcarán la ruta de la Sostenibilidad en este 2025.

Más social

La sostenibilidad trasciende lo ambiental y va más allá del cuidado de la naturaleza; en ello han insistido los expertos en la materia. El Top 10 de riesgos globales del Foro Económico Mundial, presentado a mediados de enero de 2025, incluye un par que están asociados a factores sociales, tales como la polarización de la sociedad, la falta de oportunidades económicas o desempleo, la erosión de derechos humanos y la desigualdad. 

Incluso, riesgos que son de otra naturaleza, como el conflicto armado y los fenómenos climáticos extremos, también tienen graves consecuencias para las comunidades que están inmersas en dichos contextos.

Este año será clave que las organizaciones identifiquen los riesgos sociales en su entorno y cómo pueden ser un actor que influya en el cambio positivo de esas condiciones de vulnerabilidad.

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Gustavo Fusoni, Socio de Bain & Company, sostiene que “es fundamental realizar un análisis estratégico que conecte los objetivos sociales con las metas comerciales, garantizando que la sostenibilidad no sea un elemento secundario, sino parte integral del negocio”.

Clima en modo extremo

Millonarias pérdidas han dejado los fenómenos climáticos extremos, llámense sequías, incendios, inundaciones o huracanes, que han puesto en crisis los bolsillos de gobiernos, empresas y personas. La realidad climática presiona con más fuerza a las economías del mundo y con ello a las organizaciones, de ahí que sea uno de los temas urgentes en la conversación. 

Como plantea el informe Sustainability and Climate Trends to Watch 2025 de MSCI, las empresas tendrán que evaluar el impacto del clima extremo en sus operaciones para así determinar su capacidad de resiliencia y adaptación. 

Energía con sello verde

El estudio de MSCI señala que los inversionistas que le apuestan a la sostenibilidad están observando de cerca los procesos asociados a la transformación de los sistemas energéticos. De acuerdo con la consultora, se trata de una inversión con proyecciones de retorno positivas en el largo plazo y expuesta a menores riesgos. 

Además de su rentabilidad, se trata de una transición que es obligatoria, enfocada en sistemas de energía con fuentes limpias y con menor huella de carbono, alternativas de transporte verde y soluciones de almacenamiento de energía. 

“Pasar a la acción no es una opción, sino un imperativo estratégico. La carrera ya comenzó, y mientras algunos países avanzan más rápido, otros aún enfrentan barreras significativas. Participar de esta transformación no es solo un ejercicio altruista, sino que puede significar una oportunidad de negocio rentable que también genera beneficios sociales y ambientales tangibles”, afirma Leonardo De Lella, Managing Director & Partner de BCG.

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Una mina de empleo

La adopción de estrategias en sostenibilidad ha requerido de un personal capacitado para acompañar la transición en diversas áreas, desde los niveles operativos hasta la dirección. El talento verde está conquistando el mercado laboral y es tendencia; el desafío ahora es equilibrar la oferta con la demanda.

El estudio Global Green Skills Report 2024 de LinkedIn, citado por el Pacto Mundial Red Española, destaca un crecimiento anual del 8% (desde 2020) en los empleos verdes o asociados a sostenibilidad. 

Margarita Maldonado, Associate Manager PageGroup Colombia, precisa que estas oportunidades se encuentran en sectores clave como energías renovables, industria y consumo masivo. 

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Sostenibilidad inteligente

La inteligencia artificial no se escapa en las conversaciones sobre sostenibilidad, pero con matices en relación a su uso ético y responsable. El informe de MSCI sugiere que será fundamental para las organizaciones cerciorarse de que los modelos de decisión basados en datos sean sustentados en fuentes sólidas e información confiable. 

“La inteligencia artificial es una herramienta fundamental para mejorar la sostenibilidad porque nos permite tomar decisiones más informadas y basadas en datos. La IA puede identificar patrones de consumo, predecir necesidades futuras y proponer medidas más eficientes que no solo reducen costos, sino que también minimizan el impacto ambiental”, acota Javier Ortiz, presidente para el Clúster Andino de Schneider Electric. 

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No obstante, agrega el ejecutivo, esto solo es posible si se actúa bajo tres principios éticos: un entrenamiento con datos libres de sesgos y completos, garantizar la accesibilidad para las comunidades vulnerables y transparencia en la toma de decisiones.

Resultados reales y transparencia

Atrás han quedado los eslóganes rimbombantes y grandes campañas de comunicación en sostenibilidad sin sustento en los resultados. El Pacto Mundial Red Española asegura que este año habrá una lucha férrea en contra del greenwashing y por ello se exigirá que las organizaciones sean transparentes en su rendición de cuentas, en la que se visualice claramente el avance real de sus estrategias y el impacto en el entorno y sus grupos de interés.

“Los informes deben incluir métricas claras, verificables y alineadas con estándares internacionales. La transparencia y la autenticidad son esenciales para generar confianza entre los stakeholders y demostrar que las iniciativas de sostenibilidad no son solo de fachada, sino esfuerzos genuinos para liderar el cambio hacia un futuro más sostenible”, sugiere Gustavo Fusoni, Socio de Bain & Company.

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